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El vicepresidente estadounidense, J.D. Vance, se ha convertido en el político de referencia para los católicos conservadores de su país tras abrazar esta religión ... hace seis años y hacer desde entonces continuas ostentaciones de su fe. En un viaje que apuntala aún más su figura, la 'mano derecha' de Donald Trump se encuentra desde el viernes en Roma para pasar con su familia en la Ciudad Eterna los días más importantes de la Semana Santa.
Tras reunirse con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y participar en la celebración de la Pasión del Señor del Viernes Santo en la basílica de San Pedro del Vaticano, este sábado Vance fue recibido en el Palacio Apostólico por el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, quien estaba acompañado por monseñor Paul Richard Gallagher, secretario para las Relaciones con los Estados, el 'ministro de Asuntos Exteriores' de la Santa Sede. El vicepresidente completará su peculiar Triduo Pascual romano participando en la misa del Domingo de Resurrección, en la que se espera que el Papa Francisco pueda estar presente e impartir tras la lectura del mensaje pascual su bendición 'Urbi et Orbi', con la que concede la indulgencia plenaria (perdón de los pecados) a las personas que lo escuchan.
No está previsto en principio que haya un encuentro entre Vance y Jorge Mario Bergoglio, que no se mordió la lengua a la hora de hablar de la política migratoria del Gobierno estadounidense. En el mensaje que mandó el pasado mes de enero a los obispos estadounidenses criticó los «muros de ignominia» levantados por Trump, mostró su «desacuerdo» con las deportaciones de inmigrantes y pidió a los prelados de aquél país que se pongan del lado de los «vulnerables« e «indefensos».
Estas divergencias entre Washington y la Santa Sede salieron a la luz en el encuentro de Vance con Parolin y Gallagher. En la conversación hablaron sobre los «países marcados por la guerra, las tensiones políticas y las difíciles situaciones humanitarias», con una «particular atención» en los «migrantes, refugiados y prisioneros». El «intercambio de opiniones» sobre estos temas, según informó el Vaticano en una diplomática nota, refleja lo alejadas que están las posturas respecto a la política migratoria.
De hecho, el comunicado también incluye un reconocimiento al trabajo de la Iglesia católica local por su «precioso servicio a las personas más vulnerables», entre ellos los migrantes. El Vaticano, en cualquier caso, celebró las «buenas relaciones bilaterales» y, en particular, la protección del derecho a la libertad religiosa y de conciencia existente en Estados Unidos.
La Casa Blanca, por su parte, informó de que Vance y Parolin hablaron sobre las comunidades cristianas perseguidas y acerca del «compromiso» de Trump por «restaurar la paz mundial». No mencionó en cambio que hablaran de inmigración. El vicepresidente, que está en Roma acompañado por su esposa, Usha, y sus tres hijos, aprovechó el encuentro con el secretario de Estado para visitar el Palacio Apostólico y quedó admirado por la belleza del edificio.
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