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Un pescador lanza la caña en las inmediaciones del puente levadizo de Raos, averiado desde finales de 2024. Javier Cotera
Raos

Un puente con pocos amigos

La infraestructura levadiza se inauguró en 2009 y los pescadores la rechazaron desde el principio por su altura, averías y pocas aperturas

Ángela Casado

Santander

Lunes, 14 de julio 2025, 07:09

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El puente levadizo de Raos se inauguró hace 16 años y el sector pesquero lo rechazó desde el primer día. No estaban a favor de su instalación porque muchas embarcaciones son demasiado altas para pasar por debajo y pasaron a depender de los horarios de apertura que marcó la Autoridad Portuaria (APS) cuando la infraestructura se puso en funcionamiento –una hora al mediodía, otra por la tarde y varias por la noche–. Pero los pescadores no tienen un horario de oficina y no vuelven de faenar cada día a la misma hora, por lo que muchos se han encontrado estos años con la circunstancia de que el puente estaba cerrado a su llegada. O bien esperaban horas hasta que volviera a abrir, o bien se iban a otro puerto. A este problema se suman las averías y desde la Cofradía de Pescadores recuerdan las tres «más graves»: una en 2010 que no se prolongó más de un día, la de finales de 2024 (en una hoja) y la de principio de 2025 (en la otra hoja). Estas dos aún no se han reparado y el Puerto espera que puedan estar en funcionamiento a final de agosto o principio de septiembre.

Apertura excepcional, este año, para la salida de barcos. Roberto Ruiz

El puente se inauguró en julio de 2009 –es ahora su 16 aniversario– y la obra, con algún que otro sobrecoste, se elevó hasta los 16 millones de euros. Los objetivos eran canalizar y concentrar el tránsito de las mercancías pesadas que iban o salían del puerto, descongestionar el tráfico y mejorar la seguridad vial en la ciudad al evitar que este transporte pesado entrase al núcleo urbano. Además, estaba pensado para que pasase el ferrocarril de mercancías y fuera directo a las instalaciones del Puerto. De hecho, una vía atraviesa el centro del puente pero «solo pasó el tren de pruebas, nunca más pasó otro», apuntan desde la Cofradía. Explican que la infraestructura se construyó con una inclinación de cuatro grados para que pudieran pasar trenes, pero nunca llegó a haber tráfico.

La primera avería que se produjo fue apenas un año después de su inauguración. Las hojas del puente no se levantaban e impidieron el acceso a la Dársena y a la lonja de los barcos pesqueros que regresaban de faenar. Fueron problemas en el mecanismo elevador de una de las hojas los que hicieron que esta ralentizara su funcionamiento y quedara bloqueada a la hora de abrir el paso. El fallo se resolvió en el mismo día; nada que ver con las averías actuales, que se están prolongando meses.

Traslado de piezas para construir el puente, en 2008. Luis Palomeque

El mecanismo de un puente levadizo es complejo, todo lo contrario al de un puente fijo –que requiere poco más que una mano de pintura de vez en cuando–. Por eso, en 2017, apenas ocho años después de su inauguración, tuvo que someterse a unas obras de mantenimiento valoradas en 1,13 millones de euros. En concreto, fueron unas intervenciones enfocadas en reparar, imprimar y pintar el puente, y el coste obligó a la Autoridad Portuaria a multiplicar su presupuesto habitual de mantenimiento.

Desde entonces, y dejando de lado el lío de los horarios de apertura, no hubo averías hasta la que se produjo en diciembre de 2024 en una de las hojas. Aunque se reparó a los diez días, el remedio no duró mucho y, encima, se averió la otra hoja en febrero de este año. En estos meses, solo se han abierto, de forma forzada, en dos ocasiones excepcionales. La reparación se está demorando más de lo esperado porque, como apuntan desde el Puerto, el mecanismo del puente levadizo estaba en peor estado de lo que se pensó en un primer momento, aunque su intención es que esté de nuevo en funcionamiento a finales de agosto o la primera semana de septiembre. Todos estos meses, los pescadores no han podido acceder a la lonja y han tenido que operar en la Margen Norte, donde la APS ha habilitado unas instalaciones temporales. Con este inconveniente, muchos pescadores de Santander descargan en otras lonjas.

Desde 2009, solo ha pasado por el puente el tren de pruebas. DM

La APS plantea una solución a largo plazo, visto que el puente levadizo es caro de mantener y propenso a las averías. Así, el Puerto se plantea construir un nuevo puente, esta vez fijo, que erradique los problemas derivados del mecanismo y que sea lo suficientemente alto para que los pesqueros puedan pasar por debajo, por lo que no dependerían, como ahora, de los horarios. Para analizarlo, la APS ha incluido en su Plan de Empresa la inversión necesaria para realizar este año un estudio de viabilidad técnica y económica.

Los pescadores no cambian de idea: no habrá procesión

El Día del Carmen se celebrará este miércoles en el Barrio Pesquero y, aunque la procesión terrestre recorrerá las calles del barrio como cada año, no habrá procesión marítima. La eterna avería de las dos hojas del puente han llevado al sector pesquero a plantarse y decidir que, si el puente no se abre para faenar, tampoco para sacar a la Virgen. Aunque la alcaldesa, Gema Igual, concertó una cita con el Puerto y la Cofradía para hacerles cambiar de opinión, el tema no se trató en la reunión, sino que se centraron en la solución de la avería.

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