

Un grito de reivindicación en Barcenillas
El pueblo de Ruente acogió el Festival Agrorgullo 2025 con numeroso público en defensa de la diversidad en el ámbito rural
De amarillo, «vestida mitad 'drag queen', mitad montañesa», desfilaba Mar Pérez, orgullosa y pletórica. Este sábado, en Barcenillas (Ruente), ella y cientos de personas reivindicaron la diversidad en el Agrorgullo 2025. Y celebraron que lo rural no está reñido con el arcoiris, con ser «como uno quiera ser», decían. Y también lo ponía en los carteles, en las carrozas, en las calles y sobre el escenario. Todo, entre purpurina y montañas. Ya lo apuntó el invitado especial y encargado de dar el pregón, el colaborador televisivo y presentador Germán González. Recordó a aquellos «que siendo de pequeños pueblos como Barcenillas, decidieron que iban a romper armarios». Entre la gente, en el desfile, el contraste entre la multitud de jóvenes caracterizados y personas como Pilar García, de 76 años, que se encajó entre el público con el bastón, vestido verde y arcoiris pintados en la cara. Decía la señora, emocionada, que le gustaba más esta fiesta que los festejos del pueblo. «Mi marido me ha dicho al salir de casa que dónde voy a hacer el tonto, pero a mí me da igual, estoy contenta». El agrorgullo es una cita en la que cabe todo el mundo.
Dijo más cosas el pregonero. Reconoció haberse ayudado de la Inteligencia Artificial (IA) para escribir el discurso y valoró el progreso de la tecnología y de la sociedad. Y también expresó un deseo: «Que ojalá no tuviéramos que celebrar hoy el orgullo, sino que Melody ha ganado Eurovisión o que el Racing ha subido a Primera». «Todo llegará», señaló. Y es que ayer el grito era unánime, en buen tono y con mucha música a todo volumen. Y con esa simbiosis entre tradición y modernidad. Una mezcla que en Barcenillas, ya se sabe, se reivindica mucho y bien.
La lluvia respetó la jornada y el público asistió pletórico a las actuaciones sobre el escenario de la localidad

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Sobre el escenario, Nacho Barquín, pinchando temas de Cher y presentando a los invitados. Entre ellos, Mia Moi, que precedió a Germán y recibió un aplauso de un público animado y entregado. El festival llegó hoy a su tercera edición con una explosión de amor –lo repetía todo el mundo– y a disfrutarlo acudieron vecinos de todos los pueblos colindantes y de más allá. Entre ellos, Sergio García, de Torrelavega. «Trabajo mañana por la mañana y tengo que trabajar y madrugar, pero el orgullo no me lo pierdo», señalaba con una camisa de los colores del arcoiris. También Gloria Rodríguez, de Mar (Polanco), decidió acercarse a ver y conocer la fiesta. «Cada maceta de las balconadas tiene una frase escrita, como nadie nace odiando. Me ha parecido muy guay», relataba. «Nada que envidiar el Agrorgullo al Día del Orgullo en Madrid».Eso sí, con un poco más de frío. Solo que la lluvia respetó. Y aunque se había anunciado agua, el agua se contuvo. Fue la única que se contuvo este sábado.
Además, cabe señalar que hubo mucho público familiar, es decir, que los padres y las madres llevaron a sus hijos, porque lo de hoy también iba de concienciar. La música se alargó hasta bien entrada la madrugada y las montañas del valle de Cabuérniga fueron testigo, un año más, de la importancia de seguir reivindicando la igualdad.
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