Sánchez hace un lavado de cara al PSOE para lidiar con una crisis que sigue abierta
La designación en el puesto de Cerdán de la valenciana Torró suaviza pero no mitiga los nervios en víspera del comité federal
Nadie espera grandes broncas ni un cuestionamiento del liderazgo de Pedro Sánchez, pero tampoco que el comité federal que hoy se celebra en Ferraz sirva ... para que el PSOE deje atrás la enorme crisis provocada por el caso de corrupción protagonizado por sus dos últimos secretarios de Organización, Santos Cerdán y José Luis Ábalos. Las decisiones orgánicas y cambios en el código ético adelantados ya ayer por el presidente del Gobierno para trasladar el mensaje de que no es ajeno a la preocupación general –entre otras cosas, la designación, por primera vez en más de 15 años, de una mujer, la valenciana Rebeca Torró, en el puesto que ocuparon los hoy imputados por pertenencia a organización criminal– no han sido mal recibidas. Pero tampoco ha provocado entusiasmo.
«Son cambios obvios obligados por las circunstancias y al menos es un paso. Pero creo que los socios no piden (o no solo) cambios de personas. Piden explicaciones, investigaciones, medidas y ya veremos si no cambios en el Gobierno», avisaba ayer un cargo territorial. «El problema –añadía un veterano con cargo institucional– es que esta es una crisis inacabada y es fácil que lo que se decida quede pronto superado por los acontecimientos».
Que Sánchez apostaría por feminizar la cúpula del PSOE, después de conocerse detalles escabrosos de la vida de Ábalos y su relación con las mujeres, se daba por sentado hacía semanas. Pero en el partido no faltan expresiones de escepticismo sobre la profundidad de la solución arbitrada. Algunos ven como un inconveniente el hecho de que Torró, que tendrá que dejar su puesto de secretaria de Estado de Industria, ya haya sido objeto de las críticas del PP por su mediación en unos contratos de material sanitario durante la pandemia cuando era cargo de la Generalitat valenciana (un asunto que, en todo caso, no ha llegado a judicializarse) y por la adjudicación, siendo consejera de Política Territorial y Obras públicas, de dos contratos a una de las empresas supuestamente vinculada a la trama de Cerdán. Pero son los menos.
Lo que suscita más reparos es que la nueva secretaria de Organización tendrá a su vez tres adjuntos: el sevillano Francisco Salazar, el madrileño Borja Cabezón y la almeriense Anabel Mateos. Y eso, que ayer fue presentado como una desconcentración del poder, es para distintos cargos señal de que en realidad –y aunque se haya apartado de sus responsabilidades a las dos personas más próximas en la ejecutiva a Cerdán, Juanfran Serrano y Alfonso Cendón–, el cambio es relativo.
«Más de lo mismo»
Son muchos los que dan por hecho que las riendas del partido las llevará en realidad Salazar, secretario de Acción Electoral, porque, del cuarteto, es el que más contacto y conocimiento de los territorios posee, dada su trayectoria. Y Salazar es, advierten, «más de lo mismo». «Compartió piso con Santos en las primarias del Pedro...», ilustra una de las autoconsideradas víctimas de las maniobras internas de Cerdán. «Era el que viajaba con Ábalos al principio», añade también un excolaborador en referencia a la primera ejecutiva de Sánchez tras el congreso de 2017.
La presencia de Anabel Mateos, que entró en la ejecutiva como secretaria de municipios del litoral en el pasado congreso de Sevilla hace ocho meses, y de Borja Cabezón, tampoco aportan especial tranquilidad. Hay quien incluso ve en su nombramiento el «control de Moncloa» porque el segundo fue en 2018 director general de asuntos nacionales del Gabinete del Presidente y la primera está casada con el exsubdirector de gabinete y amigo personal de Sánchez, Antonio Hernando.
El jefe del Ejecutivo también desveló ayer un cambio en la portavocía del partido. Esther Peña –que como Cendón y otros que simultaneaban puestos en la ejecutiva federal y las autonómicas, provinciales o locales fue invitada el jueves a elegir (es la líder burgalesa)– será sustituida por la catalana Montse Mínguez, hoy número dos del grupo parlamentario. Su adjunta será Enma López, secretaria de Política Económica, que ya venía ejerciendo en la práctica esa función.
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