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Ana Cobo
Domingo, 15 de enero 2012, 20:13
Algunos precisan de financiación, otros están pendientes de pequeños remates y, en el peor de los casos, ni siquiera se sabe qué hacer con ellos. Decenas de edificios e instalaciones envejecen con el candado puesto. Infraestructuradas cerradas, abandonadas, a la espera de que los diferentes Ayuntamientos de Cantabria les devuelvan a la vida. No obstante, numerosos espacios públicos y proyectos que lograron poner el cartel de fin de obra ni siquiera han abierto sus puertas, o han entrado en servicio, tras rimbombantes inauguraciones en las que se fijó una fecha de apertura demorada o aplazada sine die hasta caer en el más absoluto de los olvidos.
Son proyectos 'fantasmas' en los que se han invertido millones de euros en años de bonanza y que, ahora, con la crisis, resulta más que complicado ponerlos en servicio. El puerto deportivo de Laredo es el paradigma. Nueves meses después de que se inaugurara por todo lo alto, sus pantalanes siguen completamente vacíos. Nadie se aventura a marcar un plazo para que comience a recibir barcos.
Otros ejemplos
El Ejecutivo regional ya ha reconocido que «ponerlo en funcionamiento va a ser difícil» y su futuro se complica en cada nuevo episodio que sale a la luz. En el último, el Gobierno ha aprobado la lesividad del acuerdo por el que se autorizaba a Puertos de Cantabria la formalización de una cuenta de compensación entre dicha entidad y la empresa concesionaria 'Marina de Laredo'.
En Reinosa, La Corporación no puede asumir los gastos necesarios para poner en servicio el nuevo matadero que construyó el Gobierno cántabro hace un año con un coste de 6,3 millones de euros. Su pretensión era ceder la explotación y gestión a una empresa privada pero la convocatoria quedó desierta.
Así las cosas, el edificio pasó a ser de competencia municipal. Ante la incapacidad para mantenerlo, los alcaldes de la Merindad de Campoo acordaron el pasado mes de diciembre pedir a la Consejería de Ganadería la dotación de una partida en los presupuestos regionales para su puesta en marcha. Sin embargo, su titular, Blanca Martínez, declaró que «el gobierno ya ha hecho un esfuerzo importante, y ahora, le toca al Ayuntamiento tirar para adelante».
Concurso de ideas
La exposición de Antigüedades fue el último evento que acogió La Lechera de Torrelavega, en agosto de 2010. En aquel momento, la Feria de Muestras de Cantabria estaba herida de muerte por las deudas y el abandono del Consorcio por parte del Gobierno regional. El tránsito hacia la nueva entidad ferial (Feria de Muestras de Torrelavega) ya ha concluido, pero la actividad está paralizada y su futuro es un misterio que parece no se va a resolver a corto plazo debido al deterioro de las instalaciones. Éstas no reúnen las condiciones mínimas de seguridad por lo que su reapertura es inviable. El actual equipo de Gobierno pretende recuperar el olvidado recinto y tiene previsto convocar un concurso de ideas para rehabilitarlo.
La lista de proyectos abandonados alcanza su cúlmen con actuaciones como el aeródromo, después helipuerto, que levantó Ganadería, en Valderredible, allá por el 2006. Hasta el momento, ninguna avioneta ha aterrizado en esta pista que se acompaña de torre de comunicaciones y de una zona de aparcamiento. Todo ello en el más absoluto desuso.
Actos vandálicos
La evidente dejadez que sufren algunos de estos edificios inutilizados ha dado vía libre a los ladrones, que aprovechan la situación para llevarse lo poco que guardan dentro. Los 'cacos' han hecho de las suyas en el Centro Ambiental de La Lastra de donde se han apropiado de colchones, chimeneas y hasta radiadores. Este inmueble que se definió como «un mosaico de atracción turística para la comarca campurriana» es un ejemplo de la falta de iniciativas. Desde 2005 se encuentra cerrado y, a pesar de que se han presentado diversos proyectos para devolverlo a la vida ninguno ha conseguido prosperar.
En Camargo, el anterior equipo de Gobierno aprovechó las ayudas con cargo al Plan E para rehabilitar el exterior de las oficinas de Cross pero se 'olvidó' de su interior que se ha convertido en un almacén de todo tipo de materiales. Su reparación exige un elevado desembolso para un Ayuntamiento que también tiene que gestionar la puesta en funcionamiento de la guardería laboral levantada con cargo al segundo Plan E y que no ha recibido a un solo niño en este tiempo. El Centro de Empresas Vallegón, en Castro Urdiales, el punto limpio y la zona de servicios de la nueva estación de autobuses Val de San Vicente se suman a la amplia nómina de patrimonio 'arrinconado' en la región.
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