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La huella cántabra en la fragata F-111

La 'Bonifaz', el barco más avanzado de la Armada, cuenta con la mejor tecnología y productos de varias empresas de la región

Jesús Lastra

Santander

Sábado, 20 de septiembre 2025

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El pasado 11 de septiembre se presentó en sociedad el futuro de la Armada Española. Al menos así se ve desde el Ministerio de Defensa la botadura en Ferrol de la fragata 'Bonifaz', la primera de la nueva serie F-110 encaminada a recuperar autonomía y crecer en capacidades propias para partir amarras con tecnologías extranjeras.

Un proyecto estratégico de país al que Cantabria ha contribuido a través de varias de sus empresas e industrias, ensamblando una vez más una histórica relación entre la región y la propia Armada cuyos orígenes hay que buscarlos en el siglo XVI.

El propio Ministerio destacó en su presentación que la fragata F-111 está equipada con los sistemas más avanzados del mundo. Las capacidades que incluye permitirán una respuesta más eficaz ante distintas amenazas, y que la Armada cuente con herramientas a la vanguardia y de última generación.

Para ello ha recurrido a cerca de 500 proveedores, especialmente españoles. En total, el programa contempla una inversión de 4.800 millones que suponen la generación de 1.300 puestos de trabajo en Navantia, más de 2.000 en la industria auxiliar, que se elevan a 5.700 con las empresas suministradoras, que aportan lo mejor de su producción.

En ese selecto grupo de proveedores aparecen, al menos, seis compañías de Cantabria. Grupo Fernández Jove, Acorde, Reinosa Forgings & Castings, Erzia y el Grupo FAED han contribuido al proyecto 'Bonifaz' y tienen abiertos contratos para las siguientes unidades de la serie F-110. La tecnológica santanderina AWGE, con sede en la Universidad de Cantabria, también fue contratada por Indra para aportar al proyecto. En concreto, esta firma ha diseñado y fabricado dispositivos de radiofrecuencia y microondas destinados al sistema de radar situado en el mástil de la fragata.

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Acorde

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Comunicaciones:
La tecnológica santanderina ha entregado componentes para los sistemas de comunicaciones de la F-111. En paralelo, igualmente ha aportado su tecnología para el sistema de guerra electrónica, con una inversión en desarrollo muy importante.

Grupo Fernández Jóve

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Válvulas:
En Torrelavega se han diseñado y fabricado válvulas manuales; válvulas motorizadas; sistemas de válvulas de disparo rápido; sistemas de control remoto y software de control de válvulas; sistemas de sellado para cables; y tuberías estancas y resistentes al fuego.

Reinosa Forgings & Castings

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Arbotantes:
Desde Campoo se han entregado seis piezas que se fijan desde el casco y sirven como soportes de las líneas de ejes que van en el exterior del casco del barco hasta llegar a la hélice. Actúan como contrafuertes, impidiendo que las líneas de ejes se desplacen.

Erzia

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Guerra electrónica:
La tecnológica cántabra anunció en 2022 un acuerdo con Indra para proporcionar varios dispositivos de microondas para los sistemas de guerra electrónica de esta serie de fragatas. El contrato contempla la entrega de cientos de componentes.

Grupo FAED

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Piezas de acero fundido:
Especializada en el sector siderúrgico, desde el Grupo FAED han entregado piezas de acero fundido para la fragata. En la planta cántabra se han fundido y mecanizado unas régolas, listas a su entrega para el montaje final en el barco.

AWGE

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Radiofrecuencia:
ELa tecnológica santanderina ha diseñado y fabricado dispositivos de radiofrecuencia y microondas destinados al sistema de radar situado en el mástil de la fragata.

AUX STEP FOR JS

En el caso del Grupo Fernández Jove, para la empresa familiar de Torrelavega la participación en el programa F-110 representa «una oportunidad única». En su opinión, «la fragata del futuro se ha convertido en nuestro escaparate al mundo, ya que hemos suministrado al proyecto todo nuestro abanico de productos, diseñados y fabricados íntegramente en nuestra sede central en la comarca del Besaya, como son válvulas manuales; válvulas motorizadas; sistemas de válvulas de disparo rápido; sistemas de control remoto y software de control de válvulas; sistemas de sellado para cables; y tuberías que requieren de estanqueidad y resistencia al fuego».

