Bien diseñada, implantada y operada, una planta de biometano «mejora el territorio»
Encuentro profesional 'Biometano: palanca para la transición energética y rural'.
P.Delgado
Santander
Viernes, 26 de septiembre 2025
Lejos de esa imagen de malestar social que las suele acompañar, las plantas de biometano son un tipo de instalación que, cuando han sido correctamente diseñadas, bien instaladas y operadas de forma eficiente, repercuten positivamente en el territorio en el que se ubican. En ello coincidió el panel de expertos que participó en el foro 'Biometano: palanca para la transición energética y rural', celebrado en el marco del proyecto Sostenibles que promueve El Diario Montañés.
Se dieron cita en este encuentro David Fernández, vicepresidente de la Asociación Española de Biogás, Carlos Nietzsche, director de la empresa Ambiente et Odora, y David García de Herreros, director de desarrollo de proyectos en Verdalia –empresa engargada de materializar la planta que se ubicará en Hazas de Cesto–. Todos ellos, de la mano de la periodista de El Diario Saray Ceballos, abordaron desde distintos puntos de vista cómo encaja esta tecnología en el modelo energético español, enfocado en alcanzar un sistema más sostenible y menos dependiente.
Así, durante los primeros compases del evento, cada uno de los invitados ofreció una breve ponencia inicial. En ellas se habló de cómo esta tecnología ya madura en Europa está despegando en España y cuáles son sus perspectivas de crecimiento, retos y oportunidades. También se profundizó sobre la problemática de los olores que derivan de esta actividad y cuáles son las claves para limitar esta cuestión. Por último, se aprovechó también para aterrizar cómo será la futura instalación cántabra.
El mundo hacia el que queremos ir
A continuación, los tres expertos participaron en un coloquio que puso el foco en los porqués. Por qué son necesarias estas plantas, por qué el boom actual que estamos viviendo, por qué si sus ventajas son tan claras generan tanto revuelo social...
«Europa ha dejado claro que el uso de combustibles fósiles no es el camino y este tipo de plantas traen una solución energética que es renovable y contribuye a nuestra independencia». Por tanto, es un modelo que «nos lleva hacia el mundo al que queremos ir y, en consecuencia, la mayor conciencia ambiental es uno de los factores que está impulsando este tipo de proyectos», argumentó David García de Herreros. Pero además, matizó su tocayo, «las plantas de biometano mejoran la gestión que se hace de unos residuos que ya existen. Lo que hacen es confinar su impacto y, a partir de aquí, reducir sus emisiones, generar energía, producir un biofertilizante y, en definitiva, desarrollar el sector».
En cuanto a su expansión por España, todos coincidieron en que el hecho de que sea una tecnología muy testada en Europa supone una ventaja, ya que hay una década de experiencias de la que aprender. Experiencias que han dejado un camino claro en cuanto a cómo deben desarrollarse estos proyectos. «Hay que planificar y prevenir», sentenció Carlos Nietzsche. Estas son las claves. «Cuando un proyecto se diseña, implanta y opera bien, mejora la situación inicial en la que estaba el territorio», aseguró y por ello, subrayó, «el tema de los olores debe ser un vector más de la toma de decisiones».
3º
Según un estudio del potencial de biogás y biometano de la Comisión Europea para los años 2030 y 2050, España se sitúa como el tercer país de los Veintisiete con mayor potencial de producción.
14
A la conclusión de 2024, España contaba con 14 plantas de biometano y una producción de 326GWh. En distintos grados de desarrollo, nuestro país tiene más de un centenar de proyectos en previsión.
2027
Tras el inicio de los trámites con el Gobierno de Cantabria en 2022, está previsto que la futura planta de tratamiento de purines de Hazas de Cesto comience a funcionar durante el segundo trimestre de 2027.
25 M€
El proyecto de Hazas de Cesto se localizará en la localidad de Praves, a 500 metros del complejo medioambiental de Meruelo, y contará con una inversión total de 25 millones de euros.
6.700
Se estima que la planta tendrá capacidad para tratar 150.000 toneladas de residuos ganaderos al año y producirá 590 Nm3/h de biometano, lo que equivale al consumo anual de 6.700 hogares.
