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FUNDACIÓN CAJA RURAL DE ASTURIAS|PERSONAS QUE DAN VIDA

«La beca me da la tranquilidad que necesito para enfocarme en el estudio»

Daniel López estudia un Máster de Ciberseguridad en la Escuela Politécnica Federal de Lausanne (Suiza) gracias al programa de becas de la Fundación Caja Rural de Asturias que este año llega a Cantabria

S.S.

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La Fundación Caja Rural de Asturias, en su apuesta por impulsar el talento, lanza su convocatoria de Becas para premiar la Excelencia. Esta convocatoria cuenta con 33 becas de hasta 10.000 euros, y están dirigidas a estudiantes de universidad, FP, Enseñanzas de régimen especial, y másters nacionales e internacionales.

La convocatoria finaliza el 15 de septiembre y se puede solicitar en la página web de la Fundación

Este es el primer año en que la Fundación Caja Rural de Asturias lanza unas becas específicas para Cantabria, lo que demuestra la apuesta de la Fundación y de la entidad por reforzar su presencia en esta comunidad, donde Caja Rural de Asturias opera desde hace dos años y continúa consolidando su crecimiento.

–¿Cómo surgió la oportunidad de estudiar fuera de España y por qué elegiste Suiza?

–Después de terminar el Grado en Ingeniería Informática en la Escuela de Gijón, empecé a valorar opciones para el máster: análisis de datos, ciberseguridad… Me atraían Madrid, Estocolmo… pero me decidí por Suiza porque el Máster en Ciberseguridad tiene un plan de estudios más abierto, compartido entre dos universidades públicas de prestigio internacional: la Escuela Politécnica Federal de Lausanne (EPFL) y la Politécnica de Zurich (ETH Zurich). Eso me permitía acceder a una formación más completa y diversa.

–¿Qué ha supuesto recibir la beca de la Fundación Caja Rural de Asturias? ¿En qué aspectos concretos te ha ayudado, no solo a nivel económico sino también personal y académico?

–Cuando salió la convocatoria yo ya estaba en Lausanne. Fue toda una sorpresa porque en ese momento estaba trabajando en remoto como ingeniero de software en una startup para podercostearme el máster, y compaginarlo con los estudios era complicado. Además, trabajar para España desde fuera de la Unión Europea tiene su propia complejidad. Decidí solicitar la beca y tuve la suerte de que valorasen mi expediente y proyecto. Me la concedieron y eso me dio la tranquilidad que necesitaba para centrarme de lleno en los estudios.

–¿Qué barreras habrías encontrado si no hubieras contado con este apoyo?

–Seguro habría tenido que seguir trabajando para poder mantenerme, lo que me habría impedido aprovechar al máximo la experiencia del máster.

–¿Cuáles están siendo los mayores retos y aprendizajes de esta experiencia internacional?

–Pensaba que sería parecido a cualquier máster que pudiera cursar en España, pero no. Para empezar, dura dos años, no uno. Y aunque hay bastante carga teórica, está muy enfocado a la práctica. Estoy constantemente trabajando en actividades dentro del campus, participando en visitas a empresas y en otros eventos.

–¿Por ejemplo?

–Recientemente la universidad nos invitó a participar en Insomni’hack, una de las conferencias de ciberseguridad más importantes de Suiza, que se celebra en Lausana. Allí competimos como parte del equipo oficial de EPFL, Polygl0ts, en una competición tipo CTF (Capture The Flag), donde se resuelven retos técnicos de hacking ético. También viajamos a Zúrich para participar en los clasificatorios europeos para la DEFCON, uno de los torneos de ciberseguridad más prestigiosos del mundo. Además, se organizan actividades como LauzHack, una hackathon abierta a estudiantes de toda Europa. A menudo tenemos eventos con empresas como Oracle o Morgan Stanley para conocer cómo se aplica la ciberseguridad en entornos reales y conectar con profesionales del sector.

–¿Cómo es tu día a día?

–Suele estar bastante completo: clases, trabajo en proyectos de asignaturas o avanzo en mi proyecto de investigación del máster, que realizo en el laboratorio LIONS de EPFL sobre seguridad en modelos de Inteligencia Artificial. En mi tiempo libre, me gusta acercarme al lago, quedar con compañeros para cenar -a veces organizamos una raclette, que ya se ha vuelto una pequeña tradición- y los fines de semana, hacer alguna ruta o escaparme a la montaña.

–¿Qué planes de futuro tienes?

–De momento, terminar el máster, que el año que viene se imparte en la Universidad de Zurich. Y después me gustaría hacer un doctorado. La beca está facilitando muchísimo el camino. Cuando llegué, me parecía casi imposible estudiar en un sitio así, y ahora incluso no descarto quedarme a trabajar un tiempo.

–¿Qué les dirías a otros jóvenes cántabros que sueñan con formarse en el extranjero, pero no se atreven a dar el paso?

–Que lo intenten. No pierden nada por solicitar la beca, aunque no tengan el expediente perfecto. Que presenten su idea a la Fundación Caja Rural de Asturias, porque es una entidad que de verdad apuesta por el talento joven y puede abrirles muchas puertas.