El tren playero se estrena con retraso
Procedente de Valladolid, llega a Santander cargado de turistas que vienen con la intención de pasar un soleado día de playa a pesar de las demoras «de siempre»
Como cada verano, el tren playero procedente de Valladolid ha vuelto a poner rumbo al norte, aunque, contagiado por los problemas habituales en la red ... ferroviaria, ha llegado a Santander con media hora de retraso sobre el horario previsto. A eso de las doce del mediodía hacía su entrada en la estación, cuando debía haberlo hecho a las 11.28 horas. Nadie se ha extrañado demasiado: «Es pasar Reinosa y siempre falla algo, se rompe la catenaria o cualquier cosa, la verdad que fastidia bastante», comentaba resignada Carmen, una palentina jubilada que venía junto a su amiga Salud.
Sin embargo, la demora, que esta vez ha sido moderada, no ha empañado los planes de los viajeros, que han sabido ver el vaso medio lleno. Y no es para menos: Santander los ha recibido con un sol espléndido, de esas jornadas que invitan a ir directamente a la playa, sin más miramientos. «Hace día de playa y eso es lo importante», aseguraba Marta Arconada, recién llegada desde Valladolid con la firme intención de pasar el sábado entre arena y mar.
La mayoría de los pasajeros eran chavales, jóvenes estudiantes que aprovechan las vacaciones para hacer una escapada rápida a la costa. A falta de clases, sobran las ganas de disfrutar. «Playa, playa, no hay más», decía Sergio con una sonrisa, mientras caminaba con su grupo de amigos rumbo al Sardinero. La mayoría venían desde Valladolid, otros desde Palencia, pero todos compartían el mismo plan: aprovechar hasta el último rayo de sol antes de coger el tren de vuelta a última hora de la tarde.

Pablo Fernández, por ejemplo, viajaba con su grupo de amigos y tenía claro que regresaría en el próximo tren, el de las 20.30. «Venimos y volvemos en el día. Ya nos habían dicho que hoy no estaba nublado, así que decidimos animarnos», explicaba. Algo que también tienen planeado hacer Mario y Asun, un matrimonio de mediana edad: «Disfrutar del sol y la playa, como todos los veranos».
Pero no todos los viajeros contaban con regresar tan pronto. Juan Saro, Diego y Javi, tres amigos de Valladolid, eran de los pocos que habían planeado quedarse el fin de semana completo en Santander. «Hemos venido a echar el finde y a ver lo que surge», comentaban entre risas. Sin prisas ni billete de vuelta, su idea era aprovechar al máximo el ambiente costero, las playas y disfrutar de las múltiples opciones de ocio que ofrece este fin de semana la ciudad.
Tradición veraniega
Y es que el tren playero, más que un medio de transporte, se ha convertido en toda una tradición veraniega para los vecinos de la meseta. Cada fin de semana del verano, cientos de personas lo utilizan para conectar Castilla con el litoral cantábrico, sobre todo cuando el calor aprieta en el interior. La fórmula es sencilla y ya la tienen interiorizada como si se tratara de un ritual: madrugón, toalla al hombro, tren hasta Santander, jornada de playa y vuelta a casa con la sal, la arena y la crema solar todavía en el cuerpo.
A pesar del retraso, el ambiente entre los viajeros era positivo: «Al menos ha salido el sol». Y es que, en una ciudad como Santander, donde el tiempo es tan incierto y cambiante, un día como el de hoy es todo un premio para los foráneos.
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