Una obra de Nacho Zubelzu homenajea a Campoo en la ciudad china de Tangshan

Reflejo de este esqueleto humano donde los elementos, como los habitantes, se aglutinan, empujan y ensamblan, plasmando la huella primitiva de dos comarcas vinculadas al acero. Un homenaje a Campoo y también a Tangshan, que tras el terremoto de 1976, resurgió de sus cenizas como lo hizo el ave fénix en la mitología griega.

Zubelzu, que aborda varias disciplinas artísticas, ha trabajado en esta ocasión el acero, en una gran nave, disponiendo de todo el material obtenido en el parque de chatarra. También ha contado con técnicos como asistentes y equipos de corte y soldadura. El encuentro se clausuró con dos grandes ceremonias, la primera tuvo lugar el pasado día 28 con la inauguración del parque de esculturas en el recinto de la factoría Delong Steel, donde se han instalado las piezas, con la presencia de autoridades de la provincia de Hebei y directivos de la empresa. Dos días más tarde, en la ciudad de Shenyang impartió, al igual que los otros artistas, una charla a los alumnos de la escuela de Bellas Artes sobre escultura y su trayectoria artística durante la graduación de los estudiantes.

La obra de Zubelzu también estuvo presente a mediados de mayo en la LX Just Lisboa Fair con la galería Metro de Santiago de Compostela con una buena respuesta de ventas.

Tangshan, al norte de Beijing en la provincia de Hebei, alberga las industrias siderúrgicas más potentes de China y es uno de los mayores productores de acero a nivel mundial. La propuesta que ha presentado Zubelzu, comisariada por Susana Sánz Giménez, crítica de arte y experta en arte chino, se basa en una composición de varias siluetas recortadas que, entrelazadas, forman una amalgama de figuras.