Levedad y epidermis
Groucho ·
Entre el azar, el realismo social y lo sobrenatural, es un filme desigual, siempre interesante por su capacidad de reinventarLa construcción de una atmósfera, la levedad, las elipsis y sugerencias, esa sensación de estar pisando sin que exista la certeza de un suelo. Esa ... desgarradura interior, una levitación grave pero fugaz, un pliegue en la fragilidad. Así discurre 'Holly', nombre original del filme, y criatura en la que pivota todo el relato. Lástima del poco acierto en distribuir el filme belga como 'La chica que sanaba' que condiciona y pone el foco en un estado rotundo, sin las aristas, ambigüedades y espacios sutiles que genera la historia. La cineasta belga Fien Troch, de puntillas, con tacto y serenidad logra equilibrar en ocasiones un difícil y tenso retrato entre el realismo de la marginación y lo puramente sobrenatural, entre el exilio interior y una involuntaria y altruista entrega sentimental. Que los hermanos Dardenne, Jean Pierre y Luc, estén en la producción del filme ya ofrece una pista reveladora del tono de este retrato en el que subyacen factores como el azar, el acoso escolar, la marginación, la necesidad de establecer lazos visibles e invisibles y esa búsqueda de lo sanador tan presente hoy en día en muchos espacios existenciales y vitales del presente, manifestándose de maneras muy diferentes.

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País Bélgica
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Año 2023
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Dirección y guion Fien Troch
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Reparto Cathalina Geeraerts, Greet Verstraete, Felix Heremans, Serdi Faki Alici
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Género Drama
El cuerpo y el espíritu, la necesidad de ser amado, la búsqueda de referentes son connotaciones que aportan una extraña profundidad a lo que en apariencia es una historia lineal que discurre en la epidermis de una adolescente y de quienes la rodean, tras un siniestro y su aureola de enredo y confusión. Profesora /alumna, rechazo de compañeros, puntos de fuga emocional, atracciones de piel, caricias y abrazos configuran un mosaico sobre la necesidad de creer en tiempos oscuros. Mientras la cinta crece a través de la mirada de la joven protagonista, mantiene una textura especial, muy Dardenne, como de distanciamiento a la vez que de implicación y cercanía. Sin embargo, la cineasta de 'Someone else's happiness', un filme rodado hace más de veinte años, a modo de drama psicológico, pierde la brújula en el tramo final por su indefinición a la hora de mostrar a su personaje en distintos contextos. A lo Dreyer, de soslayo, pero con dignidad, el perfil de esta obra belga se sumerge en temor y en la desconfianza.
Fien Troch canaliza las miradas colectivas a través de los ojos de la actriz Cathalina Geeraerts que traducen el miedo, el ansia de cobijo. Es un filme desigual, siempre interesante por su capacidad para reinventarse. Y, sobre todo, aunque solo lo susurre, es un cuento de cruces generacionales, iniciación y soledad. De gente sola.
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