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Lograr la igualdad entre géneros y el empoderamiento de todas las mujeres y las niñas es uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible ... para transformar nuestro mundo aprobados por los dirigentes mundiales en una cumbre de las Naciones Unidas. La igualdad de géneros, la protección frente a la violencia y la eliminación de los estereotipos no son solo un derecho humano fundamental, sino la base necesaria para conseguir un mundo pacífico, próspero y sostenible. La construcción de una sociedad en la que no exista la discriminación y que dé paso a una verdadera igualdad y equidad de género continúa siendo una tarea pendiente. A pesar de los avances sociales y legislativos, las mujeres y niñas sufren cada día diferentes formas de discriminación y violencia en el ámbito educativo, laboral, social, económico, cultural y ambiental, que recortan sus derechos humanos y libertades fundamentales. Como voluntaria activa de Cruz Roja en Cantabria desde hace más de 40 años, como presidenta de Cruz Roja en Santander desde hace 16 años, como trabajadora y como madre, considero fundamental implicarse ante una realidad que continúa mostrándonos que todas las mujeres, en mayor o menor medida, vivimos diferentes formas de discriminación por el mero hecho de ser mujeres. Para que haya muchas más mujeres implicadas en entidades sociales, en agrupaciones de barrio, en empresas, para que haya muchas más mujeres empoderadas... es imprescindible promover en la sociedad y, especialmente, en las empresas, una toma de conciencia sobre la necesidad de conciliación personal, familiar y laboral que sea abordada como tema común entre administraciones, empresariado y ciudadanía.
Cada día atendemos en Cruz Roja a cientos de personas en situación de vulnerabilidad. De ellas el 60% son mujeres. La desigualdad por razón de género es una realidad en nuestra sociedad en general y en nuestra región pese al existente espejismo de la igualdad. Debemos tener presente que «todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados, como están de razón y conciencia, deben comportarse los unos con los otros». Este texto aparece en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Desde el día en que firmé mi compromiso como voluntaria en Cruz Roja -19 de julio de 1972-, mi objetivo no ha sido otro que el de echar una mano en la reducción las desigualdades sociales de Santander y Cantabria a través de Cruz Roja, realizar acciones contra la pobreza, promover acciones de inclusión y equidad y también, y uno de los más importantes, el de fomentar la participación de las mujeres en todas estas acciones sociales. Para ello, necesitamos contar con formación continua, necesitamos apoyarnos, reforzar el poder interior de cada una de nosotras para ganar en autoestima, identidad y fuerza psicológica para emprender proyectos, apoyar causas sociales, para estar implicadas, todas juntas, en nuestro empoderamiento colectivo. Empoderamiento significa que empecemos a ganar el control sobre nuestras decisiones, capacidades, habilidades... En definitiva, sobre nuestras propias vidas. Eliminar los estereotipos de género que se han instaurado en nuestra sociedad y en nuestra manera de pensar y/o actuar.
Hace 48 años que soy parte activa de un movimiento social y humanitario como es el que lleva a cabo Cruz Roja desde hace más de 150 años en todo el mundo. Gracias a ello he sido testigo de la evolución que ha ido teniendo el papel de la mujer en este campo. Hace no mucho no éramos tantas las mujeres que pertenecíamos a entidades sociales y menos aún que ocupábamos puestos de poder. Si algo he aprendido en todos estos años es que no podemos acabar con la pobreza, con la desigualdad o las injusticias sin implicarnos activamente con nuestro entorno, sino participamos en asociaciones, entidades o agrupaciones de nuestros barrios, si no nos movilizamos. Combatir la desigualdad y la injusticia es uno de los tres objetivos extraordinarios que tiene marcada la Agenda 2030 a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Y también uno de los que, como presidenta de Cruz Roja en Santander, y como persona comprometida con los problemas sociales de nuestro entorno, tengo muy presente en el trabajo que desarrollamos día a día. No podemos negar la evidencia de los avances que en materia de igualdad de género se han logrado: avances legislativos, sociales y culturales. Pero bien es cierto que queda mucho camino por recorrer en pro de la igualdad real. Necesitamos construir una realidad social más justa y equitativa. Necesitamos facilitar la integración, colaborar con entidades sociales, defender la igualdad de género, promover que nuestros hijos e hijas se impliquen por igual en el cuidado de sus mayores, ser un ejemplo de actitud fomentando la tolerancia y el respeto, compartir contenidos en nuestras redes que ayuden a sensibilizar y no limitarnos a dar un 'me gusta', promover el reparto equitativo de las tareas del hogar, apoyar iniciativas encaminadas a empoderar a la mujer... En definitiva, necesitamos tomar parte del cambio, seguir formando parte y esto te corresponde a ti y nos corresponde a todos y todas.
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