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Santiago, en estado puro
El retorno. La Semana Grande devuelve a las calles su cara más festiva
Andrés V. Ríos
Santander
Domingo, 24 de julio 2022, 10:47
Después de dos años sin poder disfrutar de una Semana Grande pura y auténtica, el viernes arrancó la primera que se celebra sin restricciones desde el año 2019. En 2020, el Ayuntamiento suspendió todos los festejos. En plena expansión de la pandemia, no estaba el horno para bollos. Y en 2021, aunque sí las hubo, las celebraciones no fueron las que los santanderinos querían sino las que el covid les impuso. No hubo chupinazo ni fuegos artificiales ni muchas de las variadas actividades que cada año riegan el calendario festivo cuando llega Santiago.
Pero ahora, todo eso es historia y Santander afronta de nuevo la Semana Grande que sus vecinos ansiaban, 'grande' de verdad, como lo demuestra la multitudinaria respuesta ciudadana al lanzamiento del chupinazo desde la Plaza del Ayuntamiento y el pasacalles que tuvo lugar en la jornada del viernes.
«He echado mucho de menos la Semana Grande estos dos últimos años. Es verdad que en 2021 se intentó hacer unas fiestas en estas fechas, pero para mí no cumplieron con lo que es y lo que significa la Semana Grande. Este año veo mucha alegría en las calles y me alegro de que sea así porque la Semana Grande es la más bonita del año y nos merecemos disfrutar de ella», asegura Margot Ibáñez, una joven santanderina.
«Este año el ambiente es distinto al de los anteriores. Se notan las ganas que tenía Santander de recuperar estas celebraciones, se palpa el deseo de volver a lo grande después de dos años distintos, apagados y cohibidos», confiesa Rocío Gómez, otra de las miles de personas que estos días disfrutan de lo lindo de estas fiestas.
«El año pasado, a causa de las restricciones, no se podía servir en barra y no pudimos venir. Este año, por fin, podemos volver y terminar de una vez por todas con esa incertidumbre que ha marcado los últimos años. Esperamos que la gente responda después de 24 meses parados, la verdad es que aquí nos sentimos muy cómodos», declara Marisa, la propietaria de uno de los puestos en la feria.
Una oportunidad
La Semana Grande no solo es una celebración, sino también una oportunidad excepcional para la economía de la ciudad.
En el caso de Cándido, gerente de La Casita, un gastrobar situado en la avenida de Los Castros, «había muchas ganas porque no es ningún secreto que el sector hostelero se ha resentido mucho en los últimos tiempos. La verdad, nos hacía mucha falta una Semana Grande así», reconoce. «Por suerte, este año estamos notando bastante la presencia de turistas en la ciudad y las altas temperaturas que casi obligan a descansar y escapar del calor. Ambas cosas unidas nos han dado dos muy buenas semanas», expone el hostelero.
Respecto a la Semana Grande, defiende que esta «va cogida de la mano de la alegría y eso es algo que se traduce en felicidad; creo que es lo que esta ciudad necesita después de todo lo vivido y todo lo que ha esperado para el regreso de estos festejos».
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