El rescate de la vanguardia desde la Biblioteca de Gerardo Diego

La labor divulgativa impulsada en los últimos años por la Fundación Gerardo Diego ha permitido conocer la verdadera dimensión de la biblioteca personal del poeta santanderino, un fondo especialmente rico en «libros y revistas de las vanguardias históricas españolas y latinoamericanas». En ese terreno destaca la actividad destinada a «ayudar a difundir y a poner a disposición de investigadores y lectores curiosos las revistas de las primeras vanguardias españolas». En este sentido la gran novedad de este otoño es el proyecto plasmado en una edición facsimilar de dos publicaciones: las revistas de la vanguardia histórica española: 'Ultra' (Madrid, 1921-1922) y 'Vltra' (Oviedo, 1919-1920).

Ambas han sido realizadas a partir de las revistas originales conservadas en la biblioteca personal del autor de 'Manual de espumas', con la colaboración de Ediciones Ulises. El vínculo de la Fundación santanderina con este sello editorial -perteneciente al grupo editorial Renacimiento dirigido por el bibliófilo, librero y editor, Abelardo Linares-, se prolonga ya en una profusa labor de rescate y difusión de las revistas de las primeras vanguardias hispánicas. Gracias a la colección de revistas que el poeta Gerardo Diego reunió en su biblioteca, la institución que vela por su legado está participando en las tareas de «reconstruir y editar facsimilarmente» otras dos revistas fundamentales para el conocimiento de la historia de la literatura y el arte españoles y latinoamericanos del siglo XX: la española 'Vértices' (1923-1924) y la mexicana 'Sagitario' (1926-1927).

El manifiesto y la revista fueron los principales órganos de difusión de los movimientos de la vanguardia histórica. Quien quiera conocer la esencia del movimiento Ultraísta debe estudiar sus revistas: Cervantes (1916-1920), Grecia (1918-1920), Cosmópolis (1919-1922), Vltra (Oviedo, 1919-1920), Reflector (1920), Tableros (1921-1922), Ultra (Madrid, 1921-1922), Vértices (1923-1924) o Tobogán (1924-1925). Dos de estas revistas son objeto de la publicación facsimilar por parte de la Fundación Gerardo Diego, las cuales comparten nombre: 'Ultra'. El movimiento ultraísta comenzó a finales de 1918, y llegó a su pleno desarrollo en un periodo que coincide con su revista más característica, 'Ultra' de Madrid, cuyo primer número es del 27 de enero de 1921 y el último del 15 de marzo de 1922. Fue un movimiento que asimiló el futurismo, el cubismo, el expresionismo y el dadaísmo.

En el caso de la publicación madrileña, 'Ultra: Poesía, Crítica, Arte (a partir del número 23, subtitulada: 'Revista Internacional de Arte) 'fue una de las principales revistas del Ultraísmo, «quizás la más lograda, la principal y depurada de ellas». Logró sacar 24 entregas de sostenido nivel desde enero de 1921 hasta marzo de 1922. «En esta revista está reflejado el mejor momento, el más coherente, del Ultraísmo».

De gran tamaño, en formato de tríptico, destacan sus cubiertas por sus negras xilografías de los pintores Norah Borges, Rafael Barradas o Wladyslaw Jahl, y por las tipografía del título, V - LTRA, impreso con grandes tipos de madera principalmente en rojo (pero también en otros colores: amarillo, naranja, verde, malva...) adoptando distintas disposiciones. Excepcionalmente el número 22 llevaba en la cubierta un precioso pochoir a colores de W. Jahl.

Reunió a los poetas y prosistas más habituales del Ultraísmo: Rogelio Buendía, Rafael Cansinos Assens, José de Ciria y Escalante, Gerardo Diego, Pedro Garfias, Ramón Gómez de la Serna, Rafael Lasso de la Vega, Eugenio Montes, Humberto Rivas, José Rivas Panedas, Lucía Sánchez Saornil, Guillermo de Torre, Adriano del Valle o Isaac del Vando Villar. Intercambios internacionales también están presentes a través de los autores latinoamericanos como Jorge Luis Borges o Ildefonso Pereda Valdés, y los europeos, Apollinaire, Mallarmé, Tadeusz Peiper, Pierre Reverdy, Tristan Tzara, entre otros. En el número 2 de la revista, Rosa Chacel, publicó su primer relato.

Esta reedición facsimilar «reproduce fielmente el contenido de la revista, pero, al aparecer en forma de libro, no conserva el formato original, que constaba de tres hojas desplegables, es decir, seis páginas, de 26 x 35 cm».

Por lo que se refiere a la ovetense Vltra la historia refiere que desde el 1 de noviembre de 1919 hasta el 1 de enero de 1920 se publican, en la ciudad asturiana, cinco números de esta importante revista para el estudio y conocimento de la vanguardia hispánica. Dirigida por Augusto Guallart y, más tarde, por Joaquín de la Escosura, «en ella se encuentran todas las firmas importantes del movimiento renovador ultraísta: Guillermo de Torre, Eugenio Montes, José Rivas Panedas, Adriano del Valle, Rafael Cansinos Assens, y el propio Gerardo Diego».

Junto a Grecia, Cervantes y Perseo, la revista 'Vltra' de Oviedo (1919-1920) supuso el inicio del movimiento ultraísta y la definición de todas sus líneas creativas. Dirigida, en sus cinco números, primeramente por Augusto Guallart y, más tarde, por Joaquín de la Escosura, colaboraron en ella la casi totalidad de la pléyade innovadora (con la excepción de Borges, Larrea o Garfias). La subtitulada 'Hoja quincenal de la literatura' teorizó sobre Apollinaire, Huidobro o el propio Ultraísmo, a la vez que mostraba el hermanamiento del grupo periférico (ovetense) con el núcleo central de la vanguardia. Cada facsímil lleva una introducción a cargo de un especialista en la materia, además de un sumario y un índice onomástico.

El escritor y crítico de arte, Juan Manuel Bonet (París, 1953) participará el próximo jueves en el Ciclo 'En la Biblioteca de Gerardo Diego' con su recorrido por 'Irradiador: revista de vanguardia de Manuel Maples Arce & Fermín Revueltas México, 1923'. El ponente dirigió el IVAM de Valencia, el Museo Nacional Reina Sofía y el Instituto Cervantes. Y preside las fundaciones Cansinos Assens y Vicente Huidobro.

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