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Así es 'Hyperloop', el tren futurista que llega a España

El nuevo sistema permitirá el desplazamiento de personas y mercancías a unos 1.200 kilómetros por hora dentro de tubos a baja presión

MARISOL MATTOS

Miércoles, 8 de agosto 2018, 17:45

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España ha sido elegida para acoger un centro de desarrollo y pruebas del 'hyperloop', el nuevo sistema de transporte subterráneo a través de tubos al vacío a muy alta velocidad, una iniciativa que promueve la compañía estadounidense Virgin a partir de la idea de Elon Musk, fundador de Tesla.

Tras meses analizando la viabilidad del desarrollo del proyecto en nuestro país, la compañía decidió instalar este centro internacional en una nave de experimentación que Adif tiene en Bobadilla, Málaga, actualmente en desuso. Se trata de un centro de 19.000 metros cuadrados de superficie que se convertirá en un complejo valorado en 500 millones de dólares (unos 433 millones de euros), incluyendo zonas de fabricación, plataformas de pruebas y equipos. Se prevé que con el desarrollo del proyecto se generen al menos 250 puestos de trabajo de «alta cualificación» en cinco años, además de otros cientos de empleos indirectos que impulsarán el crecimiento de la zona.

El protocolo suscrito entre el consejero delegado de Virgin Hyperloop One, Rob Lloyd, y la presidenta de Adif, Isabel Pardo, permitirá desarrollar, probar y validar en España los componentes y prototipos comerciales de este nuevo sistema de transporte de viajeros y mercancías.

Una vez superada esta fase, el centro permanecerá en España dando soporte a las operaciones de mantenimiento y la expansión internacional del sistema. No obstante, Adif apuntó que esta inversión está «supeditada» a obtener 126 millones de euros en convocatorias de ayudas públicas en forma de préstamos y subvenciones de I+D+i para las instalaciones.

Transporte del futuro

Con el desarrollo del 'hyperloop', Virgin pretende «cambiar la forma de viajar». El proyecto en desarrollo consiste en desplazamientos en vehículos que aceleran gradualmente por propulsión eléctrica, dentro de tubos a baja presión. Estos vehículos flotan con levitación magnética y se deslizan a velocidades similares a las del avión debido a la resistencia aerodinámica ultrabaja. Podrían alcanzar un máximo de 1.200 kilómetros por hora. Se trata de un transporte autónomo y cerrado que elimina efectos de errores humanos y de condiciones meteorológicas adversas, y que, al ser eléctrico, no emite C02.

El desarrollo conlleva innovación en materiales, sistemas de levitación magnética, seguridad en túneles, técnicas de electrónica, telecomunicaciones y telemática.

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