Según la empresa, «este proyecto nos ha permitido demostrar nuestra capacidad de innovación, integración y compromiso con los estándares más exigentes del sector naval y de defensa. La F-111 'Bonifaz' no solo incorpora tecnología de vanguardia, sino también el trabajo y la excelencia de una empresa cántabra con vocación internacional», señalan.

Otra factoría cántabra que ha aportado su conocimiento más especializado es Reinosa Forgings & Castings, encargada de suministrar los arbotantes de la fragata, las piezas estructurales fijadas desde el casco que sirven como soportes de las líneas de ejes que van en el exterior del casco del barco hasta llegar a la hélice. Actúan como contrafuertes en sentido náutico, impidiendo que las líneas de ejes se desplacen, asegurando así la estabilidad y la maniobra.

La firma de Campoo ha suministrado seis arbotantes y tiene ya encargadas dichas piezas para las siguientes unidades de la serie de la Armada. «La fabricación de los arbotantes requiere de una gran experiencia, ya que los más grandes se conforman a partir de tres piezas –un núcleo y dos brazos– que se sueldan entre sí», explica la compañía de Reinosa, que añade que «además de los estrictos requerimientos sobre el acero y dimensionales, estas piezas, al formar parte del ámbito del Ministerio de Defensa y de la OTAN, son inspeccionadas por un Representante de Aseguramiento de Calidad (RAC) de la Dirección General de Armamento y Material, conforme a la Publicación Española de Calidad (Pecal), para la que Reinosa Forgings & Castings dispone de la correspondiente Certificación del Sistema de la Calidad expedida por la Dirección General de Armamento y Material».

Forgings & Castings recuerda que «tenemos una gran experiencia en la fabricación de arbotantes y contamos con una muy buena reputación en los astilleros europeos».

El reto de las comunicaciones

La F-111 nace con el objetivo de dar respuesta a las nuevas demandas de defensa. Ahí la innovación cántabra juega un papel relevante. La tecnológica santanderina Acorde ha aportado piezas dirigidas a los sistemas de guerra electrónica, por un lado; y de comunicaciones por satélite de la fragata, por otro. La empresa destaca la elevada complejidad de los equipos, con una inversión en desarrollo muy importante para ganar capacidades al estilo americano.

En esa línea, la también tecnológica santanderina Erzia anunció en 2022 un acuerdo con Indra para fabricar y suministrar dispositivos de microondas para estas fragatas. El contrato, de hecho, contempla la producción de «varios cientos» de componentes con este cometido para los barcos de la serie.

Como complemento, el Grupo FAED, con sede en Requejada y especializado en fundición, también ha participado en la puesta de largo de la 'Bonifaz'. En su caso, como especialista en el ámbito siderometalúrgico, ha suministrado piezas de acero fundido. En concreto, unas régolas –conducto por donde pasan las cadenas de las anclas– que se han fundido y mecanizado en Cantabria, listas a la entrega para su montaje. Como el resto de firmas de la Comunidad, también tiene pedidos abiertos para las siguientes unidades de la serie F-110.

Varias de estas compañías forman parte del Clúster de la Industria de Defensa (CID), que aglutina a empresas cántabras y les ayuda a identificar oportunidades de negocio en el ámbito militar.

Desde el Siglo XVI

Un estrecho vínculo con el astillero de Guarnizo como eje

En la Edad Moderna, especialmente desde el siglo XVII aunque el inicio de la relación se remonta a la centuria anterior, los astilleros de Guarnizo, en la bahía de Santander, fueron uno de los grandes centros de construcción naval de la Monarquía Hispánica. Allí se construían navíos de línea que formaban parte de la Armada Real, esenciales para la defensa del Imperio español.

Los carpinteros de ribera cántabros, verdaderos ingenieros de la época, dominaban la geometría naval y el trazado de cuadernas, y muchos de ellos ejercían funciones técnicas antes de la creación formal del Cuerpo de Ingenieros de Marina en 1770.

Navíos célebres como el 'Santísima Trinidad' fueron proyectados en Guarnizo, y la calidad de la madera de los montes cántabros, junto con la pericia de sus constructores, dio fama a los buques construidos en la región. La Fábrica de Artillería de La Cavada igualmente proporcionaba cañones a la Armada.

Tal es la relevancia que en el Museo de la Construcción Naval de Ferrol, recuperado en 2008, hay una maqueta del Astillero de Guarnizo, según explica el secretario de la Fundación Exponav e inspector de la Armada, Raúl Villa.

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