En la tortuosa calle dedicada al pintor Antonio Quirós, que une la del Carmen con Menéndez Pelayo, una mano anónima ha tenido un gesto reivindicativo ... digno de aplauso. En la pared de un solar abandonado que hasta hace poco no era más que cal sin alma, un artista ha pintado un mural muy a tono con la historia que reivindica. La del barrio de Molnedo. Hoy, inexistente en el callejero de Santander, pese al buen nombre y peso específico de que antaño gozaba.
En el Boletín Oficial de Santander (9.II.1857), José María Olarán, escribano público, numerario de la ciudad y su jurisdicción, Secretario de Gobierno del Juzgado de primera instancia del capitalino partido judicial, certifica que el Sr. Alcalde constitucional ha dividido la ciudad en distritos. En el primero de los cuales figuran las calles comprendidas dentro de la acera oriental de la calle del Puente de la Plaza de la Constitución; acera sur de esta, de la del Arcillero, de la del Arrabal, de la de Santa Lucía y los barrios de Molnedo y Miranda.
Molnedo era, por tanto, uno de los dos barrios del Primer Distrito. Y tomaba su nombre del arroyo homónimo, que recogía las aguas de la vaguada de Tetuán. Al cabo de su término estaba la 'fuente de los diez caños' de la que se surtían los barcos de pesca, los marineros, las pescadoras y las rederas, para sus propicios fines. Groso modo, el arroyo de Molnedo discurría por la actual calle de Casimiro Sainz. De manera que era pejino a tope. Como lo es la representación, que el anónimo pintor ha plasmado en la pared, consistente en un grupo de sardineras con el capacho de peces sobre la cabeza, caminando con humildes calzas sobre suelo mojado, a un paso de la dársena, donde tres pescadores, en su compartida barca, echan las redes en esperanza de pesca abundante.
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