Reducen la condena a los ladrones del mesón El Pradón

La Audiencia de Cantabria ha dejado en un año y cinco meses de cárcel la condena a dos de los tres ladrones que en diciembre de 2009 entraron a robar en el mesón El Pradón, de Santillana del Mar, y fueron sorprendidos por su propietario, que será juzgado por matar de un disparo de escopeta a su cómplice.

La sección primera de la Audiencia ha rebajado así la pena de dos años de prisión que había impuesto el Juzgado de lo Penal número de 1 de Santander a Alin C. D. y Tom B., ambos de nacionalidad rumana. Hubieran eludido la cárcel de todas formas, ya que ambos carecen de antecedentes penales.

El tribunal estima, en su sentencia, el recurso de apelación de Alin D. C. pero solo en uno de los tres motivos que planteaba: que no procede aplicar en este caso la modalidad agravada de robo con fuerza en casa habitada, que ninguna de las acusaciones planteó.

La defensa de Tom B. no había esgrimido ese argumento en su recurso, pero la Audiencia considera que su condena también debe ser rebajada, porque tampoco a él se le acusó de robo con fuerza en casa habitada, sino solo de robo con fuerza o de robo con intimidación.

El tribunal confirma el resto de la sentencia del Juzgado de lo Penal en todos sus términos, incluido el relato de hechos probados, en el que se señala que el propietario de El Pradón, al ver que habían entrado unos ladrones en su negocio, «disparó al suelo con la intención de amedrentarles y que se marchasen, resultando lesionado uno de ellos y otro fallecido». Los acusados huyeron con parte de lo que habían sustraído, 2.978 euros, abandonando el resto. Y causaron daños por un importe de 1.556, cifras con las que en esta sentencia deben indemnizar al hostelero.

El hostelero, pendiente de juicio

El hostelero que efectuó esos disparos, Ángel G. O., está pendiente de que se celebre el juicio ante Jurado en el que responderá de una acusación de homicidio doloso.

Inicialmente, el Juzgado de Torrelavega que instruyó el caso entendió que solo debía responder de un delito de homicidio por imprudencia, por entender que no era su intención matar a Gioni Sorin S.

Sin embargo, la Audiencia revocó su decisión y amplió el caso a posible homicidio doloso, al considerar que, aunque no quisiera matar al ladrón, el hostelero sabía que eso podía ocurrir si disparaba y, «al menos, aceptó el resultado».