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El Palacio pasa por quirófano
La renovación del icono de La Magdalena pretende mantener su esencia y su estética clásica, por lo que la mayor parte de los materiales utilizados son idénticos a los que sustituye
Los muebles cubiertos con telas recuerdan a una escena de 'Los Otros'. Están protegidos para evitar que el polvo que desprenden las obras los estropee. Las intervenciones para rehabilitar el Palacio de La Magdalena comenzaron en noviembre y tanto en el exterior como en el interior del edificio se aprecian ya los avances. Los suelos y los techos están desmontados a la espera de la madera y las tuberías nuevas. No hay tiempo que perder porque el plazo de ejecución es de ocho meses y este turístico punto de la ciudad tiene que estar listo para recibir visitantes a partir de mayo, además de los cursos de verano de la UIMP. Los operarios trabajan en diferentes frentes y actualmente se está cambiando el pavimento que rodea el Palacio, arreglando los suelos de las salas, modernizando las instalaciones y aislando la fachada para evitar que la humedad la estropee. El presupuesto de estas obras es de 2,5 millones de euros.
Las salas Riancho y Bringas es una desde que tiraron el tabique ubicado entre ellas a finales de noviembre. Será, con perdón del Paraninfo, la habitación más espaciosa de la península de La Magdalena, con un espacio diáfano donde entrarán 200 personas sentadas cuando se desarrollen cursos y muchas más de pie, cuando se celebren cócteles o actividades más informales. Aunque en un primer momento se valoró colocar un panel que pudiera quitarse y ponerse en función de las necesidades de espacio, finalmente se ha descartado esta idea porque ya existen otras salas más pequeñas para esas situaciones. Así, además, hay más vistas al mar. En esta nueva sala falta igualar el suelo ya que, aunque es el mismo, existe un pequeño desnivel. Como no se va a cambiar, cuando se nivele se lijará para eliminar cualquier arañazo que tenga.
El Salón de Baile sí cambiará su suelo. El «uso masivo» lo había estropeado y ya no era tan firme, lo que provocaba que fuera fácil tropezar en él. El cambio, sin embargo, no será muy notorio porque se han encargado piezas idénticas a las que había, con cuatro tipos de madera diferentes: jatoba, nogal, haya y roble. Actualmente se está fabricando y tardará un par de meses en llegar al Palacio, más otro mes para colocarlo. Las paredes se mantendrán tal y como están. El objetivo de las obras es que «parezca que no ha pasado nada», afirma la concejala de Turismo, Miriam Díaz. La intención es renovar todo lo que estaba estropeado o desgastado, pero manteniendo la estética que ya tenía. A partir de mañana llegarán las nuevas ventanas –que pasarán a ser de aluminio– y comenzarán a colocarse desde el martes en los más de 800 huecos que hay en todo el edificio. Esto contribuirá a que entre menos humedad, ya que algunas habitaciones, las más expuestas, sufren mucho las inclemencias del tiempo porque las ventanas actuales aíslan menos del exterior.
En el despacho de Alfonso XIII, la habitación más 'museística' y con más piezas de valor de todo el Palacio, se mantendrá el mobiliario y únicamente se cambiará el suelo. Esto se producirá a partir del martes y se utilizarán las mismas maderas que en las otras salas, aunque este piso no está tan maltratado porque un cordel impide el paso más allá de la puerta y los turistas observan el espacio desde fuera. A su interior sólo se accede en recepciones muy concretas. Díaz apunta que mientras se llevan a cabo estas intervenciones, su concejalía está desarrollando otro tipo de visitas guiadas para los visitantes. Hasta el fin de las obras, los únicos eventos que se desarrollan en el edificio son bodas civiles en el recibidor.
Las 'tripas' de las instalaciones de abastecimiento –agua, luz e internet– es lo menos visible del edificio, pero una de las principales razones por las que se decidió llevar a cabo estas reformas. Las tuberías que hay ahora son de acero y pueden corroerse, por lo que serán sustituidas por otras de polipropileno. Los cambios en la instalación informática permitirán que se pueda realizar un control centralizado que permita emitir las conferencias que se realicen en una determinada sala en todas las demás, con subtítulos y traducción simultánea. Los techos son de paneles móviles, por lo que estos cambios se están realizando sin necesidad de estropearlo.
Los cambios exteriores
Además de las habitaciones e instalaciones interiores, el exterior del Palacio de La Magdalena también está experimentando cambios. Se está sustituyendo todo el pavimento externo y, al igual que en las salas de dentro, se ha elegido el mismo para mantener la misma estética. El anterior estaba muy desgastado porque muchos vehículos pasan por allí a diario. También se van a cambiar las farolas y las nuevas (que en este momento se están fabricando) tendrán unos bancos de piedra a los pies para que los visitantes puedan descansar mirando hacia el mar. También se arreglarán los jardines, que mantendrán un aspecto similar al actual de 'jardín inglés'.
En la fachada del edificio se está realizando un tratamiento para evitar que la humedad penetre en la piedra. Por su ubicación, las habitaciones interiores deben pintarse a menudo porque el salitre y el viento abundan en esta península. Este tratamiento hidrofugante crea una película por encima de la piedra que impide que el agua llegue a estar en contacto con ella. Cuando las gotas la toquen, se crearán pequeñas perlas de agua que resbalarán hacia el suelo sin llegar a mojar la fachada. Este producto tiene una garantía de diez años aunque su efectividad depende de la situación donde se ubica y podría durar menos en un lugar tan húmedo. Este tratamiento se está utilizando en los puntos donde la piedra se ha limpiado previamente, una acción que se está realizando por tramos. En la entrada, donde hay unos soportales ubicados justo antes de la puerta que da acceso al recibidor, se colocarán unos vidrios a medida para que no entre el viento.
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