Divertido viaje en el tiempo al Laredo yeyé

El fabuloso guateque de la Noche Blanca a los pies del viejo Ayuntamiento a cargo de Blue YeYés y Recuerdos fue el mejor anticipo al día grande del festival Laredo YeYé, que culminará hoy, domingo, en la villa pejina. Noventa y seis horas que saben a poco cuando se trata de regresar a la época dorada que hizo de Laredo la vanguardia musical, cultural y deportiva gracias a una pacífica invasión de franceses que cambió física y emocionalmente el devenir de un pueblo pesquero que supo subirse al carro de la modernidad. Sobre ruedas arrancó la jornada con esa concentración de coches y motos de los años 60,70 y 80 que, junto a la plaza de Carlos V, contribuyó a poner el toque de autenticidad al viaje relámpago a unas décadas inolvidables para muchos laredanos. Estampas camino del arenal pejino que volvieron a cobrar este sábado color y sabor, gracias al buen hacer culinario de la Asociación Son de Laredo, que brindó una exquisita marmita a quienes comparecieron a bordo de sus joyas rodantes.

También sobre el arenal de la Salvé está previsto que culminen hoy al mediodía los torneos de petanca y voley playa que, junto con el surf, fueron otros de los préstamos que hicieron los franceses a sus entregados anfitriones. Aunque para legado, el de la música más rompedora y revolucionaria del momento, que impulsó discotecas y bares cuya sola evocación activa el mecanismo de la nostalgia.

Con todos esos ingredientes, el desfile, que en pleno atardecer arrancó desde la plaza de la Constitución camino de la Alameda de Miramar, se convirtió en la pasarela del tiempo donde cuadrillas de amigos y familias al completo comparecieron ataviados a la usanza de aquellos años, con las oportunas licencias que cada cual quiso tomarse para resultar más auténtico. Risas, cánticos y buen humor para zambullirse después en un carrusel de celebraciones donde volvieron a sonar temas inolvidables de esos que desatan una catarata de recuerdos al grito de «¡Cuéntame!».

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