Robert Capa, icono
La mayor retrospectiva de Robert Capa, configurada por más de 250 piezas originales del fotoperiodista de guerra más famoso de la historia, se exhibe en el Círculo de Bellas Artes de Madrid en un itinerario único a través de la memoria del siglo XX. El mito, la imagen, la historia, lo icónico y lo nunca visto.
Su mirada tiene como equipaje el peso de la historia. Cabe el mito y la iconografía. Y siempre en la entraña de la imagen, tras el azar, la oportunidad y el hallazgo, un lema a modo de mandamiento: «Si una foto no es suficientemente buena es porque no estabas lo suficientemente cerca». Lo fácil es pensar que las imágenes forman parte de una gramática ya conocida y asumida. Incluso la invasiva y profusa presencia de pantallas e imágenes lleva a deducir erróneamente que no cabe la sorpresa ni el asombro. Un nombre, Robert Capa, desmiente esta presunción. La memoria del siglo XX y la transformación del fotoperiodismo moderno se entrelazan en su legado. Ahora se exhibe en Madrid hasta 2026 la mayor retrospectiva de Robert Capa: más de 250 piezas originales del fotoperiodista de guerra más famoso de la historia.
El Círculo de Bellas Artes acoge un trayecto único por esa mirada plena de imágenes que dejaron huellas sobre la piel del paso del tiempo. 250 piezas –fotografías de época, publicaciones y objetos personales– procedentes de la Golda Darty Collection y de los archivos de Magnum Photos. Las primeras fotografías de la exposición, 'Robert Capa. Icons', coproducida con la empresa Sold Out, son aquellas con las que Capa fue dándose a conocer en la profesión, gracias sobre todo a una imagen del revolucionario León Trotski durante un mitin en Copenhague para la agencia Dephot de Berlín en 1932. Y, por supuesto, uno de los ejes sobre los que pivota la muestra es su afamada fotografía 'Muerte de un miliciano', en la Guerra Civil, publicada el 23 de septiembre de 1936 en el semanario francés Vu. Aún hoy está rodeada de enigmas e hipótesis sobre si fue real o preparada y sobre el lugar exacto donde se tomó.
Robert Capa (Budapest, 1913 -Indochina, 1954) se convirtió en el gran referente del fotoperiodismo moderno. Su carrera, aunque breve, lo llevó a cubrir cinco conflictos decisivos: la Guerra Civil Española, la guerra chino-japonesa, la Segunda Guerra Mundial, la primera guerra árabe-israelí y la guerra de Indochina. La muestra, 'Icons', reúne fotografías, objetos personales y documentos históricos. El recorrido permite acercarse a la vida y obra a través de lugares y acontecimientos. Desde su trabajo en la Guerra Civil Española, donde estuvo acompañado por su compañera y también fotógrafa Gerda Taro (fallecida en Brunete en 1937 durante la contienda) hasta sus últimos reportajes en Vietnam, donde perdió la vida en 1954, Capa fue «un testigo directo de la historia». Además de las fotografías icónicas, el visitante encontrará publicaciones originales de la época, así como una de sus célebres cámaras Leica, su máquina de escribir y su permiso de conducir. Materiales procedentes de la Golda Darty Collection y de los archivos de Magnum Photos, agencia que él mismo fundó en 1947 y que revolucionó la forma de entender el fotoperiodismo.
Las que sí están asociadas a la mirada y a la memoria colectiva son esas imágenes inherentes al fotoperiodismo: la célebre Muerte de un miliciano, símbolo de la Guerra Civil; las fotografías tomadas bajo fuego enemigo en Omaha Beach durante el Desembarco de Normandía; o los retratos íntimos de soldados y civiles que revelan la dimensión más humana del conflicto.
Lo excepcional son las fotografías originales reveladas en su momento por el propio Capa, lo que permite apreciar «el modo en que circularon en periódicos y revistas de los años treinta, cuarenta y cincuen». Son imágenes que «conservan la inmediatez del momento, con toda la urgencia y las marcas de su tiempo, lejos de las copias posteriores más retocadas». Junto a ellas el Círculo exhibe objetos personales, que certifican el día a día del fotógrafo de carismática personalidad y humor irónico. Estos elementos recuerdan que Capa fue, además de reportero, un hombre vitalista y curioso, apasionado por el cine, los viajes y la amistad. Aunque su nombre está ligado a la fotografía de guerra, Capa también retrató a grandes personalidades de la cultura como Picasso, Hemingway o Ingrid Bergman, y exploró otros géneros como la moda, el cine o la fotografía de viajes. Desde finales de los años treinta experimentó con el color, y tras la Segunda Guerra Mundial lo incorporó a menudo en sus reportajes para revistas internacionales.
Carga testimonial
Coincidiendo con el 90 aniversario de la Guerra Civil Española –una de las guerras que cubrió Capa– la exposición presenta esas fotografías originales de época (vintage prints), «únicas», lejos de las ampliaciones retocadas habituales en otras muestras, conservan la huella de su tiempo y transmiten con fuerza la esencia del fotoperiodismo: «Imágenes directas y con toda su carga testimonial».
