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A finales de 2011 Pedro Gutiérrez Liébana, concesionario de venta de vehículos industriales para la marca Renault, solicitaba concurso de acreedores ante lo ... que definió en su momento como «estrangulamiento financiero». La anterior crisis, en definitiva, y su especial impacto en el sector de la construcción igualmente golpeó el negocio de la organización con sede en Santa Cruz de Bezana pero con actividad también en Vizcaya y Álava. Unos tiempos complicados pero que culminaron en 2013 con la aprobación de un convenio con sus reclamantes, principalmente banca. La hoja de ruta: un calendario de ocho años para ponerse al día, con los dos primeros ejercicios de carencia, y una quita del 50%. En síntesis, unos 3,5 millones que la compañía tenía que ir pagando de forma progresiva y que ya ha liquidado, casi una década después del comienzo del proceso.
Gutiérrez Liébana es uno de los pocos casos de empresas que salen adelante una vez se ven abocadas a solicitar en el juzgado de lo Mercantil una declaración de insolvencia. El 3%, matiza Rosa Revilla, gerente de la compañía. Una buena noticia dentro de una corriente general que acaba desembocando en clausuras y liquidaciones.
67trabajadores tiene en la actualidad la compañía tras finalizar el concurso
No es el caso, como bien se congratulan los responsables de la organización. El consejero delegado, Julio Gutiérrez Liébana, echa la vista atrás y rememora que «el convenio se aprobó en 2013. Creo que era el único que se podía cumplir en ese momento, con pagos incrementales desde el cinco al 25 por ciento. Los pagos se hacían el 25% en junio y el 75% en diciembre. Nos pusimos de inmediato a gestionar caja y a liberar todos los stocks que ayudaran a este objetivo. Tuvimos que hacer una serie de ajustes. Por un lado, la parte comercial, que en aquel momento era bastante deficitaria, fue asumida por la marca, pero ya en octubre de 2019 la recuperamos».
QUITO
El empresario destaca que «tanto la marca como la banca nos empezaron a apoyar con bastante anticipación. Restablecer la relación con la banca ha llevado su tiempo, pero la mayor parte de las entidades han confiado en el equipo gestor bastante antes de la finalización del convenio», detalla.
¿Cuándo vio la compañía que iba a poder con todo el convenio? «Desde 2012, con los ajustes que hicimos, ya vimos que prácticamente nos iba a permitir llegar empatados a la finalización del concurso. La viabilidad ahí estaba», anota. «Hemos tenido un respaldo importante de Renault», completa Revilla.
evolución
La compañía tiene en la actualidad comercialización y servicio postventa en Cantabria y Vizcaya, mientras que en Álava se limita al ámbito comercial. No obstante, durante este tiempo la organización está diversificando actividad y tratando de cerrar acuerdos particulares con socios industriales para aportar un servicio integral.
reconstrucción
«Decidimos tirar para adelante y el impacto fue controlado en proveedores», dice Gutiérrez Liébana. «La clave fue anticiparse. No se deterioró la relación comercial ni con proveedores. Los trabajadores cobraron todo», remacha Revilla. La prueba fehaciente del éxito de este proceso es que la empresa sale reforzada de estos años, prácticamente sin endeudamiento y lista para abordar retos venideros.
santander. Si la Dirección de Pedro Gutiérrez Liébana está satisfecha tras quedar acreditada su viabilidad después de ocho años de convenio concursal, en la misma línea se pronuncian los trabajadores. El secretario general de la Federación de Industria de Comisiones Obreras en Cantabria, César Conde, sostiene que «hay que felicitar a la empresa. En estos temas de concursos sabemos que se sale a base de trabajo y esfuerzo».
CC OO, sindicato mayoritario en Gutiérrez Liébana, va más allá y recalca que «para nosotros es una muy buena noticia. Han salido del concurso y han mantenido el empleo. Es una empresa tradicional de Cantabria y siempre es bueno que puedan sobrevivir a estas cosas».
De hecho, la compañía tiene en la actualidad más trabajadores que cuando estaba negociando el convenio concursal. Según sus propios datos, a finales de 2012 la plantilla estaba compuesta por 50 personas, mientras que en la actualidad el personal suma 67 efectivos repartidos en los diferentes centros de trabajo de su área de influencia.
La Gerencia ha insistido en la tranquilidad con la que han podido proseguir con su actividad los trabajadores desde el momento en que no tuvieron ninguna nómina adeudada. La retirada del administrador concursal una vez se aprobó el convenio igualmente vino a dotar de más normalidad a una organización que brilla como una excepción dentro del 'sumidero' en que suelen convertirse los procedimientos que entran en los juzgados mercantiles, muchos abocados a liquidar.
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