Reacciones destempladas

Comentan quienes acumulan muchos años de oficio y supuran experiencia en el sector de la hostelería que el verano va bien, como cabía esperar, aunque en algunas comarcas estén advirtiendo una falta de regularidad a la hora de llenar; lo atribuyen al tiempo, días de mucho calor llevan al público más a la costa que al interior.

Me ha llamado la atención estos días escuchar que el 'peor' cliente del año es el de agosto, los grupos de amigos o familias que están de vacaciones, que llegan a los establecimientos con prisas, exigencias, cuando no con preguntas absurdas o con peticiones extemporáneas, para luego, a pesar de las prisas que tenían para ser atendidos en plena vorágine, finalizar con una sobremesa interminable para desesperación del personal que tiene que volver a las ocho para preparar el servicio de cenas...

Las malas contestaciones proliferan más en agosto, con el cliente de paso que con el cliente de todo el año, pero quizá esto se haya acelerado este año por la crispación que baña a este país. ¿O será fruto de una nueva forma de entender las cosas en esta fase de salida del covid?

Pero si, como hemos podido ver estos días, hay un nido de odio y de comportamiento filo delicitiva es en alguna red social. Lo ocurrido en Twitter a raíz de la foto del chef Nacho Solana con unos clientes de su restaurante no tiene calificativos, según he contrastado con mucha gente que ha encontrado un filón para conversar. Pero lo que más me llama la atención son las reacciones destempladas, no tanto de los cafres que insultan y amenazan gravemente, sino de los responsables de esa red social -por no haber salido al paso diciendo que han cerrado cien o más cuentas- y de la fiscalía, por no actuar de oficio con alguien que amenaza de muerte públicamente.

• Temas
• Twitter
• Internet
• Cantabria en la Mesa