En todas los rincones de Santoña se respiraba carnaval este sábado. Por la mañana, las murgas tomaron las calles, plazas y bares para regalar sus coplas a vecinos y visitantes que formaron corrillos en torno a las agrupaciones para reír y bailar a su compás.
A las siete de la tarde comenzó a vibrar el sambódromo santoñés con un espectacular desfile que inundó de colorido, desparpajo y coreografías la avenida situada a la vera del paseo marítimo. El pasacalles se prolongó durante más de hora e incluyó el tradicional concurso de disfraces con la participación de una treintena de agrupaciones.
Por la pasarela más osada se dejaron ver sirenitas reciente salida de bahía, ochenteros enfundados en mallas fluorescentes y Aladines con alfombra mágica incluida. Las murgas caldearon el ambiente con la guasa de las vendedoras de Las Santas, que desfilaron con sus carros repletos de verduras y hortalizas, mientras que los amigos de Chechu como feriantes del tren de la atracción de la bruja, no pararon de dar escobazos a mayores y pequeños dibujaban una sonrisa a su paso.
El desfile, con una gran participación, brilló como antaño a pesar de que la familia Adams, con muchas Miércoles, se presentó en Santoña al completo y compartieron espacio con unos curiosos adoradores de Miguel Bosé y los más imitados este febrero, Shakira y Bizarrap. La música, sonando a todo volumen, puso a bailar a los cientos de personas que se congregaron en la villa marinera para contemplar una desvergonzada pasarela que dejó escenas surrealista con disfraces de duchas y globos muchos globos en las mano de los Notas. El broche de oro lo pusieron Los Bailones con su movimiento de cadera al más puro estilo de la danza del vientre.
El tradicional desfile arrancó a las 19.00 horas e inundó de colorido las calles de la villa marinera.
Ana Cobo
En el pasacalles participaron más de 30 agrupaciones.
Ana Cobo
La música, sonando a todo volumen, puso a bailar a los cientos de personas que se congregaron en el desfile.
Ana Cobo
Un grupo de gimnastas de los ochenta bailaron durante el recorrido del desfile y animaron al público.
Ana Cobo
Por la pasarela se dejaron ver sirenitas recien salidas de la bahía.
Ana Cobo
Aladin se paseó por Santoña con alfombra mágica incluida.
Ana Cobo
El desfile, con una gran participación, brilló como años anteriores a la pandemia.
Ana Cobo
La música tambien estuvo presente en forma de disfraz con las notas musicales.
Ana Cobo
Los amigos de Chechu como feriantes del tren de la atracción de la bruja, no pararon de dar escobazos a mayores y pequeños dibujaban una sonrisa a su paso.
Ana Cobo
Los tambores también resonaron por el paseo de la villa marinera.
Ana Cobo
La murga 'Las Soberanas' desfiló con su traje de cabaret.
Ana Cobo
Pequeños y mayores se enfudaron el disfraz de atracadores de bancos.
Ana Cobo
El pasacalles se prolongó durante más de hora e incluyó el tradicional concurso de disfraces.
Ana Cobo
Las murgas caldearon el ambiente con la guasa de las vendedoras de Las Santas, que desfilaron con sus carros repletos de verduras y hortalizas.
Ana Cobo
Una de las peñas animando al público durante el desfile.
Ana Cobo
Un grupo de mimos participó en el pasacalles de Santoña.
Ana Cobo
Los emojis de 'Whatsapp' se colaron en el pasacalles de la villa marinera.
Ana Cobo
Gimnastas ochenteros bailaron al ritmo de la música de la misma época.
Ana Cobo
El evento fue la antesala de una gran noche de Carnaval.
Ana Cobo
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