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M. A. C.
Domingo, 12 de agosto 2007, 13:09
César Alonso de los Ríos escribe desde su casa de Trasvía asomado sobre la majestuosa vista de la ría de Oyambre. El periodista y ensayista termina un nuevo libro que llevará por título "Yo tenía un camarada", un análisis en profundidad de la generación de 1936, ese grupo de intelectuales que basculó entre su colaboración con el franquismo y la denuncia y el combate del mismo. Personajes como Dionisio Ridruejo, Pedro Laín Entralgo, Ruiz Jiménez, José María de Areilza, Torrente Ballester, etc son los protagonistas de un ensayo que bucea en una época repleta de radicalismos y conversiones. El columnista Alonso de Ríos (publica semanalmente un artículo en El Diario Montañés y es habitual en las páginas de ABC) es uno de los periodistas que mejor conoce la política española. Fue protagonista directo de la oposición al franquismo, de la transición y ha seguido de cerca el devenir de España.
-De sus artículos y libros se desprende que tiene usted una enorme preocupación por el futuro de España. ¿Cómo concretaría la situación presente y la acción del gobierno de Rodríguez Zapatero?
-En el año 1979 escribí un libro titulado "Yo digo España". En ese ensayo ya mostraba mi inquietud por un problema que ahora se ha hecho más evidente y más grave. El modelo de Estado que tenemos, plasmado en la Constitución, es un sistema abierto, que ha dejado sin definir los límites del Estado frente a las autonomías. Esa situación, unida a un sistema electoral que prima a las minorías nacionalistas, ha producido una deriva hacia la fragmentación de España y pone en riesgo la estabilidad de todo el sistema, máxime cuando los nacionalistas no han respetado el acuerdo básico de lealtad que se logró en la transición
-El Partido Popular es el que más incidencia hace en ese problema de la relación entre el Estado (España) y las autonomías. Las elecciones generales están en puertas. ¿Cuál debe ser la estrategia del PP en esta materia?
-Al Partido Popular se le presenta un panorama difícil. Creo que debe optar por una estrategia arriesgada y radical: explicar a los españoles que necesita obtener una mayoría absoluta que le permita gobernar sin el apoyo de los nacionalistas y, sobre esa mayoría, proponer una reforma de la ley electoral que impida que grupos que cuentan con el respaldo de tan sólo el cinco o el ocho por ciento de los votantes tengan en sus manos el Gobierno. Rajoy debe hacer como Sarkozy: ir a por todas, enviar a los votantes el mensaje de la urgencia de un cambio radical para terminar con la disolución de España.
César Alonso hace una pausa. Y le viene a la boca la figura de Gabriel Cisneros, uno de los ponentes de la Constitución, recientemente fallecido, con quien tenía amistad y a quien conocía por largas charlas sobre la situación política.
-Gabriel Cisneros murió con la amargura de asistir a la traición del pacto constitucional. A los nacionalistas vascos y catalanes se les hicieron importantes concesiones en el texto de la Carta Magna , con un acuerdo basado en la lealtad que tenía como eje no rebasar el planteamiento originario, pero los nacionalistas utilizaron las concesiones como una mera palanca para conseguir más y más prebendas y han hecho saltar por los aires la idea misma de España. Los nacionalistas han sido desleales. Conviene no perder de vista que el nacionalismo es una forma de totalitarismo y de fascismo, que coloca la raza y la pertenencia al territorio por encima de los derechos universales del hombre.
En el último episodio sobre Navarra subyace un mensaje preocupante: Navarra, esencia de España ya está en peligro.
Cantabria, la pulsión del mar
César Alonso de Ríos, su mujer y sus hijos han veraneado en Comillas, en el pueblo de Trasvía, desde el año 1979. Sienten la atracción del mar y disfrutan del paisaje, del paisanaje y de la humedad verde de nuestra comunidad. Son comillanos de corazón.
-Yo nací en Osorno, en el norte de Palencia y siempre tuve la atracción del mar, del horizonte abierto. Además Cantabria fue provincia de Santander y perteneció a Castilla. Ese vínculo, aunque políticamente ya no exista, persiste en lo histórico y en lo sentimental. Fue una lástima que La Rioja y Cantabria decidieran constituirse en comunidades separadas de Castilla. Yo respeto esa decisión, pero creo que fue equivocada. Castilla ha sido madre de España, pagó con sus impuestos el imperio español en América, ese imperio que permitió la fortuna de personas como el marqués de Comillas o el de Valdecilla que tanto hicieron por su tierra montañesa. Los nacionalismos se han asentado ahora sobre la negación de España, que es la negación de Castilla. Han hecho de Castilla la escupidera de la periferia, de forma injusta y traicionando todos los acuerdos. Castilla ha sido la gran perdedora de todo el proceso autonómico.
-Usted fue uno de los intelectuales que más combatió la dictadura de Franco, estuvo en las revistas míticas que exigían democracia (Cuadernos para el diálogo y Triunfo), militó en el Partido Comunista, fue pieza clave en proyectos periodísticos innovadores como "El Sol" o "El Independiente" y ahora sitúa su pensamiento en parámetros más próximos a la derecha. ¿Cómo explica esa evolución?
-Yo siempre he sido un periodista crítico. Fui un opositor a la dictadura porque siempre he creído en la democracia. Milité en el PCE porque era el único partido que estaba a favor de la libertad, a pesar de que en los países del Este no se permitía la más mínima apertura y ahora soy crítico con el sistema de partidos que ha empobrecido la democracia en España y que amenaza incluso a la propia esencia de España.
La figura de Miguel Delibes
-¿En qué figuras basa su formación y su pensamiento?
-Sin duda, en mí influyeron mucho los pensadores y escritores de la generación del 98. Ortega y Gasset de forma especial. No encontré maestros en mi contemporaneidad aunque siempre cito a Miguel Delibes, por su personalidad y su coraje. Miguel Delibes me demostró, en los años de la censura y de la dictadura, que se podía hacer periodismo, aunque finalmente a él le costara su puesto de director de El Norte de Castilla y a mí la cárcel.
Precisamente momentos antes del encuentro para esta entrevista César Alonso habla con Ramón García, catedrático de literatura, que revisa -en sus vacaciones comillanas- las pruebas finales de una edición de las obras completas de Miguel Delibes, una edición ambiciosa y trabajosa que editará El Círculo de Lectores en octubre, con motivo de un congreso sobre la figura de Delibes que se celebrará en Valladolid. César Alonso es amigo del escritor vallisoletano, publicó un libro esencial para conocer la figura y la obra del autor de "La sombra del ciprés es alargada" y mantiene el contacto con el gran autor castellano.
-Delibes ha tenido mucha influencia en mi pensamiento y en mi vocación periodística. Junto a él, y además de los hombres de la generación de 98, me han marcado las lecturas de Albert Camus y Aranguren. También me influyó Manuel Vázquez Montalbán con el que discrepaba en muchas cosas, pero que tenía una vitalidad y una lucidez extraordinarias.
-Vecino de Comillas durante varios meses al año, conocedor del panorama nacional e internacional de la enseñanza del español ¿Qué opina del Proyecto Comillas?
-No conozco bien la esencia del proyecto. Creo que en Comillas hay una tradición de la Universidad Pontificia que fue excelente, que aportó mucho a Cantabria y a España y que recuperar esa tradición es positivo. El seminario es una joya arquitectónica y su recuperación será un acierto. Quizá podría buscarse una orientación diferente al proyecto, porque en torno a la enseñanza del español ya existe mucha competencia y los propios países Hispanoamericanos reclaman su derecho a enseñar español.
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