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ÁLVARO SAN MIGUEL
Jueves, 26 de abril 2012, 10:18
Una plaza en la Universidad de Cantabria cuesta aproximadamente 6.500 euros, pero cuando un estudiante se matricula sólo tiene que pagar una parte: la tasa. Ese porcentaje gira en torno al 12,7%. Así que el alumno sólo tiene que pagar 762 euros. El Real Decreto publicado el sábado por el Gobierno de España impone a las universidades una subida de ese porcentaje. Como máximo un 25% y como mínimo un 15%. El Gobierno de Cantabria -que es quien decide la subida- y la Universidad de Cantabria -que es quien la aplica- coincidieron ayer en optar por la subida mínima permitida. Es decir, el 15%. Así que el curso que viene, las tasas subirán de media un 2,3% del precio real de la plaza universitaria. O lo que es lo mismo: 146 euros.
Cinco horas antes de su reunión con el Ejecutivo, José Carlos Gómez Sal presidía su primer Claustro en la Universidad de Cantabria, y el nuevo rector hacía una radiografía de la institución, que se enfrenta a uno de los momentos clave de su historia. Con un semblante muy serio, el catedrático de Física censuró las últimas actuaciones del Ministerio de Educación, que arrancaron con la creación de una Comisión de Expertos «al margen de las indicaciones de los rectores y que cuestiona, a partir de datos incorrectos, la eficiencia de las universidades españolas»; que días después se concretaron en un Real Decreto «elaborado con muchísima premura y quizás no suficientemente meditado».
Durante su intervención, Gómez Sal analizó punto por punto las consecuencias que tendrá la nueva normativa sobre el gobierno y la autonomía de la Universidad: subida de tasas, mantenimiento de las becas, régimen de dedicación del profesorado, plazas universitarias, equilibrio presupuestario... Y adelantó, por si fuera poco, que la renovación del Contrato Programa con el Gobierno regional parte de una propuesta inicial de reducir la financiación un 7%.
El informe del rector hizo que muchos de los miembros del Claustro se revolvieran en sus sillas. «Tenemos que cambiar nuestra manera de pensar. No tenemos más remedio», lamentó el rector, que hasta ayer había hecho gala de un optimismo a prueba de tijeretazos. «Debemos repensar los parámetros del período de abundancia y definir cuáles son las prioridades», explicó Gómez Sal, que tras su reunión con el consejero Miguel Ángel Serna confirmó que se creará una Comisión Mixta entre el Ejecutivo regional y el equipo rectoral para analizar las prioridades del Contrato Programa.
Precisamente ahí es donde más ha sufrido la institución en los últimos años. Los números que presentó el rector dan fe de ello: entre 2009 -cumbre de la financiación con 74,7 millones- y 2012, el Contrato Programa ha sufrido un recorte de 13 millones. Y a esa reducción se puede sumar otra del 7% que dependerá de los acuerdos que se tomen en la Comisión Mixta con el Gobierno de Ignacio Diego.
Las becas, intactas
La principal preocupación del rector es que las decisiones macroeconómicas puedan afectar al principio fundamental de la universidad pública: «Hay que salvaguardar por encima de todo el concepto de que nadie, por motivos económicos, se quede fuera de los estudios universitarios. Es un valor importante que se ha conseguido y por el que tenemos que luchar». Y para ello sólo queda la opción, aseguró, de equilibrar la subida de los precios públicos por medio de becas que garanticen la igualdad de oportunidades a los buenos estudiantes. Una garantía que se hizo pública en Madrid, donde la presidenta de la Conferencia de Rectores aseguró que el ministro de Educación, José Ignacio Wert, se había comprometido a mantener las ayudas intactas, «aunque aparentemente suponga aumentar el crédito asignado para becas».
Tras pintar la realidad universitaria sin paños calientes, Gómez Sal lanzó un mensaje con distintas lecturas, perfecto para quien prefiere ver el vaso medio lleno, medio vacío o directamente ahogarse en él: «La situación de la UC es de las mejores de España. Si a nosotros nos llega el agua al cuello, a otros les sobrepasa aunque se pongan un sombrero de copa».
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