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Lejos de resolverse, el problema del desabastecimiento de fármacos parece que se cronifica. La lista de 'faltas' en las estanterías de las boticas de Cantabria, ... como en las del resto del país, porque es un mal compartido por toda la red nacional, oscila cada semana. En la actualidad, el volumen afectado incluye «a unos 70 u 80» medicamentos, como reconoció ayer la presidenta del Colegio de Farmacéuticos, Rita de la Plaza, aunque a renglón seguido volvió a recordar que «siempre» existe una alternativa terapéutica gracias los genéricos. Y, de hecho, apunta que los pacientes ya «se empiezan a acostumbrar» a una situación que se arrastra «desde hace dos años». La prueba es que el nivel de indignación, cuando la respuesta al otro lado del mostrador es la de 'No lo tenemos', ahora es mucho menor que en los inicios. «Ya no nos fijamos en el color de la caja ni en la forma del comprimido porque cada vez que acudimos a la farmacia son diferentes», añade.
Y eso que de vez en cuando el problema existente aflora cuando el protagonista es alguno de los medicamentos que gozan de mayor popularidad, léase también demanda. Fue el caso del Dalsy, el ibuprofeno infantil con sabor a naranja desaparecido de las farmacias durante meses, cuyo suministro volvió a la normalidad este verano. Menos suerte ha corrido hasta la fecha el antiagregante Adiro (ácido acetilsalicílico), que llega a los almacenes con cuentagotas y se mantiene en el 'top ten' de los medicamentos con mayor tirón afectados por la falta de 'stock'.
Adiro: El popular antiagregante Adiro (ácido acetilsalicílico) se mantiene en la lista de los afectados casi de forma permanente.
Ovoplex: Ovoplex, un anticonceptivo oral, encabeza en la última semana la relación de fármacos con mayor demanda imposible de comprar.
Arteoptic: El colirio Arteoptic, en el formato de 30 unidosis, también es de los productos que cuesta encontrar en las farmacias.
Bilina: Otro colirio que se incluye en la lista de los productos afectados por el desabastecimiento es Bilina, en frasco de 4 mililitros.
Binosto: Los comprimidos efervescentes de Binosto, fármaco indicado para el tratamiento de la osteoporosis, también escasean.
Clotrimazol: Este medicamento (comprimido vaginal) se emplea para tratar las infecciones producidas por hongos, como la Candidiasis vaginal.
Opiren Flas: Opiren Flas, también entre los grandes ausentes en las boticas, se indica para tratamiento de úlcera duodenal y gástrica y reflujo.
Plantaben: Plantaben pertenece al grupo de medicamentos denominados Laxantes. El formato que falta es el de 30 sobres efervescentes.
Sutril: Este diurético (aumenta la eliminación de orina), en su versión de 30 comprimidos, es el quinto fármaco con mayor demanda.
Trankimazín: La lista de carencias en las boticas incluye varios ansiolíticos, como el Trankimazin, el Trankimazin Retard y el Placenoral.
Un ranking que elabora semanalmente el Centro de Información sobre el Suministro de Medicamentos (Cismed), la plataforma que permite comprobar en tiempo real los productos que faltan en las farmacias, y que a día de hoy encabeza el anticonceptivo Ovoplex -el Adiro está en el segundo puesto-. Les sigue las pastillas bucodispersables de Opiren Flas, un inhibidor de secreción de ácido en el estómago indicado, por ejemplo, para tratar úlceras gástricas y duodenales -también falta en su versión en cápsulas gastrorresistentes-; y los comprimidos vaginales para el tratamiento de hongos Dotrimazol, además del diurético Sutril o los colirios de las marcas Arteoptic y Bilina. Completan esa relación de fármacos más difíciles de conseguir últimamente Placenoral, Trankimazin y Trankimazin Retard, los tres pertenecientes al grupo de medicamentos denominados tranquilizantes (ansiolíticos) derivados de las benzodiazepinas.
En este sentido, el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, explicó que el Ministerio pondrá a disposición de las comunidades una aplicación informática, que ya está en pruebas, para ofrecer alternativas al paciente que necesita un fármaco desabastecido, y que pasan por otra presentación del mismo medicamento o por una alternativa terapéutica al mismo, «que casi siempre existe». «Son muy pocos los medicamentos que no la tienen», precisó De la Plaza.
El Colegio recuerda que este problema, que «se mantiene estable» desde un año, responde a «diferentes causas», entre ellas que «España tiene los precios más bajos de Europa, por lo que no es un mercado que le interese a los laboratorios, que van a ganar hasta tres veces más en otros países, como Inglaterra». Eso, sumado a «la escasez de algunas materias primas» y a los problemas de fabricación derivada de ella, han abocado a la situación actual.
'Siempre con receta' es el lema de la campaña que llegará desde hoy a todas las farmacias, centros de salud y consultas médicas de la región con el objetivo de frenar la automedicación -lo que implica, por ejemplo, no utilizar nunca antibióticos guardados de ocasiones anteriores sin consultar a un sanitario- y exigir a los profesionales la confección y uso apropiado de las prescripciones. «No vale cualquier papel firmado por un médico» sino un modelo oficial, bien público o privado «adecuadamente rellenado». Impulsada por los Colegios Oficiales de Farmacéuticos y de Médicos de Cantabria, con el aval de la Consejería de Sanidad y el Servicio Cántabro de Salud, esta iniciativa trata de concienciar a prescriptores y ciudadanía de la necesidad de receta, «que además de una obligación legal, es garantía y seguridad». Así lo recordó ayer el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, durante la presentación oficial, junto a los presidentes de las dos entidades colegiales, Rita de la Plaza y Javier Hernández de Sande, respectivamente. «Ningún medicamento es inocuo», todos tienen efectos secundarios y contraindicaciones, advirtieron.
De la Plaza insistió en que la receta es necesaria porque el medicamento «no es un bien de consumo», y ayuda a que en las farmacias se sepa el tratamiento y la dosis que necesita el paciente. El titular de Sanidad reivindicó que hay que evitar el consumo abusivo de medicamentos y aportó una cifra que invita a recapacitar: en España un 52% de las personas consumen fármacos sin estar prescritos, lo que puede tener «graves» consecuencias para la salud, sobre todo si son antibióticos. Según Rodríguez, el mal uso del antibiótico está consiguiendo hacer bacterias más resistentes, que causan unas 25.000 muertes anuales en Europa.
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