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Domingo, 18 de junio 2017, 17:18
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La tormenta seca es la principal causa de incendios no intencionados. Un fenómeno típico del verano pero no exclusivo de esta estación. Su característica principal es que tienen una importante carga eléctrica y pocas precipitaciones. Cuando las condiciones climáticas, geográficas y humanas, como en el caso de Portugal, combinan además sequedad en el ambiente y vegetación, puede desembocar en importantes incendios.
El fuerte viento, con ráfagas de hasta 100 kilómetros por hora, que se desarrolló en la zona afectada, supuso una creciente propagación de las llamas que atrapó a las víctimas en plena carretera. Con este tipo de condiciones, el fuego se convierte en incontrolable.
Los meteorólogos recomiendan seguir la regla de los tres 30 ante una situación con alto riesgo de incendio: una temperatura ambiente superior a los 30 grados; una humedad relativa del aire por debajo del 30% y unas rachas de viento superiores a los 30 kilómetros por hora.
La recomendación final es hacer caso a las indicaciones de los cuerpos de extinción de incendios y emergencias.
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