Gustavo regresa a La Albericia

Con ocho años más y con casi catorce temporadas de balonmano al más alto nivel encima, regresa Gustavo Alonso a su tierra. Jugará hasta junio de 2011 en el Adelma Sinfín 2016. Regresa así uno de los 'productos' de la década en la que el balonmano en Cantabria era referencia.

«Han pasado ocho años ya desde que me fui y los motivos familiares me han hecho pensar en que ya era hora de volver a casa», aseguró el pivote cántabro. Alonso pertenece a esa 'hornada' de jugadores criados en la cantera del extinto G.D. Teka que durante la década de los noventa ganó todo lo que un club de balonmano podía ganar.

«Tengo ganas de volver a jugar en La Albericia. Tengo muchas ganas y me da mucha alegría jugar otra vez en el escenario en dónde ganamos muchas cosas». Este robusto jugador perteneció a aquella plantilla que ganó el Campeonato del Mundo de clubes (96-97), la Recopa de Europa (97-98) y Copa Asobal (97). «A la fase final del Mundial de clubes fui, no tenía ficha pero jugué. Tengo grandes recuerdos», rememora el cántabro. Sentirse partícipe de aquellos logros no deja de ser un orgullo. «Allá donde vas todo el mundo te lo recuerda. El Teka marcó un antes y un después en el balonmano. Fue un club que lo ganó todo y jugábamos muchos que nos habíamos criado en la cantera».

Lo de su vuelta fue visto y no visto. «Firmamos el acuerdo en 24 horas. Yo tenía ganas de volver y el Adelma quería que viniera. Tengo aquí compañeros y el propio Juan Domínguez fue compañero mío y ya me quiso fichar años antes», añade Alonso. El jugador quiere disfrutar y «contribuir, quién sabe, a un ascenso. Yo no sé cuanto balonmano me queda. Tengo 37 años y me gustaría seguir jugando. Ya veremos».

Las cosas han cambiado

Recuerda con nostalgia su marcha de Santander. «Fue una pena tener que marcharme. No me arrepiento de haber tomado la decisión porque me ha ido bien. Hay etapas y etapas». La desaparición del Teka fue una decepción muy grande y más vista desde fuera. «Para todo el balonmano fue algo que impactó. Ver cómo moría un histórico de este deporte fue tremendo. Además, cuando estás fuera la gente que sabe que eres cántabro y que jugaste allí te lo recuerda siempre».

Sin duda las cosas han cambiado desde que en el año 2002 cogiera el petate y se marchara, en aquella ocasión, a las Islas Canarias. «Cuando me fui el balonmano estaba en alza. Ahora es un deporte más minoritario que antes, todavía. El mal, como en casi todos los deportes, es la situación económica. Además, según la zona se cuida más o menos. En Galicia, por ejemplo, sí que se preocupan pero hay sitios en los que está desapareciendo».

Gustavo Alonso se reencontrará de nuevo con muchos amigos, compañeros que empezaron con él y con muchos recuerdos que siguen alimentando aquel 'espíritu' de La Albericia. El pivote quiere contribuir también en su tierra a que el balonmano recobre su salud. «Quiero coger a un equipo del club, a chavales para enseñarlos lo que pueda. Tengo el título de entrenador nacional».

A pesar de su veteranía, Alonso no ha perdido las ganas por jugar y por seguir haciendo lo que ha sido su profesión. «Yo disfruto y ahora, además, para mí se abre una etapa distinta. Vuelvo a casa y eso es un aliciente». Para este hijo 'pródigo' el balonmano no ha cambiado mucho en los últimos años. «No creo que haya cambiado. Quizá ahora es más rápido, se marcan más goles y se corre más. Antes era más físico, pero nada más».

El deporte en este país ha sufrido una tremenda transformación o más bien una acumulación de información de alguna disciplina en detrimento de otras. «Antes el Balonmano era portada de los periódicos; ahora es impensable. Los medios de comunicación le dan poca 'bola' pero esas cosas hay que entenderlas. Hay ciclos».

De vuelta a casa con ganas de ayudar en un nuevo proyecto.