Así será la vida a partir de este jueves

A partir de este jueves, aquellos comercios que hacían conteo de clientes por si superaban el aforo permitido, podrán dejar de hacerlo. Tendrán vía libre para llenar, aunque cuidando que la clientela no se amontone y guarde el metro y medio de distancia mientras mira que se compra. Y con mascarilla, siempre. Además, en peluquerías y centros de belleza, al igual que en establecimientos turísticos, hoteleros y de restauración, y gimnasios, entre otros, se deberá mantener el registro de clientes (nombre, apellidos y hora de acceso) durante 30 días para facilitar las labores de rastreo en caso de que se produzca un brote.

Con la apertura de las barras y la ampliación de sus horarios –ahora ya según su licencia–, los bares y restaurantes ya recuperaron cierta normalidad días atrás, pero quedaba la limitación de aforos en interior y de comensales por mesa, que es lo que decae. Eso sí, en los comedores y terrazas –en estas se queda la prohibición de fumar– se debe guardar el metro y medio de separación entre los grupos que comparten mesa y mantel (en realidad, la teoría dice que también entre los comensales de la misma mesa si no son convivientes, ya que se quitan la mascarilla).

El cambio de fase no implicará demasiadas modificaciones en el protocolo educativo. El principal, y que más agradecerán los niños de Infantil y Primaria, es que podrán jugar juntos en el recreo con compañeros del mismo curso, aunque sean de otra clase. Sin quitarse la mascarilla, aún estando al aire libre. Volverán los partidos de fútbol o baloncesto; el balón podrá compartirse. Ylos colegios podrán prescindir del control de temperatura. Salud Pública ya ha informado que no lo ve necesario. Sí se mantendrán, en cambio, las entradas y salidas escalonadas para evitar aglomeraciones.

El ocio nocturno es uno de los que sectores que más va a notar la sensación de normalidad, después de meses cerrado a cal y canto y a medio gas desde que la quinta ola empezó a dar tregua. Con la última resolución, podrán abrir en el horario establecido en sus correspondientes licencias –ya no estará el límite de las tres de la madrugada–, servir en barras, donde se podrá consumir tanto de pie como sentado, e incluso hacer uso de las pistas para bailar (antes ocupadas por mesas). Eso sí, con el metro y medio de distancia y la mascarilla puesta. También aquí se exige registro de clientes.

Tampoco habrá ya límite en las clases de los gimnasios, más allá de la que indique la capacidad de cada centro, siempre que se pueda guardar el metro y medio entre los usuarios. Y, salvo que se metan en la piscina, deberán permanecer con mascarilla. En el ámbito deportivo en exteriores, la teoría dice que debe usarse cubrebocas si no se garantiza la distancia. Como novedad, se recuperan las actividades de contacto físico, como el karate y el judo. En eventos multitudinarios, la norma del Interterritorial vigente hasta el 31 de octubre indica que el aforo es del 100% al aire libre, pero con mascarilla.

Las medidas de seguridad en los hospitales se mantienen prácticamente sin cambios, porque se rigen por su propio protocolo. Por eso, el paso a la fase de 'riesgo controlado' no implica que la restricción de visitas vaya a flexibilizarse. Como norma general, los hospitales seguirán recomendando que haya la menor rotación posible de acompañantes en las habitaciones de los pacientes, es decir, que se turnen las mismas personas. Como novedad, en la hospitalización de niños, podrán coincidir ambos padres. En Urgencias y consultas se recuerda que sólo acuda un acompañante.

Las residencias de mayores están reguladas por una resolución específica de Políticas Sociales. Por el momento no cambiarán sus rutinas. Aquí es obligatorio el uso de mascarilla entre el personal, los visitantes y los proveedores, aunque los residentes quedan exentos si existe un alto nivel de protección con la vacuna, una circunstancia que se da, más ahora que se ha completado la tercera dosis. Las visitas seguirán concertándose con cita previa y, si es posible, en el exterior del centro, manteniéndose los protocolos de ventilación y limpieza frecuente de las instalaciones.

La actividad presencial en los centros de Atención Primaria va en aumento, aunque dista aún de la previa a la pandemia. Desde que el covid ha dado permiso, se está aplicando el plan de retorno progresivo a la normalidad, aunque hay medidas y cambios aplicados por la emergencia sanitaria que han venido para quedarse. Además del acceso con mascarilla, la consulta telefónica para comunicación de resultados o tramitación de bajas es una de ellas. En cuanto a la organización interna, en las salas de espera seguirá habiendo asientos anulados para mantener la distancia entre pacientes.

En el transporte público, como espacio cerrado que es, sólo se podrá acceder con la mascarilla puesta, algo que la población tiene asumido porque es así desde el principio. Aquí la última resolución de Sanidad tampoco contempla modificaciones sobre lo que ya se venía aplicando. Ya desde el verano de 2020 se ocupaban todos los asientos en los autobuses municipales. En cuanto a las estaciones, desaparece el aforo en zonas comunes y comerciales, salvo que sea imposible mantener la distancia de seguridad. En el nivel de 'riesgo controlado', como ya ocurría en el 1 y el 2, los taxis y vehículos de transporte con conductor (VTC) pueden ocupar todas sus plazas disponibles.

Los espectáculos culturales, al igual que el cine o el teatro, dejarán de tener un porcentaje de aforo sujeto al nivel de riesgo, aunque seguirá siendo necesario que el público que se dé cita en ellos pueda guardar la debida distancia. Ello implica que en las salas de cine, por ejemplo, seguirá habiendo butacas vacías entre los grupos que saquen las entradas juntos. Aunque en todo caso se debe acudir con mascarilla, ahora se permite ver la película acompañado de unas palomitas o cualquier otro snack, lo que implica que se va a retirar. Y lo mismo se aplicará en los conciertos. No habrá límite de aforo, pero siempre que haya asientos fijos se dejarán huecos libres de separación.

El principal cambio que tiene por delante la Universidad, que también cuenta con su propio protocolo anticovid –avalado por Salud Pública–, es que el Ministerio ya ha autorizado flexibilizar la distancia mínima de seguridad, de forma que pueda pasar de 1,5 a 1,2 metros. Una decisión que implica que puede ganar más peso la presencialidad en las aulas al aumentar el número de alumnos por clase, que deberán acudir con mascarilla. Como los estudiantes de Educación Secundaria y FP, este colectivo tiene a favor la protección de la vacuna, de la que carecen aún los menores de 12 años, de ahí que sea en estos últimos donde se mantienen mayores medidas de seguridad.

En el ámbito laboral, la mascarilla seguirá siendo una compañera más para quienes trabajen en espacios interiores, donde Salud Pública insiste en la necesidad de mantener las medidas de prevención e higiene, con una adecuada ventilación y la dispensación de gel hidroalcohólico en diferentes puntos, sobre todo en el acceso. En las oficinas se notará una mayor presencialidad en las reuniones, hasta ahora mermadas por los límites de aforo, que desaparecen. Asimismo, se podrá hacer uso de las zonas comunes, siempre cuidando que no se pierda el metro y medio de seguridad, sobre todo en los momentos en los que se baja la mascarilla, caso del momento café.

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