
Barbara Kruger, pliegues de voces
Sonido, texto y arquitectura confluyen en un intenso encuentro con el lenguaje del poder en la muestra del Guggenheim. Una panorámica a través de cuatro décadas de sus radicales exploraciones.
Campo de batalla. Cuerpo de palabra. ¿Quién escucha tu silencio? Leo, luego te veo. Pliegues de voces. Lenguaje es forma. Las imágenes parecen desbordarse pero la palabra doma el cordón umbilical con el espectador a través de la reflexión y la mirada crítica. «Trabajo con imágenes y palabras porque tienen la capacidad de determinar quiénes somos y quiénes no». Sus creaciones combinan fotografías en blanco y negro con textos provocativos en tipografía Futura Bold Oblique o Helvetica sobre fondos rojos.
El poder, la identidad, el consumismo y la sexualidad, cuestionando desde diversas vías y formas las construcciones culturales y sociales, vertebran su lugar en el arte. A través de la tipografía negrita sobre fondos rojos como mantra, Kruger (1945) ha edificado una reflexión crítica sobre temas sociales y culturales que han influido en generaciones de artistas y diseñadores. Un enfoque directo y provocativo que atraviesa el arte contemporáneo y se instala en los debates culturales. La artista conceptual estadounidense apela al uso de pronombres en inglés como you, you, I, we, y they, recurrentes en buena parte de sus creaciones.

El diseño gráfico, la poesía y la influencia de los medios de comunicación de masas se halla en la médula espinal de esta creadora que se inició en la Syracuse University, la escuela de Artes Visuales, estudió arte y diseño con Diane Arbus en la escuela Parson's de Nueva York y obtuvo un trabajo en Condé Nast Publications. También trabajó para la revista Mademoiselle antes de trasladarse a California en los años setenta.
Ahora el Museo Guggenheim Bilbao presenta la primera panorámica exhaustiva de Barbara Kruger en España, a modo de ambiciosa exposición que reúne más de cuatro décadas de radicales exploraciones de la artista en torno a las imágenes, el lenguaje y el poder. 'Another day. Another night' representa «un análisis en profundidad de cómo el trabajo de la artista, muy arraigado en la comunicación de masas y el comentario cultural, sigue evolucionando en la era digital». Kruger lleva más de medio siglo planteando al público «el reto de tomar conciencia de las estructuras de poder que dan forma hoy a nuestras identidades, deseos y creencias».
Intensidad y cuestionamiento
Su creación visual funde «la negrita tipográfica, yuxtaposiciones de imágenes y textos y unas dimensiones monumentales». De este modo asoma un lenguaje visual que se inspira en los medios de comunicación para insistir en la reflexión crítica. Utilizando el lenguaje de la publicidad, pero subvirtiendo su intención, su trabajo expone «los mecanismos de persuasión, consumo y control que impregnan la vida contemporánea».

