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Luis Polo del Campo (Cóbreces, 1909-Santander, 1991) con varias de sus obras. COLECCIÓN MAICA POLO SOBRÓN

Un estudio redescubre al pintor cántabro Luis Polo

Rescatar del olvido. El libro de Raúl Reyes Ediciones reivindica la multidisciplinar obra artística y gráfica del creador de Cóbreces, en el 30 aniversario de su muerte

GUILLERMO BALBONA

Domingo, 6 de febrero 2022, 08:02

«Recuperación, reivindicación y descubrimiento». Bajo este epígrafe con espíritu de lema, deseo de permanencia y claridad de objetivos se revela la identidad de un estudio inédito que «rescata del olvido» al creador cántabro Luis Polo del Campo (Cóbreces, 1909-Santander, 1991). Su huella, su lugar en el mundo y su trayectoria, a través de etapas creativas y trayectoria configuran el nuevo libro que ahora ve la luz. Pero quién era Luis Polo. Perteneció a la generación de artistas plásticos montañeses que manifestaron claramente una ruptura con la tradición pictórica santanderina y se decidieron por explorar la modernidad y la innovación artística.

Autor «polifacético y de obra prolífica», dedicó gran parte de su vida a la pintura. Aunque ingeniero técnico de profesión, la actividad artística fue para él mucho más que un simple pasatiempo. El artífice de la publicación es Raúl Reyes, gestor cultural y editor, R&R ediciones, aunque la autoría es colectiva: Luis Alberto Salcines y Maica Polo Sobrón son los responsables de los textos y Luis Polo Sobrón y Raúl Reyes, de la catalogación de la obra, que ha contado con el apoyo de la Consejería de Cultura y del Ayuntamiento de Santander.

El proyecto ha permitido reunir 400 obras entre dibujos, cuadros, caricaturas, ilustraciones, cartelería y tarjetas

El objetivo de la publicación, ya disponible en librerías, se fundamenta en esa labor de rescate de una figura sumida e n el olvido y, en paralelo, el de «redescubrir la multidisciplinar obra artística y gráfica de este creador cántabro, recobrar su particular mirada y resarcir una deuda pendiente de la sociedad cántabra con el artista, a la vez de ser un acto de justo de reconocimiento a su labor cuando se ha cumplido el XXX aniversario de su fallecimiento». Pero este proyecto ha permitido además en paralelo, abordar una catalogación razonada de la obra de Luis Polo hasta ahora nunca realizada. «Una ardua tarea que sin el apoyo incondicional de la familia Polo Sobrón no hubiera sido posible debido a la dispersión de sus obras y el largo periodo de tiempo transcurrido desde que fue creada». Gracias a la presente edición se ha podido reunir la casi totalidad de su producción artística, cerca de 400 obras entre dibujos (50), cuadros (118), caricaturas (124), ilustraciones (17), cartelería y tarjetas comerciales (53), y murales y otros proyectos (10). Un estudio inédito que se postula «único».

LUIS POLO DEL CAMPO (1909-1991) VV. AA. Editorial: R&R. 2021.160 páginas. 29 euros.
Imagen - LUIS POLO DEL CAMPO (1909-1991) VV. AA. Editorial: R&R. 2021.160 páginas. 29 euros.

Luis Polo del Campo representa, a juicio de los autores, «el más vivo ejemplo del artista discreto, apasionado por la pintura, disfrutando con su práctica y tratando de compatibilizarla con su trabajo para sacar adelante a una familia de siete hijos». Entre la vida familiar, el ejercicio de la pintura en su estudio y las relaciones con sus amigos, transcurrió «una vida sencilla pero al mismo tiempo muy activa, como se refleja en la gran cantidad de obra que realizó y en los variados proyectos en los que se implicó».

