Una antigua tubería de calefacción se desploma y desprende parte del techo interior del edificio de Caminos
Los alumnos se quejan de la «precariedad» del edificio. Las obras de rehabilitación, que han comenzado hoy mismo, renovarán toda la instalación en esa entrada a la Escuela
Una gruesa tubería de escayola de la antigua instalación de climatización ya en desuso, se desprendió en la mañana de este pasado jueves del techo ... en uno de los accesos de la Escuela de Caminos de la Universidad de Cantabria y arrastró en el desplome a una parte del falso techo y a varias canalizaciones de cables.
«Hubo suerte de que en el momento en que cayó, sólo había por la zona una limpiadora que tuvo tiempo de correr, porque esa tubería pesa considerablemente», cuentan en la Escuela, el edificio de la Universidad de Cantabria más cercano a El Sardinero del campus de Las Llamas, y también uno de los más antiguos. «Salió corriendo y avisó de que el techo se había desprendido. Si llega a haber alumnos por aquella zona, a alguno le habría podido caer en la cabeza».



El susto, por suerte, quedó en susto, pero las reacciones no se han hecho esperar en redes sociales. Los alumnos denuncian la «precariedad» en que se encuentran muchos edificios del campus. Sobre todo aquellos que son más antiguos y que tienen más de 60 años. Caminos, por ejemplo, comenzó a funcionar en el 1963. «Hay goteras y luego muchas cosas que deberían cambiar porque se caen de viejas», cuentan los estudiantes del centro.
Nueva iluminación
El equipo de infraestructuras de la propia universidad acudió al lugar y forzó el desprendimiento de un perímetro alrededor del derrumbe. «Queríamos certificar el alcance de los daños», detalla el vicerrector de Infraestructuras, Mario Mañana. Y las obras se han puesto en marcha hoy mismo. Los operarios trabajan ya para quitar todo el falso techo y retirar la antigua instalación de escayola susceptible de desplomarse. «En algunas otras zonas del edificio que han experimentado remodelaciones ya se había retirado, pero en esta parte, justo en esta parte, no se había hecho», razona el vicerrector.
«Lo que vamos a hacer es quitarlo todo, limpiarlo y, con tiempo, porque esta obra no afecta al normal funcionamiento de las clases ni de la investigación, aprovecharemos y renovaremos la iluminación», confirma Mañana, que asegura que no hay peligro porque el edificio está «bien y la mayor parte tiene todas estas canalizaciones retiradas y modernizadas», sobre todo en todas las plantas superiores y en el acceso más oeste, que es más nuevo.
«Desde el Vicerrectorado estamos trabajando intensamente en el mantenimiento de los edificios y las infraestructuras, muestra de ello son las obras que estamos haciendo en otros centros, como en el Interfacultativo; pero en 250.000 metros cuadrados, que es el equivalente a 38 campos de fútbol y que es lo que ocupa el campus entero, es normal que a veces pueda suceder algo así», justifica el vicerrector.
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