Mayúscula quijotada santanderina
Un proyecto del librero santanderino Fabián Hernández que el benigno cielo paró a tiempo por falta de respaldo suscriptor
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Librería nueva, científica y literaria
Promediado el siglo XVIII, se ofrece al público a partir de un anuncio inserto en 'La abeja montañesa', edición del 20 de febrero de 1859. A cargo de Fabián Hernández, calle del Correo, nº 5, Santander. Centro de suscripción de todos los periódicos españoles y extranjeros. Museo literario y galería dramática. Suscripción a la lectura a domicilio.
Tal anuncio se complementa con otro de un año más tarde, bajo el rótulo: Al Público y la aclaratoria información que sigue: «Hará un año que se publicó en Santander el siguiente anuncio Librería nueva, científica y literaria, a cargo de Fabián Hernández, casas del Sr. Escalante, junto a paseo de la Alameda. El Sr. Hernández, dependiente que ha sido del Sr. Bailly Baillier, librero de cámara en Madrid, pretende colocar a la altura en que se encuentra en todas las provincias este importante ramo. Una correspondencia activa y directa con todas las librerías de España permiten desempeñar con prontitud cuantos encargos en el ramo se le confíen».
En Santander, aspira el librero a poner en práctica lo que trae aprendido de buen maestro en Madrid.
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Los sabios de la abeja
Reuníanse en tertulia, en el propicio ámbito de la librería, rodeados de abundante letra impresa, los cráneos más privilegiados de la ciudad, comandados acaso por el fundador de 'La abeja montañesa' (1856), Cástor Gutiérrez de la Torre, periodista y fuente de una saga de periodistas, escritores y artistas; entre los que destacan su hijo Enrique, fundador del Atlántico (1886), sus nietas Matilde de la Torre, escritora y folclorista, Aurelia y María Gutiérrez Blanchard, pedagoga y universal pintora, respectivamente; ignorada en Santander Aurelia y justipreciada María, etc.
Y como la cabra tira al monte (en llana expresión), admirable que a la tertulia de los sabios llegara un sabio en potencia, imberbe aún. En su historia de la prensa, lo Simón Cabarga (1982:104): «Cuando Menéndez Pelayo comenzaba a prepararse para el bachillerato en el Instituto de Santa Clara, su tío, Juan Pelayo, solía llevarle a la tertulia que 'los sabios de La Abeja' celebraban en la librería de Fabián Hernández (el que realizó la proeza de editar el famoso 'Becerro de las Behetrías en Castilla').
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Gesta editorial
La protagoniza Fabián Hernández, librero. De quien poco más he logrado hasta el momento averiguar, si era nativo o foráneo y demás personales circunstancias. Y se cataloga así: «Becerro. Libro famoso de las Behetrías de Castilla, que se custodia en la Real Chancillería de Valladolid. Manuscrito del siglo XIV, en el cual se expresan detalladamente la naturaleza y origen de la nobleza de España y se describe en todo su esplendor el feudalismo nacional en el último tercio de la edad media mandado hacer por don Pedro I de Castilla. Con un prólogo en que se prueba que D. Pedro I ordenó la pesquisa de Behetrías y que, por lo tanto, es autor único de este precioso códice. Acompaña un facsímil de una de las páginas de original. Santander, 1866, 4º mayor, tela».
Un tomazo editado a huevo, enteramente aquí. En La Imprenta de la Gaceta del Comercio, Becedo, 9 bajo. Una machada editorial sin precedentes, que llevó a los más distinguidos centros del saber patrio el nombre de la ciudad de Santander, situándola en el mapa de la edición contemporánea. Del original (532 páginas) tengo copia en PDF y hace al caso señalar que no se ha vuelto a reeditar facsimilarmente en Cantabria, porque a las autoridades autonómicas les sorbe el seso (con ese) cuestiones más perentorias.
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Cervantino a la inversa
Cabe pensar que la gesta editorial acabó saldándose con satisfactorio balance económico. Pruébalo así el no menos ambicioso proyecto original que motiva la redacción de este trabajo, inspirado a medias por la sorpresa y la admiración que me inspira la figura de Fabián Hernández, intelectual, librero, editor, escritor, polemista... Un perfecto desconocido en Cantabria.
Ojo al grotesco título del proyecto que el referido se saca de la manga. Carnaza para el choteo: «Ni Cervantes es Cervantes, ni El Quijote es El Quijote. Un paseo por las páginas de la inmortal obra. Prólogo, proemio, prefacio, introducción, prospecto o más claro: Opúsculo, precursor de una edición (sin notas) del verdadero D. Quijote de la Mancha, con el texto genuino de su autor, hallado por un pretendiente a la de Argamasilla».
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Piedra de escándalo
Naturalmente el opúsculo dió mucho que hablar más allá de Peñas arriba. Maxiriarth lo incluye en un tratado que tengo muy frecuentado: 'Seudónimos de escritores españoles' (1904). En dos entradas:
A). Un académico de la Argamasilla. Fabián Hernández, librero de Santander, en unos estudios sobre El Quijote, publicados en la Revista Ilustrada de 1881, según nota de D. José María Sbarbi en su libro In illo tempore (1903), pág. 11.
B) Un pretendiente a la de Argamasilla. ¿Fabián Hernández, librero? Quizá sea algo aventurado decir que con aquel disfraz escribió una crítica de los comentadores del Quijote, titulada de los comentadores del Quijote, titulada ni Cervantes es Cervantes, ni el Quijote es el Quijote, folleto publicado en Santander, 1868.
La Revista Ilustrada (1881) se oculta de mis pesquisas. En cuanto a Sbarbi, su entrada es recriminatoria: «Estudios sobre El Quijote. Se publicaron en la Revista Ilustrada (Madrid, 1881), en uno de los cuales estampa su autor (D. Fabián Hernández, librero de Santander) la peregrina y rimbombante especie de que, abundando las tinajas en el Toboso, Dulcinea del Toboso vale tanto como 'tinaja nueva para buen vino'. Histórico. De esto, a hacer a Quijano el bueno un borrachín de primera, no hay más que un paso. Qué signifique Dulcinea del Toboso, ya tendremos ocasión de verlo más adelante».
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Enmudecimiento súbito
Todo apunta a que la aventura editorial quedó en agua de borrajas, por falta de respaldo suscriptor. En cuanto al librero-editor y su negocio, como por arte de magia desaparece de la escena hacia 1869, dejando como estela algún que otro artículo periodístico. Sin que vida y milagros hayan sido hasta la fecha biografiados. De lógica elemental es que cerrara el negocio y se fuera con la música a otra parte. O que cervantinamente se durmiera en el Señor.
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