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El escaparate de la paragüería de la calle Cervantes contrastaba este jueves con el sol y las altas temperaturas en la calle. María Gil Lastra
El buen tiempo reduce las ventas de ropa y calzado hasta en un 50%

El buen tiempo reduce las ventas de ropa y calzado hasta en un 50%

Santander ·

Sin lluvia y sin frío, los abrigos de los escaparates de las tiendas de Santander contrastan con la manga corta por las aceras

Álvaro Machín

Santander

Viernes, 3 de noviembre 2017, 15:55

A los cementerios se suele ir con paraguas y en las crónicas fúnebres se cae en el tópico de las flores empapadas. En Todos los Santos, aquí, solía llover. Y en Ciriego cuando pega, pega duro. Viento, frío, agua... Noviembre de siempre. Pero este miércoles no hubo nada de eso. En Cantabria se rozaron los 26 grados. Ni una gota. Otro día más sin lluvia y ayer, parecido. Por el centro de Santander, a media mañana, no se veía un abrigo y el termómetro de Numancia marcaba 23 grados antes de las once. Allí mismo, haciendo esquina, la tienda Iberpiel ha colocado unos carteles que anuncian descuentos de hasta el 70% junto a chaquetones, cazadoras o parkas. «Si hiciera frío...», dice la dependienta. La sensación es que «la diferencia entre un noviembre como es debido y este otoño veraniego supone vender la mitad».

«Los tengo rebajados, pero, si no llueve, como si salgo a regalarlos a la puerta», describe Rafael López tras el escaparate de la paragüería Niágara, en la calle Cervantes. Sequía de clientes. «Pues supondrá entre un 40 ó 50% menos y ya tendríamos que estar a pleno rendimiento de cara a la Navidad». Son dos casos llamativos, pero su relato no es una exageración. Obviamente, a unos les afecta más que a otros y en la Federación del Comercio de Cantabria (Coercán) estiman que a los negocios de temporada (los que se centran, en general, en ropa o calzado) el buen tiempo cuando no toca les afecta entre un 20 y un 30% en la caja. «Para la hostelería será buenísimo, pero a nosotros...».

El paseo de este jueves fue un contraste. Abrigos en los escaparates y manga corta por las aceras. Ni un paraguas en la mano y, como mucho, chaquetas de ese concepto difuso que es el entretiempo (o el típico jersey santanderino a los hombros). 'Antes 895, ahora 395', ponía en el escaparate de Iberpiel, junto a un aviso: 'Estos precios, sólo tres días'. Consuelo Adán estaba atendiendo. «Fatal. Si ya de por sí las cosas están complicadas... Si el tiempo no acompaña, la gente no se anima. Nosotros dependemos del frío. Se terminan las rebajas, pero tienes que seguir manteniendo descuentos si quieres hacer algo».

Descuentos de hasta el 70% en la peletería. María Gil Lastra

Sí que se ven mensajes en los escaparates. Que si 'Mid season', que si 'retiramos existencias', que si 'venta exclusiva'... «Más del 50% del pequeño comercio tiene ya promociones o precios rebajados de forma continua más allá de las rebajas», explica Gonzalo Cayón, de Coercán, que amplía ese intento por «buscar al cliente» que no entra en la tienda a «las redes sociales». «Campañas de fidelización por mail o WhatsApp, con promociones. No nos cansamos de recomendar el uso de las nuevas tecnologías». Otras fórmulas.

«Para la hostelería será bueno, pero para nosotros... ¿Cómo no se va a notar?»

Eduardo González, Mundi

Balances

«Mira como estamos, mirando la calle», comenta gráficamente Rafael López mientras ojea el periódico en la paragüería. Un comercio superviviente. «Lo del verano -sombrillas, abanicos...- ya no lo vendo y de lo que toca ahora, muy poco, aunque el producto que nosotros vendemos, en general, no sea estacional, es de todo el año». La estampa del local -con el añejo encanto del comercio clásico- contrasta con el lleno en una terraza de Miguel Artigas. Los críos andan de vacaciones y hay gente por la calle.