Por otra parte, las escenas en color que pueden verse en la exposición ofrecen una mirada distinta: un Capa menos conocido, que captura la vitalidad de la vida cotidiana, los paisajes y los retratos con una frescura sorprendente. Tras la Segunda Guerra Mundial, la incorporó con frecuencia en sus reportajes para revistas como Life o Holiday. Sus escenas en color de viajes, moda y retratos ofrecen una mirada diferente: un Capa vitalista y cercano, que disfrutaba captando la intensidad de la vida más allá del frente de batalla. Estas imágenes, poco vistas hasta ahora, «forman parte esencial de la muestra y completan la visión de un fotógrafo que no solo fue testigo de la guerra, sino también de la modernidad y la alegría de su tiempo».
'Robert Capa. Icons'
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Robert capa El Círculo de Bellas Artes exhibe junto a Sold Out la mayor retrospectiva en España dedicada a Robert Capa Más de 250 piezas, entre fotografías de época, publicaciones y objetos personales— procedentes de la Golda Darty Collection y de los archivos de Magnum Photos.
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En datos 02.10.2025 — 25.01.2026. Sala: Sala Picasso Comisariado: Michel Lefebvre. Fotografías originales reveladas en su momento por el propio Capa, lo que permite apreciar el modo en que circularon en periódicos y revistas de la época.
Según el comisario Michel Lefebvre: «Las fotografías originales de época, incluso con sus imperfecciones, son un testimonio mucho más fiel del trabajo fotoperiodístico. Con ellas, podemos comprender cómo miraba y cómo trabajaba».
Capa murió en 1954, a los 40 años, al pisar una mina mientras cubría la guerra de Indochina. Su vida corta y su compromiso con estar siempre «en el corazón de la acción» lo convirtieron en leyenda. Tras su muerte, su hermano Cornell Capa se dedicó a conservar y difundir su legado, al que también contribuyeron la agencia Magnum Photos –fundada por Robert junto con Henri Cartier-Bresson, David 'Chim' Seymour y otros– y numerosos investigadores.
Lo que transparenta la exposición, más allá del poder icónico de sus imágenes, es la capacidad para comprender no solo qué captó, sino también «cómo viajaban esas fotografías desde el frente hasta los periódicos, recorriendo miles de kilómetros en coche, tren o avión, en un momento clave para el nacimiento del fotoperiodismo moderno». Carismático y comprometido, Capa «redefinió lo que significaba ser reportero gráfico, y sus imágenes –poderosas, cercanas y humanas– no han perdido su capacidad de conmover al espectador».
Helena Garay Fotógrafa y doctora en Investigaciónen Humanidades, Artes y Educación
Icono de iconos
Hay nombres que se convierten en representación de una época. En el cine basta pensar en Humphrey Bogart, Audrey Hepburn o Marilyn Monroe para reconocer un estilo y una forma de estar ante la cámara. En la fotografía ese lugar lo ocupa Robert Capa. Y, como las estrellas de Hollywood, también jugaba a ser personaje, engominado, el entrecejo marcado, un cigarro siempre en la boca y una mirada directa a cámara. Posaba como una estrella más y lo sabía. Tal vez disfrutaba demasiado de ese papel. Y como cualquier actor, interpretó un personaje. Robert Capa no era su nombre real, sino una invención con la que construyó su propia leyenda.
Su nombre no es solo el de un fotógrafo célebre, sino el de alguien que definió cómo debía contarse el siglo XX a través de imágenes. Igual que una película puede resumir el espíritu de una generación, sus fotos resumen la tensión de una época: la guerra, el dolor, la resistencia y también la ternura en medio de la destrucción. Como si la realidad fuera un rodaje sin decorados ni guion, Capa decidió situarse siempre en la primera línea del frente.
Capa, estaba en el lugar exacto, en el momento preciso, arriesgando la vida para conseguir la fotografía que contara lo esencial. Y al igual que las estrellas se entregaban a sus papeles, él se entregó a la verdad de sus imágenes, hasta el punto de perder la vida en Indochina en 1954.
La propia fotografía de guerra le debe a Capa, y a otros fotógrafos de su tiempo, la definición de una nueva sensibilidad. En lugar de mostrar solo batallas y trincheras, él retrató la miseria, el hambre, el miedo y la crueldad en los rostros de soldados y civiles, poniendo a las personas en el centro. Esa manera de mirar contribuyó a definir el fotoperiodismo moderno y convirtió a Capa en un referente para generaciones de fotógrafos y estudiantes.
Sus fotos, más allá de polémicas, siguen siendo fotogramas de la Historia. El miliciano abatido o el desembarco de Normandía no son solo documentos, son imágenes que han pasado al imaginario colectivo, del mismo modo que las películas que nunca envejecen.
Recorrer una exposición suya no es solo mirar fotografías. Es entrar en una sala donde lo que se proyecta es la vida y la muerte de una época.
Capa, un icono entre iconos.
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