Borrar
Desde su primer disco en 1979 hasta la fecha, Williams ha facturado 16 trabajos y ha ganado tres premios Grammy. DM
Lucinda Williams, cruce de caminos
Gira

Lucinda Williams, cruce de caminos

Referente del country rock norteamericano, con un estilo personal alejado de estridencias, la cantante de Louisiana ofrece en junio tres conciertos en España

Viernes, 21 de febrero 2025, 07:24

«Mi música siempre ha confundido a todo el mundo, porque cuando empecé decían que se situaba en los huecos entre el country y el rock». Han pasado 40 años y todo sigue igual.

A Lucinda Williams (Lake Charles, Luisiana, 1953) le gusta escribir canciones sentada en su cocina, sola, en silencio, en orden. Una cocina desde cuyas ventanas se ven las colinas de Nashville, cuna del country moderno. Siempre a mano una libreta donde ir apuntando las ideas que cruzan su cabeza y con las que ha ido dando forma a dieciséis discos desde 1979. Nunca tira esos apuntes que acumula y, que si hoy no funcionan, quizá lo hagan mañana. No es una labor frenética; 'Drunken angel' –dedicada al forajido y músico Blaze Foley– tardó dos años en estar terminada. 'Lake Charles' incluso más. En sus composiciones, se traza el recorrido de sus amoríos condenados con «poetas en motocicletas» y los paisajes góticos del sur de las diferentes ciudades de su juventud, incluidas Macon, Lake Charles, Baton Rouge y Nueva Orleans.

Cuando Williams tenía 12 años, ocurrió una especie de epifanía musical. Un amigo de su padre llegó a casa con un vinilo entre manos. Era el 'Highway 61 Revisited' de Bob Dylan. Recién salido del horno. Ella cogió el disco, lo puso en el estéreo y sonó 'Like A Rolling Stone'. Ahí inició el camino que la definiría. Hija de una madre con problemas de salud mental, con 18 dejó su casa, dispuesta a ganarse la vida en la ruleta de la música. Entre tanto, vivió en una docena de lugares diferentes, siguiendo a su padre, poeta, vendedor de libros de texto, profesor y amante de las fiestas, en sus sucesivos trabajos. Lucinda trabajaba en tiendas de alimentación y tiendas de discos durante el día para poder tocar su música por la noche. Décadas después acabó haciendo de telonera del propio Dylan, ha sido nominada a los Premios Grammy diecisiete veces y los ha ganado en tres ocasiones. También ha sido doce veces nominada a los premios Americana, que ha ganado en dos ocasiones. La revista Time la nombró 'La mejor compositora de América' y Rolling Stone la incluyó entre 'Los 100 mejores compositores de todos los tiempos'.

Fondo y herencia

Lucinda no epata con tu torrente de voz, ni con una puesta en escena apabullante. Lo suyo es la construcción de universos reconocibles narrados con su característica voz rasgada, casi íntima. Irónicamente, cuando tenía un año tuvieron que practicarle una traqueotomía. Quién imaginaba entonces que su toda su vida estaría ligada a su garganta. España suele figurar en su mapa de recorridos europeos. Hace dos años se dejó caer en el Azkena Rock y este año regresará. Será el 20 de junio. El día anterior estará en la Sala Apolo de Barcelona y el día después en Madrid, tocando en La Riviera.

«Me considero una artista ante todo, y para mí el arte significa autoexpresión, y una gran parte de mi debe expresarse en mis letras», afirma Williams. Heredera de figuras clásicas como Joan Baez o Emmy Lou Harris, es la bisagra que la lleva a nuevas referencias como Sharon Van Etten, Kacey Musgrave , Angel Olsen, que pone su voz a su último trabajo con composiciones propias o Margo Price, que también estará en el Azkena Rock.

Lucinda Williams comparte vida y carrera con Tom Overby, que ejerce también como manager. Con él toma algunas de las decisiones que no suele delegar en nadie más, si bien probó ese ejercicio en su penúltimo trabajo, 'Stories from a Rock n Roll Heart', y el resultado no le disgustó. Sin embargo, desde el principio al final, está acostumbrada a decidir cada paso.

Así ha publicado 16 discos y no se ha limitado a plasmar su universo, sino que también ha dado réplica y homenaje a composiciones ajenas. Lucinda suena en el blues más crudo de 'Ramblin on my mind' (1979) o 'Little honey' (2008). Con 'Car wheels on a gravel road' (1998) lograría su consagración. Un disco cuajado de arreglos preciosistas que canta al mundo donde habita con desgarro y libertad. Producido por Steve Earle, Roy Bittan y Ray Kennedy junto a la propia Lucinda Williams. El trabajo con el que se le abrieron nuevas puertas en nuestro país.

Ella, que se ha enfrentado a la depresión en distintos momentos de su vida, siente que «el rock and roll sigue cambiando vidas». En noviembre de 2020, Williams sufrió un derrame cerebral que frenó su actividad, pero no por mucho tiempo. En diciembre estaba en marcha de nuevo. «La verdad es que a todo el mundo le sorprendió cuando volví a salir a tocar tan pronto», afirmaba.

Dejó de tocar la guitarra por las secuelas y tuvo que enfrentarse al escenario respaldada por su banda, y tan solo con la voz, desnuda del instrumento con el que se ha vestido desde hace décadas. También se le puso cuesta arriba la composición. Sin embargo, puso su creatividad al servicio del bien común; para paliar la sangría que supuso el covid en el mundo de la música, lanzó 'Lu's Jukebox', una serie de discos en los que hacía suyas las canciones de otros, como Tom Petty –a quien le dedicó 'Stolen Moments' tras su muerte– , Rolling Stones o, el último, los Beatles sonando desde Abbey Road, que publicó hace nueve semanas.

Como si de un balance de cuentas con su propia historia se tratara, en 2023 Lucinda publicó su biografía: 'No compartas con nadie los secretos que te conté', editado por Liburuak, la rama literaria de Last Tour, que desde Bilbao da forma a libros sobre música y cultura contemporánea ('Ciudadano Cash', 'Los últimos días de EMI', 'Barry Adamson', 'Viaje al centro de los Cramps'...).

A lo largo de 256 páginas, Williams viaja desde el salón familiar hasta agotar entradas en el Radio City Music Hall, encadenando trabajos y enfrentándose a unas discográficas que no se tomaban en serio su rol de mujer en el mundo de la música, y que la consideraban demasiado country para el rock y demasiado rock para el country». Exactamente en el lugar adecuado.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes Lucinda Williams, cruce de caminos