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El Racing, incapaz de ganar en Estella

El conjunto cántabro fue de más a menos ante un equipo con las cosas mucho más claras y la contienda acabó en empate

Aser Falagan / Sergio Herrero

Domingo, 14 de febrero 2016, 16:37

Al final, el césped no fue tan decisivo. Las credenciales presentadas sobre el tapete artificial de Merkatondoa fueron las que marcaron la diferencia. Una cuestión, al final, de clarividencia. La seguridad en uno mismo es clave para triunfar en esta vida. El Izarra, en su feudo, tiene el ego a prueba de bombas. Y el Racing, que empezó muy bien y acabó fatal, se estrelló ante la personalidad blanquiazul. En Estella se dio el resultado más elegido en las apuestas. Casi lógico para los asiduos del particular estadio del Izarra. Pero a los cántabros sirve más bien de poco. No deja de ser un tropiezo más. Otra vez la de arena. Ese Racing feo que hace tiempo que ya no enamora a nadie.

Las dudas sobre la posible alineación del Racing quedaron disipadas cuando los cántabros saltaron al césped. Finalmente, Pedro Munitis se decantó por la fortaleza física de Alain en el lateral derecho en lugar de la veteranía de Francis. Los galones no fueron suficientes. Y el once tuvo otra sorpresa que no entraba dentro de las quinielas. Artiles recuperó un puesto perdido hace bastante tiempo en detrimento del hasta ahora fijo Óscar Fernández.

De inicio, el Racing no se dejó llevar por el temor que había infligido el césped de Merkatondoa. Era el día de San Valentín y quiso ser fiel a su sino. Fútbol de toque. Al contrario que en Astorga, decidió echar la pelota al piso y se olvidó del juego directo que hace tan peligroso a su rival. Hubo momentos en los primeros compases del encuentro en los que la tercera equipación y su sobrio color negro parecieron un esmoquin. De etiqueta contra los buzos de trabajo blanquizules. Al final se vio que, aunque la mona se vista de seda...

La elegancia se quedó en simple postureo. El Racing puso el juego vistoso y los de Estella, a base de pico y pala, sembraron las ocasiones. Hasta de los saques de banda sacaron petróleo. No se habían puesto la americana los verdiblancos cuando casi se ahogan con el nudo de la corbata. Minuto 3. Un centro de Pito desde la derecha lo remataba en semifallo en el segundo palo Julen Goñi, tras un mal cálculo de Óscar Santiago. La pelota se estrelló en el lateral de la red.

Los verdiblancos se sacudieron las arrugas del susto y se hicieron con el control absoluto del juego. Una aplastante superioridad racinguista combinando por dentro. Los de Pedro Munitis, seductores, se camelaron el partido pero fueron incapaces de romper la última barrera local. Y así, fue imposible ligar un gol. Solo Álvaro Peña dispuso de una ocasión en la que su disparo se marchó muy alto. Poco más que buscar en su haber.

En Merkatondoa hasta ahora ha funcionado más lo del aquí te pillo. Los navarros se cansaron de esperar a que el Racing diese el primer paso y fueron ganando metros. Sergio Amatriain superó tácticamente a Pedro Munitis colocando a Hinojosa sobre un Borja Granero que, hasta entonces, había liderado a su equipo con maestría. Adelantaron la presión y a los cántabros les entraron los nervios. Y no precisamente el cosquilleo en el estómago del flirteo. Camino del miedo. Un saque de banda largo lo peinó Pito en el primer palo. La pelota se paseó por el área pequeña y Óscar Santiago metió mano para evitar la ocasión rival.

Cuando más cerca estuvo de pillar el Izarra llegó en el último tramo del primer tiempo. Briñol asistió de tacón a Maestresalas en el área racinguista. A la zaga verdiblanca la sorprendió con el pie cambiado. Igual que al propio central navarro quien, sin todavía creérselo, disparó muy desviado. Y eso que lo tenía todo a su favor.

El canario José Artiles tiró de gracejo canario para intentar la conquista. No se rindió a pesar de los continuas negativas. El habilidoso extremo le ganó la partida a Álex Cacho en el área. Lanzó un globo y Aitor, con muchos problemas, mandó la pelota por encima del larguero.

Igualdad

Al Racing le tocaba acicalarse en el descanso, porque la imagen en la última parte del primer periodo empeoró bastante. El cortejo se igualó en el segundo tiempo, aunque la rudeza del Izarra siguió logrando mejores resultados. El rubio Julen Goñi llegó al primer palo, donde tocó ligeramente la pelota para desviar. Por fortuna, el guardameta, Óscar Santiago, estuvo atento para atrapar el remate.

No era una tarde adecuada para enseñar carne. Gélida. Por eso, solo quien tuviese mejores argumentos y labia futbolística iba a conseguir el objetivo. En un momento de lucidez, el Racing se puso serio y mostró sus mejores galas. Un balón diagonal de Mikel Santamaría lo envió de primeras Artiles a la frontal del área local. Mucha clase. El balón le llegó a Dani Rodríguez. El gallego empalmó y Aitor se marcó una estirada para repeler el disparo. La mejor acción verdiblanca.

Pedro Munitis sacó a bailar a Pumpido por aquello de la zalamería argentina. Pero este domingo al Racing le iba a tocar danzar con la más fea el empate si no quería irse de vacío de Estella. Porque el partido se jugó a partir de ahí en terreno verdiblanco. El Izarra intensificó su ofensiva y encerró a los cántabros en su feudo. El Racing hizo la cobra.

Amatriain dio entrada a Galán. El nombre le delataba. Y los navarros confiaban en sus posibilidades. Tanto que dejaron el fútbol directo y pasaron a manejar la pelota mucho mejor que su rival. Cambio de roles. Julen Goñi tenía ganas de agradar y su remate de cabeza en el segundo palo se marchó desviado. No había barro en el césped artificial, pero el esmoquin racinguista estaba hecho unos zorros hace tiempo. Y el Izarra estuvo a punto de hacerle un siete. Pito enganchó una volea que se estrelló en el larguero. A esas alturas el empate era ya casi de agradecer. Triste.

Tan triste como mirar la clasificación, donde el Racing no ve a su tocayo de Ferrol ni con prismáticos. A nueve puntos del liderato. La remontada se antoja cada vez más imposible. Tan aciaga fue la tarde en Estella que, al final, hubo que alegrarse de que la Unión Deportiva Logroñés cayese en el descuento con la Arandina, dejando la segunda posición a tiro de victoria a los cántabros. Caza menor. Ese Racing feo que no tuvo a nadie para felicitarle San Valentín.

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