La participación social, pieza clave del puzle
La percepción social de este tipo de proyectos centró la última parte del debate. Y aquí también hubo consenso entre los expertos: «la desinformación genera miedo y hay mucha falta de rigor en la información que circula por ahí». Este es un reto para el sector, «hay que explicar bien los proyectos a los vecinos, hablar con ellos y escucharles, invitarles a preguntar y a ser partícipes de la fase de diseño», aseguró Fernández. Y en este sentido, García de Herreros puso como ejemplo la futura planta cántabra, que ha contado con un punto de información abierto a los vecinos porque «no queremos que haya reacciones adversas, estamos seguros de que Hazas de Cesto, en este caso, va a estar mejor con esta infraestructura que sin ella».
Y es que, en el éxito de estos proyectos, es importante que todos los actores implicados estén alineados. Con esta idea concluyó el vicepresidente de la AEIBIG: «para un buen desarrollo se necesita la coordinación del sector agrícola y ganadero, de la industria, las administraciones, los promotores y la ciudadanía».
David Fernández Vicepresidente de la asociación española de biogás
«Tenemos capacidad para cumplir el objetivo europeo de producción en 2030»
«El biogás y el biometano son mucho más que una solución energética, son una solución de medioambiente, agricultura, ganadería, reto demográfico y despoblación». Esta fue la principal conclusión que dejó David Fernández, vicepresidente de la Asociación Española de Biogás, quien se encargó de abrir el turno de ponencias con su charla 'El sector del biogás y el biometano en España: retos y oportunidades'. Comenzó su intervención poniendo en contexto a la asociación que representa, fundada en 2009 con el objetivo de «divulgar y promocionar los gases renovables».
Y como buen embajador de la entidad, argumentó con datos por qué nuestro país debe subir su apuesta en torno a estos modelos de producción y qué necesita para hacerlo. «El biogás y el biometano son la única bioenergía capaz de actuar positivamente sobre el ciclo del carbono», explicó y enfatizó que, «al tratarse de una energía renovable que procede de residuos, los está convirtiendo en recursos y eso la sitúa en el paradigma de la economía y la bioeconomía circular». Además, «tiene una huella de carbono con emisiones de CO2 neutras e incluso negativas», es una «tecnología madura» y tiene «los costes más bajos posibles, ya que los equipamientos de distribución y consumo son válidos actualmente».
Pese a estas ventajas, el despliegue del sector en España va lento aunque está lleno de oportunidades. «En 2013 España tenía una planta de biometano; en 2017 seguíamos con una; en 2019 subimos a dos; y en 2024 tenemos 14 plantas y más de 100 en diferentes fases de desarrollo». Esto demuestra que, aunque despacio, en los últimos años sí hay una progresión clara.
Nuestra producción actual es de 326 GWh, «muy lejos aún del objetivo europeo para 2030», pero «España tiene capacidad para cumplirlo», aseguró. Una afirmación que refrendó con un estudio de la Comisión Europea que sitúa a España como el tercer país de la UE con mayor potencial de biometano, con una producción de 43 TWh para 2030 y 122 TWh en 2050».
Para dar este salto, Fernández dedicó los últimos minutos de su ponencia a desgranar los retos que el sector tiene por delante: «Necesitamos un marco regulatorio estable y que reduzca la incertidumbre jurídica, previsión a largo plazo para atraer inversiones, un sistema de objetivos anuales de consumo con cuotas para las comercializadoras de gas y crecientes y establecer un programa de apoyo económico e incentivos fiscales», enumeró. Reivindicó además que «las infraestructuras de conexión a la red no sean 100% a cargo de los productores», que la administración asuma «un papel más activo» y trabajar para alcanzar una «mayor aceptación social de las plantas».
Carlos Nietzsche Director de Ambiente et Odora
«Se tiende a pensar que cuanto menos sepa la gente, mejor, y es precisamente todo lo contrario»
'Olores bajo control: claves para minimizar el impacto en las plantas de biometano' fue el título de la segunda ponencia de la jornada, impartida por Carlos Nietzsche, director de Ambiente et Odora. Con una dilatada experiencia en la materia –ya que, como el propio Carlos explicó, su empresa ha evaluado ya más de treinta plantas– Nietzsche dejó claro que el quid de la cuestión está en «conocer la problemática del olor para poder actuar correctamente, llevar a cabo un estudio preoperacional con un modelo adecuado, definir las medidas de control necesarias en base a esa información y, en paralelo, promover la comunicación y la participación de los vecinos, actuando con transparencia con la comunidad».
