La proliferación de gasolineras en la ciudad protagoniza el debate político y social

La proliferación de estaciones de servicio en la ciudad lleva más de dos semanas en el foco del debate político y social de Santander y mañana, jueves, protagonizará el Pleno municipal con una modificación del Plan General y dos mociones. Por un lado, está la legalidad de su instalación, que nadie discute. Por otro, como dice Setién, «la falta de sentido común de construir una gasolinera junto a un centro educativo mientras se busca un futuro más limpio».

La modificación del PGOU para impedir que se instalen estaciones de servicio en zonas residenciales -no afecta a la del IES Cantabria, que está en zona productiva- ya se llevó al Pleno de abril. No se aprobó porque la oposición consideraba insuficiente la distancia de 50 metros que se proponía entre los surtidores y los centros educativos, sanitarios y asistenciales. Mañana volverá a debatirse pero, en esta ocasión, aumentando la distancia a cien metros. Un cambio que según afirma el concejal de Urbanismo, Javier Ceruti, «no afecta a ninguna gasolinera proyectada en la ciudad pero, sin embargo, nos ha hecho perder tiempo para aprobar la modificación puntual».

No sólo significa perder un mes, ya que tras esta aprobación inicial pasará otro mes más hasta que sea definitiva. Y después tendrán que aportar informes la Crotu, Costas y Navegación Aérea, por lo que los plazos se dilatarán aún más sin que el Ayuntamiento pueda influir. Pero más allá de los tiempos, surge otro problema: el 31 de julio terminará la suspensión provisional que comenzó hace un año y que impedía dar nuevas licencias de obra de gasolineras. La intención era aprobar la modificación puntual durante este año, pero en Urbanismo dudan ahora que dé tiempo y eso permitirá que desde el fin de la suspensión hasta la aprobación «haya una cascada de solicitudes a las que no podremos decir que no porque no habrá ninguna norma que lo ampare», lamenta Ceruti.

El titular de Urbanismo asegura que, más allá de las zonas residenciales, el Ayuntamiento no puede actuar porque la Ley estatal de Hidrocarburos «blinda» las zonas productivas, algo que niegan rotundamente en el PSOE, quienes afirman que esa norma «sólo dice que los ayuntamientos no pueden regular aspectos técnicos y que el suelo comercial es compatible, pero no que sea obligatorio conceder la licencia». Con lo que el portavoz socialista Daniel Fernández concluye que «estamos ante un caso de voluntad política. Ni más ni menos. Y nadie en Santander puede entender que PP y Cs permitan gasolineras a la puerta de colegios, hospitales, centros de salud y residencias de ancianos». Por su parte, Jesús Goñi, concejal del PRC, alerta sobre la instalación de otra gasolinera cerca del colegio de Nueva Montaña. «Llevamos tiempo advirtiendo de que el pacto PP-Cs emplea más tiempo en la refriega interna que en gobernar».

El Pleno debatirá mañana dos mociones sobre las gasolineras. La primera, respaldada por los socialistas, los regionalistas y UxS, rechaza la gasolinera que se está construyendo junto al IES Cantabria y reprobará la «falta de voluntad política». Por su parte, Vox defenderá una propia en la que solicitará que se rechace la instalación de la gasolinera junto al instituto e instará al equipo de gobierno a redactar una ordenanza para regular las estaciones de servicio dentro del término municipal.