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Rodrigo Parrado
Instagram: ¿Fin a la dictadura del 'like'?, la red social esconde los 'me gusta' en varios países

Instagram parte el corazón

La red social ocultará el contador de 'me gusta' para reducir la presión que experimentan sus seguidores y poner coto al negocio 'influencer'

Isaac Asenjo

Madrid

Viernes, 9 de agosto 2019

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En Instagram siempre son vacaciones. No importa que sea diciembre o agosto. Mojitos, desayunos coloridos, festivales super 'chachiguays', cascadas alucinantes o playas salvajes. Es el epicentro del 'postureo' y la lucha del ego en una red social en la que parece que hay que demostrar al mundo que uno es feliz las 24 horas del día. Una dictadura del 'like' que hace populares a los usuarios que acumulan miles de 'me gusta' y que puede provocar problemas de autoestima e identidad. Según los psicólogos, como en la vida 'offline', en las redes sociales tendemos a proyectar los mejor de nosotros mismos, ya sea como forma de autoafirmación, de buscar la aprobación del resto o, solo por el placer de exhibición.

Un informe realizado por la Royal Society for Public Health y el Young Health Movement calificó a Instagram como una de las peores redes sociales para la salud mental de los jóvenes «por provocar sentimientos de ansiedad». Esto podría cambiar ya que Instagram ha empezado a esconder los 'likes' de sus plataformas en algunos países entre los que ya se encuentra España (Australia, Brasil, Canadá, Italia, Irlanda, Japón y Nueva Zelanda) con el objetivo de reducir la presión sobre sus usuarios así como cambiar el modelo de negocio construido por los 'influencer'. Todo un golpe a su credibilidad para poder medirlos no por el impacto de sus publicaciones sino por el dinero que generen realmente a las marcas. El fin de una era para las redes. No obstante el botón de like seguirá aunque tapará el contador público.

«Queremos que tus amigos se centren en las fotos y los vídeos que compartes, no en la cantidad de 'me gusta' que reciben», justificaba Instagram oficialmente a través de Twitter. El número total de corazoncitos ya no se muestran debajo de cada foto en los lugares anteriormente mencionados, sino que solo es visible por el autor de la publicación, aunque como se trata de un test, también puede revertir la opción y seguir como hasta ahora. «Esperamos que esta prueba reduzca la presión para que la gente pueda concentrarse en compartir lo que ama», explicó la responsable de Facebook para Australia y Nueva Zelanda, Mia Garlick.

La empresa matriz de Instagram, Facebook, también está probando esta práctica con los usuarios de Australia. Del mismo modo, YouTube planea dejar de mostrar el número de suscriptores exactos de los canales.

El negocio de los 'influencers'

Un estudio de la World Federations of Advertisers asegura que la industria de los marketing influencer valdrá más de diez mil millones de dólares para 2020. La red social, perteneciente a Facebook, es cuestionada constantemente debido -entre otras cosas- a la facilidad con la que se compran seguidores y 'likes'. Un negocio legal, pero para muchos expertos «inmoral». Detrás de estos 'me gusta' no están personas, sino cientos de smartphones conectados. Granjas de 'me gusta' que son pequeños lugares tecnológicos dedicados a inflar el número de reacciones en perfiles sociales y otros espacios de internet. Métodos poco comunes basados en la creación de perfiles falsos para impulsar determinados perfiles y publicaciones en la red. Estos operarios, están dedicados exclusivamente a disparar las cifras de me gusta y seguidores en las redes sociales.

Acceder a este tipo de negocio es sencillo y puede llegar a ser barato dependiendo del plan que se contrate, porque por 15 dólares se pueden conseguir 2.500 me gusta en una publicación de Instagram. Este tipo de granjas utilizan en su mayoría smartphones de gama baja o media y su ganancia varía entre 2.000 y 4.500 dólares.

El falso prescriptor causa problemas. Según un informe de Cheq, empresa de ciberseguridad centrada en el espacio de los medios digitales, los seguidores falsos en el llamado marketing influencer costarán a las marcas 1.300 millones de dólares este año.

Salud mental y el bienestar

El estudio mencionado anteriormente recogió las calificaciones de 1.500 jóvenes sobre cada una de las redes sociales que utilizan. La encuesta les solicitaba que puntuasen cómo impacta cada una de estas plataformas en 14 temas relacionados con la salud. Según las calificaciones que los jóvenes dieron a cada plataforma para cada uno de los problemas de salud, a las redes sociales más populares se les asignó una puntuación, siendo Instagram la más negativa de todas.

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Shirley Cramer, directora ejecutiva de la Royal Society for Public Health, señaló que «es interesante ver el ranking en el que Instagram es calificada como la peor red social para la salud mental y el bienestar. Esta plataforma está muy centrada en la imagen y parece que pueden estar provocando sentimientos de insuficiencia y ansiedad en los jóvenes».

«Las redes sociales están hechas para fomentar la dependencia y usan un sistema de refuerzos positivos como son los likes. Nuestra imagen y la apariencia ahí es muy importante, pero ¿cuál es la imagen que tenemos de nosotros mismos?. En estas aplicaciones no debo afrontar problemas reales», describe Jose Moreno, psicólogo y responsable del Servicio de atención en Adicciones Tecnológicas de la Comunidad de Madrid.

En el centro madrileño trabajan ocho personas entre psicólogos y educadores, que tratan a más de 300 familias de adolescentes por trimestre desde su apertura en abril de 2018. Los terapeutas evalúan la conducta de los adolescentes, las consecuencias del uso de las tecnologías en su vida cotidiana y su grado de pérdida de control para comprobar si está interfiriendo en las actividades escolares, las relaciones sociales y familiares, e incluso en su propio cuidado personal.

«En los medios digitales, existe la idea de hablar de uno mismo para satisfacer el ego», explica André Mondoux, sociólogo canadiense y profesor de la Universidad de Quebec en Montreal (UQAM). El malestar sobreviene cuando «la atención que uno recibe disminuye» y echa de menos ese «momento de disfrute adictivo».

Según Tristan Harris, director y cofundador del Centro para la Tecnología Humana y cofundador del movimiento Time Well Spent (Tiempo bien empleado), el sistema de recompensas por medio de los 'likes' en las redes sociales se diseñó utilizando la psicología del juego. El antiguo trabajador de Google lleva varios años de lucha para advertir sobre cómo las redes sociales y la tecnología «están secuestrando nuestras mentes y nuestro tiempo».

La generación del 'Like' vive enganchada a los algoritmos y notificaciones de las redes sociales. Un informe realizado por hospital universitario Sainte-Justine de Montreal (Canadá) afirma que «las características algorítmicas de la televisión y, en particular, las redes sociales, crean y mantienen un bucle de retroalimentación al sugerir un contenido similar a los usuarios en función de su comportamiento de búsqueda y selección anterior. El estado depresivo de una persona influye en sus opciones de visualización, cuanto más contenido similar se sugiere y se proporciona». «Regular el uso de los medios sociales y la televisión de los adolescentes podría ser una forma de ayudar a los jóvenes a controlar el estado de ánimo depresivo o la vulnerabilidad a los síntomas depresivos», sentencian los investigadores.

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