Durante su tiempo en el atril, el experto desgranó uno por uno estos puntos para dejar después como conclusión que, si se hace un buen trabajo, «no hay que tener miedo a tener una planta de biometano cerca». Así, explicó que, en cada proyecto se debe estudiar «cuáles son los puntos en los que hay emisión de olor» y, con esa información, «realizar una estimación de las emisiones y utilizar un modelo de dispersión que determinará cuál va a ser el impacto por olor de la instalación».
Igualmente, profundizó, es importante trabajar «en los tres parámetros imprescindibles para controlar el olor, que son confinar, conducir y tratar». Porque muchas veces se concentran los esfuerzos en tratar y se dejan de lado los dos primeros.
Y es que de lo que se trata, enfatizó, es de «crear una planta que sea sostenible con su entorno, que genere un impacto lo suficientemente pequeño para que una persona pueda llevar una vida normal».
Pero no siempre la teoría y la práctica van de la mano. El especialista se lamentó de la existencia de plantas que «se hacen sin un estudio previo de olor, empleando modelos de dispersión que no son adecuados o con equipos de control que no tienen un correcto dimensionado».
Ya en estas situaciones, el problema se puede revertir, pero requiere de más inversión. «Tenemos un software que pronostica el olor y puede planificar los procesos para que no haya impacto», matizó.
Finalmente, Nietzsche también fue crítico con el hermetismo que muchas veces rodea a estas iniciativas. «Se tiende a pensar que cuanto menos sepa la gente, mejor, y es precisamente todo lo contrario. Hay que informarles con antelación y escucharles también. La desinformación es un arma tremenda, que no se nos olvide».
En este sentido, comentó, en Ambiente et Odora «llevamos ya varios años trabajando en un certificado, el ENT & C, que evalúa cómo de comprometida, transparente y comunicativa es una planta».
David García de Herreros Director de desarrollo de proyectos en Verdalia
«La planta de biometano de Hazas de Cesto tendrá beneficios locales que van más allá de la energía»
La futura planta de biometano que se instalará en la localidad de Praves, en Hazas de Cesto, fue protagonista de la tercera y última ponencia del encuentro, ofrecida por David García de Herreros –director de Desarrollo de Proyectos en Verdalia–. El proyecto, explicó, supondrá una inversión aproximada de 25 millones de euros y tendrá capacidad para tratar 150.000 toneladas anuales de purines y estiércoles de vacuno, en su mayoría recogidos en un radio inferior a nueve kilómetros. Su producción estimada será de 590 Nm³/h de biometano, suficiente para abastecer a unos 6.700 hogares.
En cuanto a los plazos, García de Herreros compartió la línea temporal que ha atravesado esta iniciativa desde que se iniciaron los trámites con el Gobierno de Cantabria en 2022 hasta su previsible puesta en marcha, «en el segundo trimestre de 2027». En este recorrido, fue un hito determinante la entrada de Verdalia en abril de 2023, que trajo consigo la presentación de un nuevo proyecto «con múltiples mejoras, tanto ambientales como urbanísticas» y la apertura de un «punto de información pública a disposición de los vecinos».
Tras esta carta de presentación, se adentró en los pormenores de la iniciativa, exponiendo sus objetivos y las acciones desarrolladas hasta el momento. Respecto al primer punto, enumeró como principales ejes tractores del proyecto «la construcción y explotación de una planta industrial para producir biometano y biofertilizante a partir de los purines y residuos agrícolas y ganaderos de la zona», así como la inyección del gas en la red de gas natural «en las proximidades de la planta». Subrayó también que la instalación permitirá «una reducción de impactos gracias a sistemas de desodorización y manejo cerrado de los residuos» y la obtención de un digestato «que se transformará en un producto fertilizante valorizable y con mejor absorción por parte de los cultivos».
En cuanto a las mejoras implementadas en la instalación tras el rediseño realizado por Verdalia, García de Herreros quiso poner de relieve que «sobre todo, ha supuesto una reducción de la huella de la planta, con la eliminación de lagunas abiertas para tenerlo todo contenido de cara a una correcta gestión de los olores». Igualmente, comentó, también se ha trabajado en «adecuar la planta al entorno para que su impacto paisajístico sea el menor posible».
Finalmente, destacó el esfuerzo realizado en materia de comunicación con la población local, «ya que estos proyectos sólo funcionan si somos capaces de establecer un diálogo con la comunidad. Y concluyó con un alegato a favor del modelo, «cuyos beneficios en la zona van más allá de la energía. También aporta una solución para los residuos, genera empleo o permite la devolución de biofertilizantes al sector primario local».