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Zambullidas navideñas en la Bahía

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Club Costa Quebrada

Zambullidas navideñas en la Bahía

Papá Noeles, Reyes Magos, burbujas de Freixenet, monjas, hadas... hasta 140 personajes de lo más varopinto han participado en la tradicional Travesía a Nado de Navidad que organiza el Club de Natación Costa Quebrada

Mariña Álvarez

Santander

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Martes, 25 de diciembre 2018, 18:30

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Hace diez años que una tropa de inconscientes prefiere tirarse al mar a tomar el vermú antes de la comida de Navidad. Se maquillan y disfrazan para la ocasión y se parten de risa al zambullirse en las heladas aguas de la Bahía de Santander -a gritos al primer contacto-, para cubrir los trescientos metros que separan Los Raqueros del Palacete del Embarcadero. Cada año, un éxito de participación, cero incidentes y, de regalo, buen tiempo. En diez años solo uno les ha llovido -escampando además en el ratito de la travesía-. El resto, como ha pasado en esta Navidad de 2018, el sol les acompaña en su hazaña. El Club de Natación Costa Quebrada organiza este evento todos los 25 de diciembre, con la satisfacción de haberse convertido en una tradición más de las fiestas en Santander.

La cita ha sido a las 13.00 horas. Allí que ha ido una pandilla de monjas, otra de hadas navideñas, otra peña de burbujas Freixenet, y los Reyes Magos con sus capas de 'armiño', y muchos Papá Noeles y bañadores con espumillón... Lo único que no podían llevar puesto: traje de neopreno. Salvo esto, 'barra libre' de atuendos. Es un evento solidario y deportivo, porque los participantes (este año han sido 140) llevan alimentos que luego donan a Cáritas. Pero aquí no se compite. De hecho, tal y como se ha podido ver este mediodía, unos se esperan a otros porque, en realidad, llegar juntos a la meta es mucho más divertido. Se animan, aplauden y ríen las gracias.

Vídeo. Costa Quebrada

Hoy el mar estaba a 13 grados. El aire, ni llegaba a esa temperatura, a pesar de que el sol engañaba. Sobre las 13.00 horas había 12,5º en Santander. Pero el mar estaba «maravilloso, un placer, perfecto», cuenta el organizador, Arturo Alonso, miembro de la directiva del Club Costa Quebrada, que recuerda que el año pasado, pese a hacer un día soleado también, «entró el viento Sur, la marea estaba muy alta y se formó mucha ola». De los 130 nadadores de 2017, una veintena abandonó antes de llegar al embarcadero «por el oleaje y el frío» y tuvieron que ser recogidos por las lanchas de apoyo. Este año, sin embargo, todos han completado la travesía. Desde el más joven -una niña de 12 años- al mayor, de sesenta y tantos. Los tres barcos -de amigos del club- siguieron al pelotón sin tener que rescatar a nadie. El único contratiempo fue que la marea estaba demasiado baja, así que nada de tirarse de cabeza de la rampa porque se tocaba el fondo. Fue menos vistosa la salida por este motivo, pero el color y el sentido del humor suplió con creces la incidencia.

Los trescientos metros de distancia, en circunstancias normales, se cubren en unos seis minutos. La parafernalia dura bastante más. Antes de tirarse al agua hay 'photocall', villancicos y bailes de calentamiento. Y al terminar, con los disfraces calados, café caliente por gentileza de Dromedario. Todo con mucha expectación, de viandantes que se paran a animar tapaditos con sus abrigos y bufandas.

Llegados a este punto, y ya que la Travesía a Nado de Navidad celebra su décimo aniversario, el Club Costa Quebrada aprovecha para reivindicar un poco de apoyo. «No tenemos ninguna ayuda», de ninguna administración ni federación deportiva, y organizar el evento requiere cierta infraestructura y coste económico. «A quien competa, que se moje», pide Arturo Alonso. Para que la Navidad de 2019 vuelva a tener Papá Noeles en el mar alegrando Santander.

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