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Seguridad y salud en interiores: la tecnología de Novanor contra el radón y la humedad

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La salud dentro de una vivienda depende mucho más de lo que se ve a simple vista. La calidad del aire interior, la presencia de humedad, el moho, los olores persistentes o la acumulación de gas radón son factores que pueden afectar de forma silenciosa pero profunda al bienestar de quienes viven allí. En España, miles de viviendas presentan niveles de humedad excesiva o concentraciones de radón por encima de los límites recomendados, especialmente en zonas del norte y centro peninsular. Estos problemas no sólo degradan el edificio: también aumentan el riesgo de enfermedades respiratorias, alergias, dolores de cabeza, fatiga crónica y otros problemas de salud.

En este contexto, soluciones técnicas de control ambiental como la Central Élite Nova de Novanor se han convertido en herramientas clave para proteger la salud en los interiores. Pero ¿por qué estos problemas son tan peligrosos y cómo se pueden controlar de manera eficaz?

El gas radón: el enemigo invisible que entra por el suelo

El radón es un gas radiactivo natural que procede de la desintegración del uranio presente en el subsuelo. Es inodoro, incoloro e imposible de detectar sin medición profesional. En España, especialmente en Cantabria, Galicia, Castilla y León, Asturias o Madrid hay zonas con niveles elevados que pueden filtrarse en sótanos, semisótanos o plantas bajas. La OMS advierte que el radón es la segunda causa de cáncer de pulmón, solo por detrás del tabaco. La exposición prolongada se relaciona con un aumento significativo del riesgo respiratorio, incluso en viviendas aparentemente sanas.

¿Cómo entra en una vivienda?

A través de fisuras en forjados y soleras, por juntas estructurales, a través de sótanos y garajes cerrados o mediante sistemas de ventilación mal diseñados. Si además la vivienda tiene humedad estructural, el problema se agrava: los materiales húmedos pueden favorecer el paso del gas y acumularlo con mayor facilidad.

¿Cómo ayuda Novanor?

Sistemas como Central Élite Nova trabajan mediante depresión controlada, renovación del aire y estabilización higrométrica, lo cual reduce la concentración de radón en espacios cerrados, rvita su acumulación en zonas bajas, genera una circulación de aire continua y saludable y mantiene los niveles de humedad en valores seguros. La combinación entre control del aire y gestión de humedades convierte a este sistema en una solución integral para la seguridad interior.

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Humedad, moho y calidad del aire interior: un problema de salud pública

La humedad excesiva no solo deteriora paredes y estructuras, afecta directamente a la salud de las personas. Según estudios sanitarios, convivir en ambientes húmedos aumenta el riesgo de asma y rinitis (hasta un 20% más), alergias respiratorias, problemas dermatológicos, dolores articulares y fatiga, e infecciones respiratorias en niños y mayores. El moho, visible o invisible, libera esporas que pueden desencadenar crisis asmáticas, irritación de ojos y garganta e incluso reacciones tóxicas en personas sensibles. El olor a humedad o ‘a cerrado’ es, en realidad, un indicador de deterioro biológico del ambiente. No es un simple olor: es un síntoma.

Elementos que deterioran la calidad del aire interior: humedad por capilaridad, condensaciones intersticiales o superficiales, falta de ventilación, pérdida de estanqueidad, filtraciones y acumulación de CO₂ en espacios cerrados. Las viviendas modernas, más aisladas y herméticas, agravan el problema si no existe un sistema activo de renovación del aire.

Cómo las soluciones de Novanor actúan en la raíz del problema

Los sistemas profesionales de Novanor no se limitan a ‘secar paredes’, actúan sobre las causas reales de la humedad y la contaminación ambiental. Entre las funciones clave que mejoran la salud interior:

Control de humedad: Evitan el ambiente húmedo que favorece el moho, los ácaros y las condensaciones.

Ventilación forzada inteligente: Renovación constante del aire para reducir CO₂, esporas, olores y partículas en suspensión.

Mitigación del radón: Mediante extracción controlada y presión diferencial en las zonas de riesgo.

Estabilidad higrotérmica: Ambientes más estables, evitando subidas y bajadas que dañan el confort y los materiales.

Prevención a largo plazo: A diferencia de las soluciones ‘cosméticas’, actúan directamente sobre los mecanismos de entrada del problema.

Cómo mantener un ambiente saludable después del tratamiento

La intervención profesional soluciona el problema estructural, pero mantener la calidad del aire en el tiempo requiere unos hábitos básicos que cualquier hogar puede implementar:

1. Ventilación adecuada: Ventilar 10–15 minutos al día es suficiente para renovar el aire, pero debe hacerse a horas adecuadas y evitando la entrada de humedad exterior en días lluviosos.

2. Evitar secar ropa dentro: Una colada puede liberar hasta 2 litros de agua en una vivienda; secarla en interiores dispara la humedad relativa.

3. Controlar el uso de calefacción y aire acondicionado: Los contrastes fuertes generan condensaciones, especialmente en ventanas y puentes térmicos.

4. Comprobar sellados y juntas: Pequeñas fisuras pueden volver a permitir entrada de humedad o radón. Su revisión periódica es clave.

5. Mantener la ventilación mecánica: Si se ha instalado Central Élite Nova, debe mantenerse en funcionamiento continuo para que cumpla su función.

6. No tapar rejillas ni entradas de aire: Muchos problemas de humedad regresan por obstrucciones involuntarias.

7. Vigilar olores persistentes: Un olor a humedad es siempre un aviso, no debe normalizarse.

Por qué actuar con rapidez es esencial

La humedad, el moho y el radón no desaparecen solos. Al contrario, empeoran con el tiempo y multiplican los costes de reparación, además de deteriorar la salud. Cuanto antes se intervenga habrá menor degradación estructural, menor coste de reparación, menor riesgo respiratorio, menos probabilidad de moho visible o invisible, y menor concentración de partículas y esporas.

La mejora en confort y salud suele ser inmediata, especialmente cuando se combina el tratamiento antihumedad con la estabilización del aire interior. La seguridad y la salud en interiores son tan importantes como la seguridad estructural de una vivienda. La presencia de humedad, moho u olores no es un simple problema estético, afecta directamente a la salud; y la exposición al gas radón en zonas de riesgo es un factor crítico que requiere soluciones profesionales.

MÁS INFORMACIÓN

Novanor Cantabria: La Magdalena, 4, 1ºD (Colindres) / 942 611 231

Web: www.novanor.es

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