Viadero comprará hoy su libertad
Los verdiblancos pagarán a los castellanos en concepto de traspaso y restarán esa cantidad de la partida destinada al sueldo del entrenador
MARCOS MENOCAL
Jueves, 23 de junio 2016, 07:32
santander. Ángel Viadero comprará hoy su libertad, después de que el Burgos aceptará ayer rebajar la indemnización por ruptura de su contrato a unos 25.000 euros, algo menos de los 30.000 que figuraban por escrito en el compromiso que el cántabro tenía firmado con los castellanos. Tras una semana de negociaciones, Viadero podrá desvincularse del club del El Plantío para fichar por el Racing como fue su deseo desde un principio. Precisamente, los responsables racinguistas remitieron la documentación pertinente al Burgos para que la operación se pueda cerrar en la jornada de hoy.
Las tres partes de esta historia de banquillos han trabajado de manera conjunta para encontrar la mejor manera de sellar el acuerdo. Una salida con final feliz para todos. El Racing acometerá el pago de la indemnización, los 25.000 euros estipulados, a través de un primer pago de 15.000, que se realizará de inmediato y, un segundo, que se llevará a cabo al finalizar la temporada. Lo singular es que estas cantidades aparecerán bajo el concepto de traspaso. El dinero para afrontar el pago saldrá del montante en bruto destinado al sueldo del entrenador. En pocas palabras, el Racing será el que oficialmente deposite la cantidad en la cuenta del Burgos, pero en realidad el dinero pertenecerá a los honorarios del propio Viadero. De esta manera, lo único que se consigue es favorecer fiscalmente al entrenador puesto que no tendrá que responder ante Hacienda por algo que no podrá disfrutar. Esta iniciativa fue propuesta por el club verdiblanco como medida de gracia ante el esfuerzo indudable que el técnico hace por recalar en Santander.
A última hora de ayer, el Burgos estudiaba la documentación que el Racing le había hecho llegar con la intención de firmarla hoy y dar carpetazo a un asunto que mantiene paradas a las dos entidades. En lo que parece no ser flexible los burgaleses es en la forma de pago; lo quieren en efectivo o ingreso bancario. Sin pagarés.
El tiempo corre en contra de los dos clubes y del propio Viadero, puesto que ninguno se puede poner a trabajar hasta que se resuelva formalmente su situación, por eso la noticia de que hoy pueda quedar todo finiquitado fue recibida de buen grado. Se ha tratado, desde de un principio, de una partida con las cartas marcadas, ya que todos conocen de antemano el deseo de los demás; el Burgos, una vez que superó el shock inicial, dejó de contar con Viadero y anunció la búsqueda de un «entrenador de reconocido prestigio»; el Racing, que sabía de los deseos del técnico de aceptar su oferta, tiene parada su parcela deportiva a la espera de que su 'preferido' tome el mando de una vez. Por último, el propio protagonista de la historia, que ha vivido sumido en una frenética búsqueda del montante económico que le permitiera comprar su libertad. Todos han sabido en todo momento los movimientos del otro, porque, en definitiva, estaban condenados a entenderse.
Es obvio que el santanderino haya apurado al máximo la negociación para reducir el desembolso, ya que ni Burgos ni Racing podrían intervenir en ello. Ambos clubes le comunicaron que le facilitarían en lo posible, su salida, en el caso del Burgos, y el tipo de contrato, en lo que respecta a los cántabros, sin embargo el pago sólo podía corresponder al propio Viadero.
El cántabro asumió que su fichaje por el Racing le iba a suponer dinero. Lo supo y lo asumió. La oferta de los verdiblancos contempló una cantidad bruta y única, es decir que no llevaba aparejada otro montante adicional para hacer frente a la indemnización. Los cántabros llamaron a su puerta tan sólo para sondear su situación y encontraron a un entrenador con contrato en vigor, pero dispuesto a romper su relación con su equipo y escuchar lo que se le ofrecía. En ese preciso momento, el entrenador se puso a funcionar; comunicó al Burgos la oferta y su deseo de aceptarla y emprendió una carrera por abaratar su cláusula y encontrar fórmulas que no le ahogaran económicamente. Y todo por entrenar al equipo de su tierra. La relación que hoy podría quedar firmada contempla un año de contrato en Segunda B, que quedaría renovado automáticamente si se consiguiera el ascenso a Segunda División. En principio, el deseo de Viadero es contar con una persona de su confianza en el cuerpo técnico, pero aún no ha recibido el visto bueno del Racing.
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