Cita de campeones para la historia

La del 2006, cuando Óscar González y Jesús Salmón mantuvieron un duelo que durante ocho manos tuvo en vilo a la Severino Prieto y que acabó con el primer título para El Junco. La de 2015, en la que Lolo Lavid supo sufrir para tocar por fin la gloria. O la de este mismo año, con menos emoción por subir al primer lugar del cajón pero con Víctor González batiendo su propio récord de bolos. Hay tantas finales de Campeonato de España como opiniones acerca de cuál ha sido la mejor de la historia. Esos tres ejemplos son de las fases decisivas modernas, porque algunos más veteranos hablarán del Tete, que además vivió una final entre sus dos hijos, Arenal, Miguel García o Fuentevilla. Incluso los más viejos mencionan a Salas, a Ramiro o a Cabello. Eso sí, solo los más estudiosos conocen las finales ganadas por Federico Mallavia en los años 20, cuando el Campeonato ni siquiera era Campeonato.

Todos esos momentos están recogidos en el libro 80 años de Campeonatos de España de bolos de 1ª categoría, escrito por Leo Álvarez Ahijado y presentado ayer en El Malecón dentro de un acto emotivo que combino bolos, folklore y una imagen para el recuerdo: la de casi todos los ganadores del título que quedan vivos reunidos en un mismo lugar. En la cita los mejores de la historia del torneo más importante de cada temporada no estuvieron solos, toda vez que fueron secundados por aquellos que, en palabras del autor, «intentamos y no conseguimos» ganar la competición.

El volumen se asemeja en formato al escrito por Ahijado para conmemorar el centenario del Torneo de La Patrona, aunque añade más contenido para no dejar atrás nada de lo ocurrido desde hace más de 100 años. Un evento que llenó el corro y en el que los invitados por el autor pudieron recoger el libro, de tirada reducida y reservado para aquellas personas que han tenido relación con los protagonistas del evento a lo largo de la historia. En el corro no faltaron presidentes de peñas, ex bolistas y aficionados, que no quisieron perderse la reunión de muchos de los mejores jugadores de la historia.

Fue además una tarde de reencuentros. Santos hablaba con Chele, el hijo del recordado Miguel García, Fuentevilla repartía apretones de manos y Manolín Domínguez sonreía junto a Carlos Gandarillas, uno de los campeones junto a su hermano David, Pepín Alonso y Lolo Lavid en los años de la separación, cuando los favoritos pelearon por el que se llamó Torneo Interautonómico. Horas y horas de bolera, de barra y de anécdotas condensadas sobre la arena de la que probablemente sea el corro más famoso de Cantabria.

Con el hermano del autor, José María Álvarez Ahijado, como maestro de ceremonias, el artífice del volumen recuerda también en su obra a aquello que han narrado la historia de los bolos a través de sus crónicas, fuente fundamental a la hora de elaborar un manual que sobrepasa los dos kilos de peso. Fue el momento formal de una tarde pensada para rememorar tardes de gloria, de bolos, muchos bolos, en cuanto a cantidad y calidad y unir pasado, presente y futuro en un mismo recinto.

Una tarde que empezó con saludos, siguió con presentaciones y terminó con folklore, con cante, con toda la bolera entonando al unísono las tonadas que unen para los restos dos factores fundamentales de la cultura cántabra. Al final del acto los invitados no pudieron recoger el libro debido a los problemas de suministro de cartón para hacer todos los volúmenes, por lo que los acreedores del mismo recibieron un vale para poder canjearlo cuando estén listo. Fueron varios los jugadores que se emocionaron antes de una foto que unió a casi todos los campeones vivos en la grada de la Severino Prieto y a los familiares de aquellos ya fallecidos. Una foto para la historia.

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