Grupo Consorcio, premio Alimentos de España en su 75 aniverario
La empresa con sede en Santoña factura más de 78 millones de euros y es líder en el mercado de anchoas, bonito del norte y atún
El próximo 22 de octubre, en el Teatro Real de Madrid, la empresa cántabra Grupo Consorcio recibirá el Premio Alimentos de España 2025 a la Internacionalización que concede el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Este prestigioso galardón, con el que se reconoce la importante tarea de promoción de la anchoa del Cantábrico y del bonito del norte que desarrolla Consorcio en los mercados internacionales –y especialmente en Italia– como «marca España», más allá de sus legítimos intereses comerciales, llega en un momento muy especial para la compañía que preside María Cristina Croce. Dentro de poco más de tres meses, en concreto en el mes de diciembre, Consorcio celebrará su 75 aniversario, una efeméride que permitirá poner aún más el foco en la trayectoria de este proyecto empresarial con una gran proyección internacional y con vocación de ser referente en su sector; prueba de ello es que es líder en el mercado de conservas y semiconservas de anchoas, bonito del norte y atún claro de alta calidad. Además, Grupo Consorcio ha sido la primera y única empresa conservera de ámbito internacional en convertirse en Empresa B™ Certificada en 2019, promoviendo un compromiso con la pesca sostenible y manteniendo las técnicas artesanales heredadas de los maestros conserveros.
Con una facturación de más de 78 millones de euros y 990 empleados (652 mujeres y 338 hombres) entre los centros de trabajo de España, Italia y Perú a cierre del ejercicio 2024, el 59% de las ventas de la compañía se destinan a exportación. En la actualidad, Consorcio está presente con sus más de un centenar de referencias en los cinco continentes y en 42 países.
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Sus plantas de elaboración ubicadas en Santoña y Pisco (Perú) y la reciente apertura en Milán (Italia) de su primera comercializadora independiente han resultado fundamentales para lograr estas cifras de negocio para una compañía que desde este mismo año pilota como CEO Jesús Gómez, quien tomó el relevo hace unos meses de Ignacio Corral, director general.
A modo de apunte, en 2024, en Consorcio se transformaron materias primas de acuerdo a las siguientes cifras: 1.106.650 kg de atún claro; 1.292.991 kg de bonitos del norte (lomos); y 9.126.952 kg de bocarte fresco. A estos datos hay que vincular el compromiso por la sostenibilidad, ya que el 95% del atún y el 99% de la anchoa transformada proceden de pesca sostenible y certificada.
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El punto de partida
Aunque las primeras referencias de la presencia de italianos en el norte de España buscando puertos donde poder adquirir bocartes y elaborar anchoas se remontan a finales del siglo XIX, no fue hasta mediados del siglo, en concreto hasta 1950, cuando nace Consorcio Español Conservero.
El emprendedor que puso en marcha esta empresa fue Giacomo Croce Pelazza (Génova 1914-1983), hijo de María Cristina y abuelo de la vicepresidenta Valeria Piaggio. Y el origen hay que buscarlo en Génova y, como señala Luis Javier Escudero en su libro «Historia de los salazoneros italianos en Cantabria» (2007), fue fruto de una casualidad. Giacomo era empresario textil y su suegro, Domenico Marabotti, tenía una sociedad dedicada a la importación y comercialización de pescado elaborado en el puerto de esta ciudad italiana. Esta empresa contaba desde los años treinta con talleres en diversos puertos del Cantábrico, entre otros Santoña y Colindres.
Marabotti propuso a su yerno invertir dinero en esta actividad, ya que presagiaba el final del aislamiento de España de los mercados internacionales acaecido tras el resultado de la guerra civil. Y acertó.
En diciembre de 1950, Croce aterrizó en Madrid, como relata Escudero, y ese mismo mes constituyó dos sociedades mercantiles: Consorcio Español Conservero y Sociedad Anónima Ligure Astur (SALA). Ambas siempre funcionaron de forma paralela y se complementaron, especializándose SALA –hasta que se integra en Consorcio en 1984– en el salazón y Consorcio, en los túnidos y en otras especies.
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Un crecimiento orgánico y sostenible de amplias miras
En los años transcurridos de este siglo, Grupo Consorcio, tras modernizar tecnológicamente sus instalaciones en Santoña y abrir una fábrica en Pisco (Perú) hace 18 años –Compañía Americana de Conservas–, ha consolidado su posición como una de las grandes referencias del sector conservero español, dando un salto cualitativo con líneas de envasado de última generación y diseñadas para optimizar los procesos con los más altos estándares de calidad y seguridad alimentaria.
Sin perder de vista los procesos artesanales en los que ancla su historia, la innovación se ha convertido en una seña de identidad de Consorcio: nuevos formatos, presentaciones adaptadas a las demandas del consumidor y un trabajo constante en el desarrollo de productos con mayor valor añadido. Paralelamente, la sostenibilidad ha pasado a ocupar un eje central en toda su estrategia. Desde la gestión responsable de recursos pesqueros hasta la implantación de sistemas de eficiencia energética y reducción de residuos, el Grupo Consorcio ha asumido un compromiso firme con el respeto al medio ambiente y con el futuro del sector.
Otro de los pilares de esta etapa ha sido la internacionalización. La empresa, sin renunciar a su arraigo en Santoña y a la tradición conservera cántabra, ha sabido abrirse a los mercados exteriores. Hoy sus productos llegan a más de 40 países, donde la marca se asocia a calidad, origen y autenticidad. Y como gran embajadora de la anchoa y el bonito del norte ha desarrollado acciones de promoción en congresos y ferias y ha invitado a periodistas italianos a conocer el origen de sus productos.
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