Perteneció a la floreciente generación de artistas montañeses a los que la Guerra Civil sorprendió en pleno desarrollo intelectual y creativo, formando parte del movimiento artístico que representaba por entonces la modernidad en Santander junto a otros autores y artistas de su generación como Antonio Quirós, Juan Antonio Acha Pellón, Justo Calonges Cabrero o el propio José Hierro, de que se cumple este año el Centenario, entre otros. Ingeniero técnico de profesión, dedicó a la pintura gran parte de su vida. Familiarizado con ella desde pequeño -su padre era un gran aficionado a plasmar paisajes urbanos de Santander-, se interesó por diversas técnicas como el pastel, el óleo, la acuarela y sobre todo el gouache, que se convirtió en su preferida.

El retrato que hace la obra editada por Raúl Reyes, define a Polo como «un artista peculiar, vanguardista, polifacético, d e creación plural...». Su trayectoria está habitada por carteles, murales, caricaturas de personajes de la cultura cántabra y nacional y de tipos populares, pinturas de naturalezas muertas, tugurios y burdeles, paisajes y marinas... Su estilo fue derivando «desde posiciones vanguardistas cercanas al cubismo en sus primeras obras a otras marcadas por el expresionismo figurativo de tintes costumbristas, pasando a composiciones de clara influencia alemana», como la que nos muestra en sus pinturas y dibujos sobre la Guerra Civil, hasta llegar a la etapa más naturalista.

Cartel. Regatas de remo y vela de Santander, 1947. col. polo sobrón
Imagen - Cartel. Regatas de remo y vela de Santander, 1947. col. polo sobrón

Aunque quizás las caricaturas sean su cara más visible, sus asiduos trabajos corresponden a los realizados principalmente con la técnica del gouache, a caballo entre la pintura y el dibujo de ilustración, y también asoma el el cartelismo, territorios todos abonados para la investigación y la renovación de la imagen, que en realidad era lo que siempre le atrajo. Autor prolífico, también cultivó la escenografía, en la que llegó a ser uno de los creadores más destacados de su época junto a Santiago Ontañón.

En su obra, junto a las temáticas ya citadas, también asoman marinas, estampas de la ría de Bilbao, del entorno de la bahía santanderina, de marineros y pescadores, etc. Desde su juventud se sintió atraído por diversos géneros pictóricos «basados en el dominio de la geometría, posiblemente influido por el conocimiento y destreza que tenía del dibujo técnico». Como él mismo refería sobre su faceta de caricaturista: «El objetivo es sacar el máximo parecido del personaje con los menos trazos posibles».

Movimientos

Polo participó desde muy joven en todos los movimientos artísticos innovadores del Santander de los años 30 del pasado siglo. En 1931 se dio a conocer en una exposición que realizó el Ateneo junto a sus amigos Antonio Quirós (pintor) y Patricio Sánchez (escultor).

Fue presidente de la Sección de Artes Plásticas del Ateneo y miembro del Patronato del Museo de Bellas Artes de Santander. En 1956 consiguió una beca del ayuntamiento santanderino y de la Diputación Provincial para visitar París. Y hay que recordar que el fotógrafo Ángel de la Hoz, también partícipe de esa aventura, dejó un extenso reportaje fotográfico para la memoria colectiva que recientemente mostró el CDIS. En 1959 fundó el grupo MAS (Movimiento Artístico Santanderino) con: Anton Winkelhöfer, César Abín, Manolo Pereda, Víctor López-Dóriga y Manuel Gutiérrez de la Concha, pintores y escultores que, como él, exponían sus obras en sus propios estudios y organizaban tertulias. El Grupo desapareció en 1971. Los últimos años de su creación estuvieron marcados por el Naturalismo figurativo, predominando la pintura de paisaje, una etapa coincidente con su jubilación laboral y dedicada con intensidad a la investigación histórica e ilustración en el campo del miniaturismo militar. Sesenta años de una «personal mirada, cargada de sensibilidad y melancolía». Murió en 1991 y, desde entonces, subrayan los autores de este proyecto, «el silencio ha pesado sobre su obra en una sociedad que generalmente atiende más a las novedades, a lo que va surgiendo, y olvida a los clásicos».

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