La muestra en el museo bilbaíno reúne obras que recorren toda su trayectoria: «Sus primeras composiciones con imágenes y textos (paste-ups), mensajes impresos en vinilo a gran escala, videoinstalaciones, intervenciones sonoras y piezas de ubicación específica creadas expresamente para el Guggenheim Bilbao». El itinerario que propone el museo es una inmersión en el arte de Kruger que va desplegándose en los suelos, paredes y pantallas, sumergiendo al visitante en un ambiente visual y sonoro cargado de intensidad. Su obra «no solo pide ser contemplada, sino que induce a experimentar, afrontar y cuestionar».
La muestra se ha abordado en estrecha colaboración con la artista hasta convertir las salas «en un entorno donde convergen sonido, texto y arquitectura, envolviendo al público en un intenso encuentro con el lenguaje del poder». La exposición revisita desde algunas icónicas obras tempranas –caso de sus afamados paste-ups–, y exhibe además piezas recientes digitales y de vídeo que siguen ampliando «su alcance formal y conceptual».
Persuasión y protesta
Las obras de Kruger beben de una constelación de fuentes –discursos políticos, eslóganes publicitarios, doctrinas religiosas, jerga de Internet– que la artista «transforma en agudas e incisivas reflexiones sobre los sistemas que hoy dan forma a nuestra vida».
En sus propias palabras: «El lenguaje es una fuerza poderosa... y nos define». En una época en que la información es incesante y la verdad parece cada vez más inestable, «el arte de Kruger nos anima a reducir nuestro ritmo, leer con atención y pensar en profundidad. Con un sentido de urgencia, ingenio y precisión formal, recuerda que las imágenes hablan, y lo mismo debemos hacer nosotros». La artista norteamericana exhibe su implicación y pericia a la hora de trabajar en diferentes contextos arquitectónicos a través de instalaciones de ubicación específica que sumergen a los visitantes en entornos repletos de textos».
la muestra en datos
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Barbara Kurger 'Another day. Another night'. Hasta el 9 de noviembre. Comisaria: Lekha Hileman Waitoller.
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Contenidos El Museo Guggenheim Bilbao presenta la primera panorámica exhaustiva de la artista en España, que reúne más de cuatro décadas de radicales exploraciones en torno a las imágenes, el lenguaje y el poder.
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Objetivo Análisis de cómo su trabajo, muy arraigado en la comunicación de masas y el comentario cultural, sigue evolucionando en la era digital.
Su estética tiene sus raíces en su temprana experiencia profesional como diseñadora gráfica. A finales de los 60 trabajó como diseñadora editorial y editora de imágenes en revistas como la citada Mademoiselle y en House & Garden, donde aprendió a captar la atención del público a través de la claridad de la composición y la información visual. Este periodo no solo forjó su sensibilidad hacia la difusión de imágenes en la cultura de consumo, sino también su constante interés por los mecanismos de la persuasión visual. Empezó entonces a trabajar con tipografías sin serif, como las citadas, por su facilidad de lectura y su gran impacto. Esos tipos de letra se convirtieron en señas de identidad de su arte, permitiendo –en sus propias palabras– «deshacerse de la parafernalia visual» y hacer rotundas afirmaciones que se apoderan del espacio y atrapan la atención.
Sus primeras paste-ups, esas obras fotográficas en blanco y negro con texto, surgieron de su experiencia en el diseño y sentaron las bases conceptuales de sus posteriores instalaciones a gran escala. Desde el principio, ha tratado el lenguaje «no solo como contenido, sino como forma, un elemento visual tan cargado como cualquier imagen».

El punto de partida de la muestra son sus creaciones más icónicas: 'Untitled '(I shop therefore I am), creada en 1987 en serigrafía fotográfica sobre vinilo, y reimaginada por la artista en 2019 como una instalación LEO a gran escala (más de 5 metros de altura en Bilbao), con animación y sonido.
La obra se despliega como un «rompecabezas gigante» en el que las piezas van encajando hasta formar la frase 'I shop therefore I am'(Compro, luego existo). Entonces la imagen cambia en un instante con un sonido metálico, atravesando variaciones como as 'I shop therefore I hoard' (Compro, luego acumulo), 'I need therefore I shop' (Necesito, luego compro), 'l love therefore I need' (Amo, luego necesito), etc. Un «juego filosófico» sobre consumo e identidad, a través de la proposición cartesiana, que es uno más de los numerosos ejemplos de la exposición, cuyo espacio está lleno de referencias a pensadores, escritores y textos.
Suelos, paredes y pantallas sumergen al visitante en un ambiente visual y sonoro cargado de intensidad
Kruger, tal como destaca la propuesta del Guggenheim, «sustituye el consumo pasivo por la confrontación, cambiando nuestros monólogos internos por los suyos: inquisitivos, mordaces y extrañamente íntimos».
Los elementos que elige jamás son neutrales: «Cada frase se convierte en un gesto cargado de significado, parte de un comentario más amplio que atraviesa décadas de su trabajo. Y aunque el vocabulario formal pueda parecer coherente, «lo que la artista revela sufre una constante transformación: su obra evoluciona al ritmo del lenguaje del poder, la persuasión y la protesta». Esta urgencia se hace especialmente presente en muchas de las obras de la exposición, que traen a la mente las tensiones políticas y culturales de nuestro tiempo. Entre las piezas más destacadas, 'Untitled (Forever)' muestra un gigantesco texto en blanco y negro. Son las sombrías palabras de George Orwell: «Si quieres hacerte una idea de cómo será el futuro, figúrate una bota aplastando un rostro humano ... incesantemente».
En 'Untitled (Verdad)' la palabra «verdad» en español pasa del negro azabache al gris pálido, concitando la reflexión sobre la naturaleza de la propia verdad: «¿Es absoluta, o se va erosionando con el tiempo?». Al mismo tiempo, las piezas de audio rurlivas (rogue audio) añaden una inesperada capa sonora, con voces en off susurrando frases como 'Te quiero' o 'Lo siento'; momentos de ironía e intimidad que contrastan con sus obras visuales más declarativas .
Kruger recala con su obra imperecedera en un presente en el que la verdad se cuestiona y el propio lenguaje es un campo de batalla. Ella insiste en que «no nos limitemos a consumir, sino que nos detengamos, reflexionemos y respondamos».
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