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MARCOS MENOCAL
Domingo, 30 de septiembre 2012, 02:05
Una pareja extrema. Un romance a golpe de zancada y altitud. Nunca ser amantes conllevó tanto riesgo. Pablo Criado y Ana Bustamante, además de compartir su vida comparten también su afición por los Ultra-Trail, o lo que es lo mismo las carreras de ultrafondo a través de las montañas. Cuando a ambos les une la misma pasión todo es más sencillo, a pesar de que esa pasión sea competir en carreras de más de 200 kilómetros sin dormir y a temperaturas extremas. El amor todo lo puede. «En nuestra primera cita salimos a correr». Todo empezó corriendo. Ambos acaban de regresar de dos de las pruebas más duras del mundo. Ella, del Ultra Trail del Mont Blanc. Ha sido la primera cántabra que ha logrado acabarlo. Él, del Tor de Geants, la carrera más dura del mundo, 330 kilómetros sin parar. Terminó cuarto. Pablo es bombero y Ana se dedica a la atención de personas discapacitadas. «Nuestro trabajo condiciona nuestros horarios, el resto del día, entrenamos. Entre semana algo menos, pero el fin de semana nos subimos al monte», asegura Criado. El día a día para esta pareja empieza a las 5.30 horas. Primera sesión de entrenamiento. Por la noche, una nueva cita con la carrera, lo que en el argot del ultrafondista se llama 'doblar'.
Ambos han corrido multitud de carreras de ultrafondo. Todo gira en torno a esa pasión que les unió y que lejos de sepárales, con el paso del tiempo les junta aún más. «Organizamos las vacaciones en función de las carreras. Este año, una semana la hemos pasado en Los Picos de Europa, otra en Pirineos y una tercera en Los Alpes», cuenta ella, a lo que su pareja añade algo que puede ser la clave de este romance extremo. «Lo primero que metemos en la maleta son las zapatillas de correr». Es una filosofía de vida. Un modo de vivir. Ambos comparten la pasión por entrenar, el 'gusanillo' de la competición', la disciplina y dedicación, la escrupulosa y espartana alimentación del deportista...
Las tareas de casa, a medias
Con tanto tiempo dedicado al entrenamiento, ¿quién hace las tareas de casa? «Las ensaladas las hace Ana y el resto yo. Y en alguna ocasión nos arreglamos con el 'tupper' de casa de mis suegros. Siempre es bien recibido». El resto de quehaceres también se comparte en casa de los Criado. «Somos independientes y a la vez complementarios», indica Pablo. Por el momento no tienen hijos, el tiempo dirá. «Cuando subimos a la montaña con amigos veo como todos tienen que bajar rápido porque tienen que cumplir con las responsabilidades de padres. Nosotros, de momento, no las tenemos y podemos permitirnos este tipo de vida», añade Ana.
Ambos se encuentran recuperándose de dos 'palizas' sin parangón. Ana disputó hace unos días el Ultra Trail del Mont Blanc. «Las condiciones climatológicas impidieron hacer el recorrido completo (166 kilómetros). Los policías suizos e italianos no se responsabilizaban de la carrera por su territorio. Al final salieron 110, con 12.000 metros de desnivel acumulado. Fue espectacular, tardé 19 horas y 55 minutos». Se trata de la carrera de ultrafondo por montaña más importante del mundo, las más mediática y en la que participaron 5.200 corredores. La emoción que uno siente cuando llega a Chamonix (la base del Mont Blanc) es «indescriptible».
Por su parte, Pablo, decidió acudir, de nuevo, al Tor de Geants, la carrera más dura del mundo en la modalidad 'Non stop' (sin parar). Cada participante debe gestionar como buenamente pueda y quiera las horas de sueño. 330 kilómetros y 48.000 metros de desnivel acumulado son algunas de sus credenciales. 83 horas corriendo por las montañas alpinas necesitó para acabar en cuarta posición, entre los más de 650 desafiantes aventureros que tomaron la salida. «Esto va más allá de una carrera normal. Tienes que improvisar en el momento. Corres con nieve o a 30 grados de temperatura cuando bajas a los valles y, lógicamente, tienes tus crisis». El Tor de Geants es todo un acontecimiento. Los habitantes de las zonas por las que atraviesa salen a avituallar y ayudan en lo que pueden a los 'locos' que durante una semana invaden la tranquilidad y el silencio de la montaña. «Este año fue distinto porque fueron mis padres y amigos y es algo increíble lo que se te pasa por el cuerpo cuando te queda poco para acabar». El año pasado, Pablo comprobó lo que es ver alucinaciones debido al esfuerzo. Este año tuvo sensaciones que a uno le hacen pensar que el límite tiene un momento y un lugar. «Parecía como si el pensamiento me adelantase. Iba corriendo y me veía por delante. Te das cuenta de que aunque parezca que controlas la situación es la montaña y el agotamiento los que te controlan a ti».
Caras largas antes de competir
«Tengo que consultarlo, luego te digo» o «hablo con mi mujer y te llamo». Frases de este estilo no se escuchan en la casa de esta pareja. Los únicos días que en el hogar de este singular dúo hay caras largas son los previos a una competición. «Esa semana casi no nos hablamos. Estamos tensos y pensando en la prueba», explica Bustamante.
La exigencia de Pablo le ha convertido en uno de los corredores de ultra trail más destacados del país, por eso cuando se acerca una carrera la autopresión es muy grande. «A mi me gusta más disfrutar, exigirme, pero disfrutar. Pablo a veces me mete caña, pero eso es bueno, concluye la parte femenina de la pareja.
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