El Ayuntamiento dice que Costas debe retirar las piedras: «En arena mojada no podemos actuar»
El servicio municipal tiene permiso para nivelar la arena que sale al paseo o se acumula junto a los accesos, pero el pedregal «no es nuestra responsabilidad»
La guerra entre el Ayuntamiento y Costas, cuando se trata de competencias, parece no tener fin. Y las piedras que abundan en la Segunda Playa ... de El Sardinero son objeto de debate estos días: la Demarcación de Costas culpa de su aparición las obras que el Ayuntamiento hizo para construir el emisario; mientras estos últimos apuntan que ellos no pueden actuar «en arena mojada». Sea quien sea el culpable, Costas ya avanzó que volverá a construir los tres rompeolas que había en el Chiqui para evitar la pérdida de arena y la erosión del terreno. A la par, la alcaldesa, Gema Igual, lamenta la imagen que da la playa y explica que los nivelados que pueden desarrollar a nivel municipal se centran en los paseos o accesos a los arenales, no más adentro.
«Nosotros nunca tenemos permiso para entrar más allá del cordón, en arena mojada nunca podemos estar», expuso ayer la regidora, acompañada de la concejala de Medio Ambiente, Margarita Rojo. «Ahí nunca nos han dado permiso y nunca nos lo van a dar, para lo que sí tenemos permiso de Costas es para nivelar la playa, cuando la arena se acumula en el paseo marítimo o en la zona de el restaurante El Serbal y hay taludes que provocan que nuestras máquinas no pueden trabajar, pero las playas no son responsabilidad nuestra», recalca Igual, que lamenta la imagen de este arenal, uno de los más visitados por vecinos y turistas. «Parece mentira que tenga que decirle a Costas que la playa tiene piedras, porque lo deben ver ya que es su responsabilidad y es algo que deben arreglar. A mí no me gusta cómo está la playa».
Así, la alcaldesa ha querido subrayar cuáles son las responsabilidades que tienen desde el Ayuntamiento. «Nuestro cometido en las playas es el socorrismo, que lo tenemos con Cruz Roja y está ya activo; y la limpieza y mantenimiento, que es ese contrato nuevo que ha renovado duchas, pasarelas, papeleras, compactadoras, que ahora está pintando las barandillas y que cuenta con 30 personas nuevas».
La construcción del emisario
Según explicaron fuentes de Costas, la erosión en la orilla de la Segunda de El Sardinero (más visible en la bajamar) viene motivado por la obra de saneamiento de Santander y la construcción del emisario. Para encauzar las tuberías de evacuación, se recreció el muro de la playa que linda con el Chiqui, en la avenida García Lago, y por consiguiente se perdieron los rompeolas existentes. Lo que hacían estos diques era frenar la fuerza de las olas. Ahora, golpean directamente contra el muro y giran, de tal modo que el efecto natural es arrastrar la arena, aunque en algunas épocas del año, dependiendo de las mareas, también se incrementan los sedimentos. Como solución, «se pueden realizar rellenos o movimientos de arena, pero el efecto natural de la marea es ese», apunta la Demarcación.
Para ponerle remedio, Costas ha redactado un proyecto para recuperar esos tres pequeños dientes que salen del muro, desde el Chiqui hasta la orilla, y hacer un pequeño dique sumergido –a la altura del emisario– para 'romper' la energía del oleaje y evitar o disminuir el giro de la ola. El proyecto está en fase de evaluación medioambiental.
El área más afectada por la acumulación de piedras es la que está frente al restaurante El Serbal. Desde ahí, mirando hacia el mar y a mano izquierda, es donde más hay. En la franja de la orilla, directamente, es imposible pasar sin pisarlas. A medida que se va hacia la derecha, en dirección a Piquío, el pedregal va a menos y es más sencillo meterse en el agua sin pisarlas. Es especialmente molesto en la bajamar, cuando emergen a la superficie.
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