En Calzados Benito, por ejemplo, tres señoras se están probando pares. «Pero es un desastre la no coincidencia de la meteorología con la lógica climatológica. Yo ayer me bañé en la playa y hoy, al levantarme, abro la persiana y veo este sol otra vez... Un desastre», comenta con resignación Ángel Benito. «Tal y como están las cosas, se deriva el consumo a otros productos que no sean ropa o calzado porque no hace tanta falta. Compramos cuando nos hace falta, no es lo de antes». Y en eso de los nuevos hábitos recuerda una tendencia perdida. Porque «históricamente el mejor día de ventas del año era la víspera de Todos los Santos». El día de reunión, de retorno, en todos los pueblos de España. Y eso implicaba lucir para enseñar que mereció la pena marcharse. «Era el día de estrenar». Toda la familia aprovechaba para equiparse de cara al invierno. Eso pasó a la historia.

«Compramos cuando nos hace falta y, con este tiempo, el consumo se deriva hacia otras cosas»

Ángel Benito, Calzados Benito

«Calculo -echa cuentas Benito- que con este tiempo será un 30% de caída con respecto al año pasado por estas fechas, que ya fue malo porque también hacía bueno. Si lo comparamos con hace unos diez años, pues un 50%». Y más que el descenso puntual son las tendencias. «Octubre era un buen mes de facturación por las ventas de cara a la nueva temporada con precios algo más altos. Ahora es uno más. El comercio está pendiente del tiempo. Nosotros, por ejemplo, hemos modificado la compra y tenemos más zapatos de entretiempo que de verano o invierno. Y, en nuestro caso, ni tan mal» -en su tienda se ve un movimiento que no hay en todos los locales-.

Ropa de invierno en Mundi y manga corta en la calle. María Gil Lastra

«Dependemos del frío, y entre un noviembre normal y esto la diferencia es vender la mitad»

Consuelo Adán, Iberpiel

Anticiparse. «Menos mal que hemos diversificado mucho y ahora tenemos una gran variedad de complementos de moda. Eso es lo que más estamos vendiendo», dice Eduardo González en su tienda Mundi, en la calle Calvo Sotelo. Una colonia que venden en exclusiva, cascos de moto con diseños elegantes, bolsos, maletas... A eso se refiere (y está en el escaparate junto a la ropa de la nueva temporada). «Porque la prenda de manga de invierno con este tiempo, ¿cómo no se va a notar?, se vende menos». En su caso, en octubre, entre un 20% y un 30% lo ha notado. «Tampoco es dramático, pero claro que lo notamos. Y si sigue así, pues no sé qué será del pequeño comercio...». A cada uno, lo suyo (resulta hasta facilón meter la cuña en el texto del nunca llueve a gusto de todos). En Nanos, en la calle Juan de Herrera, de moda infantil, Marta Torón reconoce que «siempre que no haga el tiempo que tiene que hacer en la campaña, afecta», aunque sus resultados no se han resentido durante octubre. «En nuestro sector concreto», explica después de atender a unas clientas, «por el tipo de marca que somos no tenemos competencia y seguimos vendiendo. Pero sí que afecta».

«Tengo los paraguas rebajados, pero, si no llueve, como si salgo a regalarlos a la puerta»

Rafael López, Paragüería Niágara

«Son lógicas las quejas con esto del tiempo», resume Cayón, de Coercán, «porque en muchas tiendas de ropa prácticamente no ves gente».

En otros campos

Sin agua no hay paraguas, sin frío no hay abrigos y sin nieve, por ejemplo, no sale el material deportivo para esquiar. «Y sin inviernos largos la gente se retrae a la hora de hacer inversiones en una buena chimenea. Con este tiempo nadie piensa en la calefacción o en la caldera», asegura Mar Gómez Casuso, de una empresa con presencia en medio mundo, como es Hergón. Efectos colaterales. «Lo mismo que a los comercios, a todos los que estamos relacionados con el mundo de la calefacción nos afecta». No en un sentido tan puntual como las cuentas de un mes -y no en todo el campo que maneja la firma, dedicada, en un sentido amplio, a ofrecer calidad de vida y comodidad-, «porque la compra no es tan impulsiva», pero sí en cuanto a las tendencias. «La decisión no está clara si no ves el frío encima».

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