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El inspector de la Policía Nacional lee la carta de Carmen en las instalaciones de El Diario Montañés. Roberto Ruiz

«Ricardo me salvó la vida»

Una mujer de 81 años, vecina de Santander, escribe una carta a El Diario Montañés para agradecer a un inspector de la Policía Nacional que le salvara la vida

Ana del Castillo

Santander

Miércoles, 13 de agosto 2025, 13:40

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«Quisiera agradecer por medio de esta nota la actuación de todas las personas que ayudaron a que pudiera llegar al hospital Valdecilla (aún inconsciente) el 31 de mayo tras un paro cardiaco, así como al inspector de policía (fuera de servicio) que tuve la suerte de que pasara por allí y que me hizo reanimación hasta que mi corazón se puso en marcha». Firmado, Carmen Domínguez.

Un carta enviada a El Diario Montañés con este único párrafo sintetiza los terribles minutos de angustia que se vivieron aquel sábado. Esta vecina de Santander de 81 años caminaba por la zona de Numancia, calle en la que ha vivido siempre, cuando sufrió un pico de tensión que la hizo perder el conocimiento y, a continuación, sufrir un paro cardiaco.

Como de costumbre cada vez que tiene un día libre, el inspector de Policía Ricardo (por seguridad prefiere no revelar su apellido), jefe del grupo de atención al ciudadano, paseaba por el centro, en dirección a Puertochico, cuando vio a Carmen desplomarse en la transversal de Peñas Redondas. «Se dio un golpe fuerte contra el suelo. Fui corriendo y me la encontré inconsciente. Estaba muy pálida, con los labios cianóticos y sudaba. Sentí que cogió como una última bocanada de aire y entonces dejó de respirar. Intenté cogerle el pulso, puse la oreja en su corazón, pero no lo encontraba», cuenta con detalle el agente de la Policía Nacional, que ese día estaba fuera de servicio.

«Tuve la suerte de que el inspector, fuera de servicio, pasara por allí y me hiciera la reanimación hasta que mi corazón se puso en marcha»

Carmen Domínguez

Mujer auxiliada

Carmen no recuerda nada. Despertó de ese fundido a negro en la UCI del Hospital Marqués de Valdecilla. «Estaba muy desorientada. Creí que estaba soñando porque vi a uno de mis hijos que vive en Madrid», recuerda. Pero antes de eso, de volver a abrir los ojos, esta vecina de Santander estaba sin pulso tendida en el suelo cuando Ricardo comenzó la reanimación cardiopulmonar, paso por paso, según lo aprendido en su formación como agente. «Ya había dado aviso a los servicios de emergencias y una ambulancia estaba en camino, pero sabía que si la sangre no llegaba a la cabeza en los próximos cuatro minutos los daños serían irreversibles. Por eso comencé la RCP», señala el inspector de policía.

Aunque la carta enviada a este periódico está escrita con Times New Roman, a ordenador, Carmen, con muy buena caligrafía y esa característica letra ligada de los abuelos, ha querido plasmar una frase de su puño y letra, como para que en ese trazo quede aún más patente su profundo agradecimiento: «Muchas gracias».

«Sentí que cogió una última bocanada de aire y entonces dejó de respirar. Puse la oreja en su corazón, pero no encontré su pulso. Empecé la RCP»

Ricardo

Inspector de la Policía Nacional

Una gratitud que va dirigida a todos los profesionales que la atendieron en el hospital. Al médico que la tuvo que volver a reanimar en el ascensor, cuando bajaban a la UCI y sufrió otra parada cardiorrespiratoria, al equipo que la intervino para colocarle un marcapasos, a las enfermeras que siguieron de cerca su evolución, pero en especial al hijo de Manuel, el agente que le salvó la vida. Y es que días después, cuando Ricardo pudo charlar con Carmen, ya desenchufada de las máquinas, descubrieron que una de las personas más importantes en la vida del inspector, su padre (fallecido en 2017), fue amigo de la mujer. «Manuel era una persona maravillosa y como ha quedado demostrado con esta historia, también lo es su hijo. Me salvó la vida».

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