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El apiario-mirador es un innovador espacio en el que el público puede ver a las abejas con total seguridad. Pedro Álvarez

Liébana sabe a miel

El turismo de la comarca se reinventa con experiencias como 'BeeXperience', en la que el apicultor Rubén Varona muestra la vida interior de las colmenas

Pedro Álvarez

Puente Asnil

Miércoles, 27 de agosto 2025, 07:17

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El extraordinario mundo de las abejas se puede contemplar en vivo y en directo en la comarca de Liébana, en el interior de una nave de Miel Colmenares de Vendejo, en Puente Asnil (Cabezón de Liébana). Allí el apicultor Rubén Varona ofrece una visita guiada para personas de todas las edades denominada 'BeeXperience', que permite conocer de cerca y con total seguridad tanto el trabajo que realizan los apicultores como el complejo y fascinante mundo de las abejas en una experiencia única. Un proyecto que premió en su día la Fundación Botín con el primer premio del programa NansaEmprende, y que hoy es toda una realidad.

La visita se inicia en el exterior de la nave, donde se recibe al grupo de visitantes para contemplar las antiguas colmenas lebaniegas, construidas con corcho de los alcornocales que crecen en la comarca. Ya en el interior de la nave, Rubén Varona, comienza la explicación didáctica para conocer más a fondo el extraordinario mundo de las abejas, complementado su información con el apoyo de paneles sobre la miel y productos de la colmena, el trabajo de las abejas en el interior de éstas o las características de la Miel de Liébana, con Denominación de Origen Protegida.

El apicultor recuerda en su intervención cómo «a mi abuela la regalan en los años 50 dos dujos o colmenas de corcho, que los sube en un burro a la localidad de Vendejo, donde vivimos. A finales de 1970 tiene 112 colmenas juntas, y todo el pueblo pasa a tener colmenas». Varona reconoce que su abuela «nunca tuvo traje, guantes, ni equipo, nunca vio a la reina y no sabía nada de apicultura, pero funcionaba, porque las abejas estaban aclimatadas al lugar donde se encontraban». En la actualidad, Rubén sigue el negocio familiar que inició su abuela y continuó su padre, en el que año tras año ha ido creciendo y ampliando instalaciones hasta construir la nave actual. Ahora mismo cuenta con 700 colmenas.

En el recorrido que se realiza en el interior de la nave, a los visitantes les llama la atención el momento en que el apicultor muestra la huella que dejó un oso pardo en uno de los panales que atacó en el colmenar. «El año pasado el oso se comió 17 colmenas en dos días. Protegemos los colmenares con pastor eléctrico y al pasar la corriente por las cintas, desprende ozono y el oso lo huele y sabe que tiene corriente y no puede tocarlo porque hace mucho daño», explica. «Pero a veces consigue hacer un agujero por debajo y se cuela al colmenar», añade.

El apicultor Rubén Varona muestra las huellas de un ataque de oso en una colmena. Pedro Álvarez
Los visitantes observan cómo se organizan y viven las abejas en una colmena. Pedro Álvarez
Varona explica cómo realizan las abejas su trabajo: producir una miel tan sana como exquisita. Pedro Álvarez
El apiario-mirador permite ver a las abejas en pleno trabajo sin necesidad de trajes de seguridad Pedro Álvarez
La colmena ubicada en un espacio acristalado permite al público conocer de cerca la vida de las abejas. Pedro Álvarez

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Otro de los momentos importantes en la visita guiada tiene como protagonista a la colmena de observación, «un enjambre de abejas que vive dentro de una gran caja de cristal». En esta estructura, las obreras desarrollan sus panales de forma natural, colgándolos del techo de la caja. «En esta colmena tan singular se observa con tranquilidad y sin ningún peligro cómo las abejas construyen sus panales de cera, almacenan miel y polen, atienden a sus crías y se relacionan entre ellas», explica el apicultor.

Pero sin duda el espacio que más llama la atención a los visitantes es el apiario-mirador, donde no se necesitan ni trajes especiales de trabajo ni guantes ni careta de protección, ya que Varona ha diseñado un corredor cerrado por cristal y tela de malla que rodea a varias colmenas situadas en el exterior, situándose los visitantes en el interior del mirador, mientras el apicultor abre las colmenas y muestra los panales llenos de abejas. En este espacio se puede contemplar el trabajo que realizan las obreras, o cómo distinguir dentro del grupo a la reina, entre otros detalles de interés, mientras los turistas contemplan y fotografían el mundo de las abejas desde muy cerca y sin peligro alguno.

De regreso al interior de la nave, Rubén Varona muestra el obrador artesano y su funcionamiento hasta que la miel que elabora, con Denominación de Origen Protegida 'Miel de Liébana', es envasada en tarros. Luego, los visitantes pasan a una sala donde el apicultor enseña a diferenciar los tipos de miel, explica sus propiedades y cómo reconocer la miel de calidad y, por último, llega el momento de disfrutar degustándola. El recorrido finaliza en la tienda, donde se puede adquirir su Miel Colmenares de Vendejo, así como otro tipo de mieles o productos como la jalea real o el polen.

«Una experiencia amena y cercana»

Al concluir la visita, la madrileña Nuria Castejón afirmó que se trata de una experiencia muy interesante: «Soy una gran consumidora de miel y he aprendido mucho del mundo de las abejas, que para mí era un misterio. El baile de la abeja para indicar a sus compañeras donde localizar comida en el exterior me ha parecido emocionante». En lo que todo el grupo participante coincidió es en que «la visita es amena y cercana, así como explicada de forma sencilla, lo que permite conocer a unos insectos que después de años de observación son vitales en la naturaleza y para todos nosotros. Una experiencia que recomendamos».

La visita dura dos horas para un grupo máximo de doce personas, en turnos de mañana y tarde. El precio por persona es de 12 euros, incluyendo una cata final de mieles, y los menores de 18 años entran gratis. Para mayor información y para apuntarse a la visita, basta visitar su página web, contactar con info@vendejo.com o llamar a los teléfonos 606 506 173 y 653 873 385.

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