Claves para convertirse en un DJ de éxito

«Un DJ debe conseguir que la gente se lo pase bien, disfrute, baile, esté a gusto en el local, consuma y, sobre todo, decida quedarse allí». Una de las cosas que una persona descubre cuando se enfrenta por primera vez a la aventura de realizar una sesión de música frente al público de una sala, es la cantidad de gente que se queda ensimismada con su trabajo; mostrando interés por el equipo que se usa durante la sesión, desde la mesa controladora hasta el programa de ordenador. Una profesión en auge que no se basa simplemente en poner una canción detrás de otra. Convertirse en un DJ de éxito requiere muchas horas de trabajo delante de un ordenador y muchas más horas comprando, escuchando y descubriendo nuevas canciones.

El músico y productor David Van Bylen lleva años afincado en Santander y se ha convertido en uno de los DJ de referencia en el panorama musical nacional. Realiza sesiones llenas de remezclas –que se mueven entre el pop independiente, la música disco y la electrónica– y ha pasado por salas nacionales emblemáticas como Independance o La3. «Hay muchísimos DJ, pero no hay tantos que estén siempre ahí y que hagan bien su trabajo», señala. ¿Qué consejo le daría a una persona que quiera adentrarse en la profesión? «Que disfrute descubriendo música, seleccionando música, probando mezclas…». «También le aconsejaría que nunca pierda de vista cuál es su trabajo: un DJ puede tener su estilo propio y ser innovador, creativo y original; pero a la vez tiene que saber lo que quiere la gente. Jugar entre esos dos polos, ahí está la magia».

Una de las propuestas musicales que más aceptación ha tenido en Santander en el último año es el Mojo Club, una escena de música independiente formada por dos pinchadiscos locales, El Viajero de Neón y Patrullero, invitan los viernes a diferentes DJ, tanto emergentes como consagrados, a pinchar junto a ellos. Consideran imprescindible «visitar sesiones de otros DJ», como la manera más interesante de aprender, no ya cómo manejar un equipo, sino qué transiciones entre canciones realiza otra persona, qué temas lleva en su repertorio y cómo funcionan entre los asistentes a la sala. «Se aprende mucho viendo a otros DJ y además es gratis».

Súper Poly es otro de los DJ más activos de Santander y todas las semanas lleva sus sesiones de música house melódica por las diferentes salas que pueblan la capital cántabra. Tiene claro que «escuchar cada mes nuevos discos» es clave en la profesión, a la vez que explica que un disc-jockey tiene que «trabajar mucho las transiciones entre canciones» para que el público «no se quede de escayola» entre los temas. Otra clave para meterse a los asistentes en el bolsillo: una sesión en una sala tiene que ir siempre «de menos a más». «La sesión puede salir bien, mal o regular, pero la gente siempre se va a quedar con lo que hayas hecho en la última media hora. Es como cuando sales del cine tarareando la canción de los créditos o como cuando entras en Mercadona y sales cantando eso de: Mercadona, Mercadona...», señala. «Puedes hacer una sesión muy buena pero como la acabes jodida...». Van Bylen también aporta sus datos. «Si un DJ hace bien su trabajo, puede conseguir que toda la gente que entre en una sala se quede más tiempo del que tenía previsto, tal vez toda la noche, y esto repercute económicamente».

Los dos DJ detrás del Mojo Club –que además realizan sesiones por toda la región uniendo fuerzas bajo el nombre de Mojo Crew– tienen claro el primer paso que debería dar una persona que quiera aprender a pinchar. «Escuchar música, escuchar, escuchar, escuchar y escuchar». «Nada de programas ni de equipo, un equipo lo puede manejar cualquiera». Para ellos la clave está en saber seleccionar los temas e ir aprendiendo en cada sesión: «No todas las canciones valen». La joven disc-jockey de Cartes Sara Puaj se ha movido bastante en los últimos meses en la escena santanderina –con sesiones llenas de ritmos tropicales– y comparte la misma opinión: «Para mí lo importante para aprender no es el equipo o el software que se utilice, sino conocer la música que se quiere enseñar a los demás y aprender a seleccionar uno u otro tema en función de cómo se muestre el público durante la sesión».

En cuanto a los diferentes programas que usan los DJ, Van Bylen indica que actualmente se puede aprender a pinchar simplemente con un PC y el software Virtual DJ. «Solo con eso ya puedes disfrutar mucho». Súper Poly también da sus recomendaciones. «Para mí hay dos programas punteros para poner música: Traktor y Serato. Hay quien tira de uno y hay quien tira del otro. Esto es como en la fotografía: eres de Nikon o eres de Canon. Los dos son muy intuitivos».

Existen mesas controladoras de DJ por menos de cien euros, que permiten a una persona que comience en la profesión dar sus primeros pasos con éxito. Súper Poly, uno de los disyoqueis más activos de Santander, recomienda, como opción barata e interesante, comenzar con la marca Hércules: «Esto es como empezar a andar con una moto pequeña de 50 centímetros cúbicos para luego coger una de 250 y acabar con una de 1200». Para más adelante se puede dar el salto a otras marcas como Pioneer o Traktor.

David Van Bylen explica que «no es más complicado hacerse un hueco en el mundo de los DJ que hacerse un hueco en el mundo de la fontanería». Una de las principales dudas a las que se puede enfrentar una persona que comienza, es cómo puede conseguir que le dejen poner su música en una sala. Los dos disyoqueis detrás del Mojo Club comentan que no es difícil hacerse un hueco en Santander. «A nivel nacional hay un grupo reducido de DJ que destacan y es complicado adentrarse; pero en la escena local no es difícil». En el Mojo llevan un año invitando a gente –tanto consagrada como emergente– a pinchar junto a ellos, siempre están buscando personas que pueda aportar «cosas diferentes» y se muestran abiertos a «dar una oportunidad a cualquiera que lleve un tiempo trasteando» y se ponga en contacto con ellos.

En nuestra región apenas encontramos DJ femeninas que se hayan hecho un nombre y pinchen regularmente, y algunos nombres que sobresalían, apenas se encuentran en activo y realizan sesiones de manera esporádica. En el panorama nacional, sin embargo, sí encontramos disyoqueis de primer nivel, como Yahaira, que este verano ha pasado por ocho festivales nacionales y a la que varios de los DJ consultados no dudan en alabar.

La joven Sara Puaj –a la que podemos ver a menudo en alguna sala de Santander– explica que no le ha resultado difícil hacerse un hueco en la región, aunque cree que «sería muy positivo para todos que más gente apostara por incluir presencia femenina en sus programaciones». Por el Mojo Club, por ejemplo, han pasado varias DJ femeninas, como Blueberry o Señoras. «De lo malo malo podemos decir que sí han venido chicas a pinchar. No todas las que hemos querido pero…».

«Hay pocas mujeres», explica Súper Poly. «Doy clases de DJ y me llaman muchos padres con niños, pero apenas me llaman papás o mamás con niñas».