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Suelta del oso 'Beato' tomada por los técnicos de la Consejería de Medio Rural, en Cantabria. Miguel de la Parra

'Beato', el caso más exitoso de reincorporación de un oso pardo a su hábitat

A pesar de que cojea por culpa de la herida que casi le cuesta la vida su adaptación al monte tras la fase de recuperación va por muy buen camino

Maru G.Robles

Santander

Martes, 25 de diciembre 2018, 12:56

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'Beato', el osezno herido que vagaba por la comarca de Liébana y tuvo que ser capturado para no suponer un peligro para la población, se ha convertido en el «más exitoso» caso de reincorporación de un plantígrado a su hábitat natural después de haber permanecido unos meses en cautividad. Hace ahora un año este osezno se convirtió en noticia cuando comenzó a bajar de la montaña a los pueblos de Liébana para coger comida de los contenedores de basura o de dónde podía.

Su presencia comenzó a ser un peligro, en especial porque el 'osito', de unos dos años y medio, tenía una grave herida en su pata delantera izquierda, lo que hace más agresivos a los animales, y porque cada día cogía «más confianza» e, incluso, con la presencia del hombre, el pequeño plantígrado se acercaba a las casas a ver qué podía comer.

Esa situación llevó a la Dirección General del Medio Natural de Cantabria a tomar la decisión de «atrapar» a «Beato», algo que ocurrió en enero de este año, cuando guardas de ese departamento y expertos del Ministerio de Medio Ambiente lograron capturar al osezno y trasladarlo al centro de recuperación de fauna silvestre que tiene la comunidad autónoma.

En ese centro 'Beato' fue tratado de su grave herida en la pata izquierda, que le hizo perder el antebrazo, pero también «disfrutó» de un espacio creado especialmente para él, para que su cautividad no supusiera un problema de cara a su futura reincorporación a su hábitat.

Uno de los responsables de que hoy 'Beato' sea considerado el caso «más exitoso» de reintegración de un oso pardo de nuevo a la montaña tras haber estado en cautividad es el director general de Medio Natural de Cantabria, Antonio Lucio, que después de capturar a este osezno no tenía tan claro que hoy estaría por los prados, bosques y montañas del núcleo oriental de la Cordillera Cantábrica como un oso más de los cerca de 40 que habitan en ese espacio.

Antonio Lucio ha recordado a Efe toda la «historia» de este osezno desde que apareció subido en un contenedor de basura del pueblo lebaniego de Cambarco, y cómo han estado «siguiendo sus pasos» hasta casi finales de julio a través de un sistema de posicionamiento que se le colocó para conocer que su reintegración a su hábitat era la correcta y no volvía «a la civilización».

'Beato' ha estado, desde su suelta en la montaña en abril, haciendo «lo que hace un oso», buscando comida de forma natural, andando por los bosques y zonas montañosas de la Cordillera Cantábrica y «sin ninguna limitación» en sus movimientos, excepto que cojea porque anda con el «codo» de su pata izquierda.

De lo que no está al cien por cien «seguro», porque «Beato» es un animal salvaje al que tampoco se puede controlar al milímetro, es de si ha estado con otros osos, aunque está convencido de que ha interactuado con alguno de los ejemplares que viven en la zona oriental de la Cordillera Cantábrica.

En sus primeros días de vuelta a su «casa», el osezno recorrió cinco kilómetros por un espacio que Antonio Lucio recuerda que es montaña, con fuertes subidas y descensos, e incluso guardas forestales de Castilla y León vieron al animal en la zona palentina.

Las cámaras de control de especies que tiene la Dirección General de Medio Natural también han reflejado que 'Beato' ha engordado y crecido y que se encuentra «en perfectas condiciones», mejor que cuando dejó el centro de recuperación de fauna silvestre de Cantabria del que salió pesando casi 54 kilos frente a los 22 con los que llegó.

Antonio Lucio no sabe con exactitud cuáles son los motivos por los que la reintegración de este osezno a su hábitat es la de mayor éxito de las que se han producido hasta ahora, aunque también reconoce que hasta ahora solo han sido reincorporados seis ejemplares, también con algún tipo de lesión.

Sin embargo, cree que ha sido «vital» la actuación de los veterinarios que han participado en la asistencia de este animal -los del Centro de Recuperación de la Fauna Silvestre de Villaescusa en colaboración con los del Parque de la Naturaleza de Cabárceno- y, sobre todo, el espacio que se creó en el centro para que 'Beato' no cambiara su comportamiento de animal salvaje.

Los dos años y medio que tiene el osezno también pueden haber sido claves para que ahora esté «sin problemas», con un comportamiento normal de un oso y «moviendo piedras y troncos» como si no tuviera ninguna limitación.

Las causas de ese éxito del osezno, a los que han conseguido que «vuelva a casa» les da igual, lo único que les importa es que este animal -al que se puso 'Beato' como recuerdo a la celebración del Año Jubilar Lebaniego (ligado al Beato de Liébana)- está en su hábitat y es hoy uno de los osos pardos que vagan por la Cordillera Cantábrica.

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