Alejandro Moral Antón
Secciones
Servicios
Destacamos
Alejandro Moral Antón
Darío Menor
Roma
Lunes, 12 de mayo 2025, 00:08
Robert Prevost, el nuevo Papa, acudió el pasado martes a almorzar, como hacía casi todos los días, a la que había sido su casa ... durante años: la sede de la Curia general de los agustinos en Roma, situada a pocos metros de la plaza de San Pedro del Vaticano. El día antes de encerrarse con el resto de cardenales electores en la Capilla Sixtina para participar en el cónclave del que salió convertido en León XIV, Prevost quiso pasar un tiempo con los miembros de la congregación religiosa que él mismo lideró entre 2001 y 2013. El cargo de prior general de esta orden lo ejerce desde entonces el español Alejandro Moral Antón (Burgos, 69 años), quien reconoce que el nuevo Pontífice tiene un carácter «más tranquilo y sereno» que el de Francisco, pero que «no haya ninguna duda» de que «va a tomar las decisiones que tenga que tomar».
-¿Cómo ha vivido la elección de Prevost como León XIV?
-Con mucha emoción, estábamos cinco o seis personas en la plaza y en cuanto escuchamos el nombre de Robert supimos que era él, porque era uno de los candidatos papables y al escucharlo y confirmarlo nos emocionó mucho.
-¿Lo esperaban? ¿Consideraban que podía tener posibilidades?
-Sí, porque su nombre había salido en las listas de papables de la mayor parte de los periódicos, tanto de España como de Estados Unidos y de otras naciones. Aunque no era el que estaba en primer lugar, ya que había otros nombres, como el de Parolin y algunos otros. Él es una persona equilibrada, que ha tenido una responsabilidad importante como prefecto del dicasterio para los Obispos. Es una persona de gran experiencia misionera también, por lo que ha ido acumulando una serie de elementos que le ayudaban para poder convertirse en el nuevo Papa.
-Usted conoce bien a León XIV, ¿cómo es su personalidad?
-Es una persona equilibrada y que va a seguir la línea de Francisco, aunque con su estilo porque no todos tenemos la misma forma de actuar, aunque sigamos el mismo camino. Seguirá a Francisco desde su propio ser, desde sus propios gestos y manera de actuar y de expresarse. Pero al mismo tiempo tratando siempre de conciliar a todos, de que haya una comunión. Sabe cuándo tiene que hablar y cuándo no debe hacerlo. Eso va a ayudar mucho en un momento como el actual.
-¿Tiene una personalidad más tranquila que la de Jorge Mario Bergoglio?
-Sí, creo que es más tranquilo. Yo conocí mucho a Bergoglio, ya desde sus tiempos de Argentina, y tenía mayor temperamento. Quizás era su manera de expresarse y de llevar adelante los temas. El nuevo Papa es un poco más tranquilo y sereno, pero también va a tomar las decisiones cuando las tenga que tomar. De eso que no haya ninguna duda.
-¿Qué pesa más en él? ¿El hecho de haber sido un hombre de gobierno o un misionero?
-Tiene ambas cosas. Desde muy joven fue a Perú. Estuvo primero en la casa de formación y luego como obispo en Chiclayo tras haber sido prior general de la congregación aquí en Roma. Tiene experiencia de gobierno y es un misionero con experiencia pastoral. Creo que todo eso supone un equilibrio que le va ayudar ahora mucho tanto a él como a toda la Iglesia.
-¿Cómo explica que Francisco fuera a buscar al prefecto del dicasterio para los Obispos hasta la diócesis peruana de Chiclayo?
-El Papa Francisco tenía un buen recuerdo de él por una situación concreta que se dio aquí en Roma y que resolvió el prior general de entonces, que era el nuevo Papa. Aquello le agradó a Bergoglio, hasta el punto de que vino en 2013 a inaugurar nuestro capítulo general, que es algo que normalmente los Papas no hacen. Fue un muy buen momento: vino a inaugurar el capítulo general, estuvo en la misa y dejó muy buen recuerdo. Francisco además iba a menudo a rezar ante la tumba de Santa Mónica, que está en la iglesia de San Agustín aquí en Roma. Hubo diversos momentos que le llevaron a apreciarle mucho, por lo que poco después de acabar su tiempo como prior general lo hizo obispo de Chiclayo, donde estuvo 10 años y medio. Antes había pasado ya cerca de 22 años en Perú.
-¿Qué supone para los agustinos tener al primer Papa perteneciente a su congregación?
-Supone mucho, queremos que sea un buen Papa para todos, para toda la Iglesia. Nosotros colaboraremos en todo lo que podamos. Sé que va a tener muy en cuenta el pensamiento de San Agustín, porque lo quiere y lo conoce. San Agustín va a ser muy actual, como también ocurrió con el Papa Benedicto XVI. Y nosotros aquí estaremos para ayudar con nuestro carisma. En la Iglesia no debemos esperar los honores sino servir, de manera que el mundo funcione con mayor fraternidad.
-¿Se espera sorpresas o cree que seguirá la línea de Francisco?
-Creo que irá en esa línea, aunque siempre puede haber sorpresas, insistiendo más en un aspecto sobre otro. En sus primeras palabras retomó por ejemplo la cuestión de la paz. Y recordemos por haber elegido ese nombre a León XIII, que fue un Papa que se encontró en un momento histórico muy difícil y que con la encíclica 'Rerum Novarum' marcó una línea social. El nuevo Papa habló de paz ocho veces en su primer mensaje y también sobre la necesidad de construir puentes, de unidad, de darnos la mano. Esa pueda ser la línea que quiera tomar, siguiendo lógicamente la de Francisco, aunque con las peculiaridades que considere oportunas.
-¿Es una declaración de intenciones que haya elegido el nombre de León XIV?
-Sin duda. Yo lo interpreto como que este momento histórico, sin ser la misma situación de la que vivió León XIII, tiene muchos signos similares a los de entonces. Las líneas que el Papa León XIII marcó entonces se pueden seguir en la actualidad, aunque adaptándolas a las necesidades de hoy. León XIII es quizás también el Papa más cercano para las agustinos. Hizo muchos beatos agustinos y estuvo siempre muy cerca de la orden.
-¿Bromeaban con el entonces cardenal Prevost diciéndole que le iban a hacer Papa?
-Él venía con su secretario a comer casi todos los días. El martes fue el último día que vino, porque comenzaba el cónclave al día siguiente, y le despedimos con una oración, la del Santo Espíritu, para que le iluminase a él y a los cardenales. De alguna manera le dijimos que tenía posibilidades con mucho cuidado, porque es delicado para las personas, por lo que no hubo bromas. Él sabía que tenía posibilidades y nosotros se lo decíamos, porque se veía en la prensa que podía ser Papa.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Da a luz en la calle a la salida de unos cines de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.